EL ACTOR ESTÁ FILMANDO "CORAZÓN DE LEÓN".
Guillermo Francella quiere mostrar su nueva imagen, lejos de las repeticiones
Con una sobreexposición en la televisión, debido a las innumerables pasadas de sus viejos éxitos, el actor encara, esta vez en cine, un trabajo diferente. Además cuenta que le gustaría volver a la pantalla chica con nuevos proyectos para renovar su imagen en el público.
Guillermo Francella, que en estos momentos se encuentra en pleno rodaje del filme Corazón de León, de Marcos Carnevale, en la consolidación de una carrera actoral que trasciende la comedia y lo consolida como una de las figuras del cine argentino confiesa que, aún con este presente, se siente un poco cansado de aparecer por televisión cerca de 100 horas al mes en repeticiones de programas antiguos.
"Cuando vos ves una foto tuya actual te gusta más que una de hace quince años. Eso nos pasa a todos. No tenés ganas de ver lo que ya hiciste. Esto me inquieta, pero tengo que reconocer que lo que me da alegría es que le gusta a la gente y siempre hay reacciones nuevas", dice sobre el efecto que le produce verse día tras día en las repeticiones de Poné a Francella y Casado con hijos que realiza Telefe con buenos índices de audiencia.
"Y -agrega- yo ya estoy como alquilado, porque hice El hombre de tu vida y al otro día lo repitieron. En el canal saben que genero dinero y no puedo hacer nada. Como hace décadas pasó con El show de Lucy, te acordás…", dice con una sonrisa.
Mientras rueda Corazón de León, la comedia dramática de Marcos Carnevale donde interpreta a un arquitecto cuya principal característica física es medir 1.35 metros de altura, confesó que le gustan los desafíos actorales y que, más allá de las repeticiones, espera también tenerlos en la televisión.
"Un día me llama Marcos (Carnevale) y me cuenta que tiene un proyecto, la historia de un arquitecto que pierde su teléfono móvil, que lo encuentra una joven y atractiva abogada, que se comunican para que ella lo devuelva y esa llamada deriva en un encuentro y el hecho que se da algo entre ellos. Me pareció una buena idea", recuerda.
"Y entonces recién allí me aclaró que mi personaje medía 1,35 de altura, y me quedé sorprendido porque nunca imaginé que algo así se podía hacer en cine aquí. El desafío me pareció espectacular, porque es una historia que no solo habla de amor sino también de cómo debemos ser menos hipócritas al hablar de discriminación", confiesa.
El hit televisivo Poné a Francella (2001) se convirtió para el actor de películas como la ganadora del Oscar El secreto de sus ojos, en una suerte de maldición porque tanto ese ciclo, como Casados con hijos (2005), que compartió con Florencia Peña y Luisana Lopilato, entre otros, son al igual que Los Simpson, comodines de la pantalla de Telefe.
Desde que se hicieron, estos dos programas se repiten en esa pantalla como un sinfín que ocupa hasta cien horas mensuales, transformándose en los ciclos más repetidos de la historia de la pantalla chica nacional, superando incluso a los memorables de Pepe Biondi en blanco y negro y a los de Alberto Olmedo ya en color.
A la pantalla grande
Pero este éxito, paradójicamente, parece alejarlo de la televisión, ya que los últimos trabajos de Francella son en el cine.
Recientemente conformó junto con Nicolás Cabré y Daniel Fanego, el trío protagónico de la coproducción con España ¡Atraco!, en la que compuso a un ex guardaespaldas de Eva Perón, su segunda incursión internacional después de la mexicana Rudo y cursi; ahora, con Julieta Díaz es protagonista de Corazón de León, el próximo filme de Carnevale, que dirigió Elsa y Fred, Anita y Viudas.
"Soy Bart Simpson -dice con frecuencia Francella, riéndose de las repeticiones de sus ciclos-. Me gustaría hacer algo nuevo para la televisión, como ocurrió con El hombre de tu vida, que ya se estaba repitiendo un día después del pase de cada episodio. Confieso que eso me da satisfacción porque nunca ocurrió con otro comediante, pero a la vez me inquieta", asegura.
"Por cada pase recibo dinero, pero ese no es el tema, sino que me gustaría volver a hacer ciclos de nivel que me muestren tal cual soy hoy. Aquellos tuvieron su momento, y no quisiera que se conviertan en mi única imagen para siempre", reflexiona.
"Tenía muchas ganas de trabajar con Marcos, sus películas siempre llegan al alma, al corazón, me gusta cómo narra, cómo cuenta, y tiene un ojo sensible, que es lo que más me seduce de un director", subraya.
"Esto es diferente a todo lo que hice hasta ahora porque tiene muchos escollos que superar y muchas veces trabajo solo, los encuadres son distintos", explica con la satisfacción de encarar un trabajo complicado.
"Cuando vos ves una foto tuya actual te gusta más que una de hace quince años. Eso nos pasa a todos. No tenés ganas de ver lo que ya hiciste. Esto me inquieta, pero tengo que reconocer que lo que me da alegría es que le gusta a la gente y siempre hay reacciones nuevas", dice sobre el efecto que le produce verse día tras día en las repeticiones de Poné a Francella y Casado con hijos que realiza Telefe con buenos índices de audiencia.
"Y -agrega- yo ya estoy como alquilado, porque hice El hombre de tu vida y al otro día lo repitieron. En el canal saben que genero dinero y no puedo hacer nada. Como hace décadas pasó con El show de Lucy, te acordás…", dice con una sonrisa.
Mientras rueda Corazón de León, la comedia dramática de Marcos Carnevale donde interpreta a un arquitecto cuya principal característica física es medir 1.35 metros de altura, confesó que le gustan los desafíos actorales y que, más allá de las repeticiones, espera también tenerlos en la televisión.
"Un día me llama Marcos (Carnevale) y me cuenta que tiene un proyecto, la historia de un arquitecto que pierde su teléfono móvil, que lo encuentra una joven y atractiva abogada, que se comunican para que ella lo devuelva y esa llamada deriva en un encuentro y el hecho que se da algo entre ellos. Me pareció una buena idea", recuerda.
"Y entonces recién allí me aclaró que mi personaje medía 1,35 de altura, y me quedé sorprendido porque nunca imaginé que algo así se podía hacer en cine aquí. El desafío me pareció espectacular, porque es una historia que no solo habla de amor sino también de cómo debemos ser menos hipócritas al hablar de discriminación", confiesa.
El hit televisivo Poné a Francella (2001) se convirtió para el actor de películas como la ganadora del Oscar El secreto de sus ojos, en una suerte de maldición porque tanto ese ciclo, como Casados con hijos (2005), que compartió con Florencia Peña y Luisana Lopilato, entre otros, son al igual que Los Simpson, comodines de la pantalla de Telefe.
Desde que se hicieron, estos dos programas se repiten en esa pantalla como un sinfín que ocupa hasta cien horas mensuales, transformándose en los ciclos más repetidos de la historia de la pantalla chica nacional, superando incluso a los memorables de Pepe Biondi en blanco y negro y a los de Alberto Olmedo ya en color.
A la pantalla grande
Pero este éxito, paradójicamente, parece alejarlo de la televisión, ya que los últimos trabajos de Francella son en el cine.
Recientemente conformó junto con Nicolás Cabré y Daniel Fanego, el trío protagónico de la coproducción con España ¡Atraco!, en la que compuso a un ex guardaespaldas de Eva Perón, su segunda incursión internacional después de la mexicana Rudo y cursi; ahora, con Julieta Díaz es protagonista de Corazón de León, el próximo filme de Carnevale, que dirigió Elsa y Fred, Anita y Viudas.
"Soy Bart Simpson -dice con frecuencia Francella, riéndose de las repeticiones de sus ciclos-. Me gustaría hacer algo nuevo para la televisión, como ocurrió con El hombre de tu vida, que ya se estaba repitiendo un día después del pase de cada episodio. Confieso que eso me da satisfacción porque nunca ocurrió con otro comediante, pero a la vez me inquieta", asegura.
"Por cada pase recibo dinero, pero ese no es el tema, sino que me gustaría volver a hacer ciclos de nivel que me muestren tal cual soy hoy. Aquellos tuvieron su momento, y no quisiera que se conviertan en mi única imagen para siempre", reflexiona.
"Tenía muchas ganas de trabajar con Marcos, sus películas siempre llegan al alma, al corazón, me gusta cómo narra, cómo cuenta, y tiene un ojo sensible, que es lo que más me seduce de un director", subraya.
"Esto es diferente a todo lo que hice hasta ahora porque tiene muchos escollos que superar y muchas veces trabajo solo, los encuadres son distintos", explica con la satisfacción de encarar un trabajo complicado.