La actriz Belén Blanco logra una de las interpretaciones más interesantes de su carrera en Graba, una película de Sergio Mazza que se estrena mañana y donde compone a una joven argentina que escapa de un pasado incierto e intenta ganarse la vida como inmigrante ilegal en París.
"Este es un personaje que tenía muchas ganas de hacer y que esperaba realmente. Estaba muy ansiosa por que se hiciera esta película", recordó la actriz, quien se inició a los 13 años con Cristina Banegas y dio sus primeros pasos tres años más tarde en Picado fino, de Esteban Sapir, y en la obra Los invertidos, dirigida por Alberto Ure.
"Es un personaje al que uno tenía que atender mucho, porque no daba muchos respiros, era bastante complicado y me requirió mucho esfuerzo, pero también me dio muchas cosas. Todo ocurre en París, donde reina la soledad y el silencio, y eso me ayudó a estar concentrada para mantener todo el tiempo el mismo estado", explicó.
Blanco -que también está desarrollando una carrera como cineasta, con más de cinco cortometrajes experimentales- destacó que le costó mucho "sostener el silencio de María, porque no sabía cómo llenarlo".
"Era difícil, porque no sabía de antemano por dónde iba su cabeza, en qué pensaba, y además ella es un personaje que, si bien no es monocorde, tiene que sostener un mismo estado y una misma mirada durante toda la película", señaló la actriz en relación con María, que se muestra dura y silenciosa, inescrutable, frente a la tremenda soledad que le toca soportar.
Con las actuaciones de los franceses Antoine Ronan Raux y Hervé Sagata, la tercera película de Mazza -que antes había dirigido El amarillo y Gallero- transcurre en pleno invierno en un París hosco e inhospitalario, que lejos de brillar con monumentos típicos como Notre Dame, el Arco de Triunfo o la torre Eiffel, es mostrado en su costado más frío, gris y mugriento.
Mientras huye de un pasado sentimental, María trabaja en una fábrica textil, hace los trámites para conseguir un permiso de residencia, recorre las calles solitarias de París buscando una habitación para vivir y en ese camino conoce a Jérôme, un fotógrafo de desnudos recién separado que le alquila la habitación.
COMENTARIOS