MÁS DE 20 MIL PERSONAS COLMARON EL ANFITEATRO TRÁNSITO COCOMAROLA

La Fiesta Nacional del Chamamé cerró con mucho público en Corrientes

Con balance muy positivo cerró en la noche del domingo una fiesta que trascendió los límites provinciales para convertirse en una celebración de todo el país con proyección internacional y gran cobertura mediática

La madrugada del lunes se llevó en andas la 23° Fiesta Nacional del Chamamé y 9° del Mercosur. Una Fiesta Grande que fue engendrada con muchas ganas de compartir y así fue entendido por el cielo, que se pobló de estrellas para iluminar su gloria. Esta fue una Fiesta que estuvo pautada desde un principio, como tributo al chamamé en toda su dimensión y así se presentó de plano: no hubo sitio librado al azar en una ciudad que franqueó sus fronteras a los turistas, a su propio pueblo, para cantar el júbilo de compartir. Esta fue una Fiesta compartida, alegre y sencilla. Se manifestó con música, danza y poesía, se vistió con sus costumbres genuinas y abrió los ojos al futuro para no dejarse morir. Más que nunca, la Fiesta fue de todos. Los diez días transcurridos en el Anfiteatro "Mario del Tránsito Cocomarola", fueron de absoluta grandeza. A través de estas página, hemos recorrido la ruta del chamamé. Un viaje apasionante que nos deja anécdotas, recuerdos, enseñanzas y sobre todo, el deseo de contribuir a su historia con esta historia que en el día a día vamos escribiendo. La Fiesta Grande de Corrientes llegó a su fin con el éxito que de antemano se aseguraba. Los Alonsitos cerraron la 23° Fiesta Nacional del Chamamé el domingo, última función de una decena de días en programa. Ariel, Marco, Marcelo y Tripa fueron, además anfitriones de la Peña Oficial que a orillas del Paraná congregó multitudes cada noche y que ayer lunes concluyó su labor. El sábado en el Cocomarola, luego de actuar con sus músicos, Paquito Aranda charló con El Litoral y también fue de la partida Simón de Jesús Palacios, quien contó que el día anterior había estado de invitado en la peña de los chicos. "Fue un halago para mí, había gente de todos lados, quería que Los Alonsitos vean el cariño que nos tienen a nosotros", dijo conmovido. Simón y Paquito tienen la misma edad (76 años), ya pasaron las bodas de oro celebrando con la música. Paquito nació el 17 de mayo, día de San Pascual Bailón, en Paso de los Libres. Hijo de músicos, su padre era hacendado pero él no aceptó herencia alguna y a los 14 años, en Buenos Aires, ya trabajaba en una fábrica para poder, con un resto de pesos, comprar su primer bandoneón. "Isaco (Abitbol) me conoció en la casa de un santiagueño, te voy a conseguir que toques con Armando Nelly, me dijo (nota: Armando Nelly fue autor de Puente Pesoa) y el santiagueño me prestó el bandoneón. "Nosotros entramos por la puerta grande, en el año 1956, cuando el dúo Vera-Lucero se desvincula de Tránsito Cocomarola, comienza nuestra vida profesional al ser incluidos en su conjunto", agrega en refererencia al  dúo Verón-Palacios. "Te lo voy a decir en pocas palabras. A nosotros nos gusta compartir nuestra música y nos atenemos a las consecuencias de festivales tan masivos como este. Es como si a un hombre de campo adentro, lo llevás a Buenos Aires y lo dejás en el shopping, de traje y corbata, asfixiado por tanto cemento", opina Paquito. Simón no se queda atrás con la franqueza, "De la Fiesta me gustó todo, menos los conductores de Buenos Aires, para ellos no existimos". Otra de las notas de la última noche fueron los uruguayos de la Murga Tate Quieto y la comparsa Tribu Tambor que llenaron de ritmo y color  el escenario. El misionero Joselo Schuap señaló al respecto: "Estoy muy agradecido al Instituto de Cultura de Corrientes que me da la posibilidad de abrir el corazón a experiencias como esta. Fui a Uruguay a convencerlos, no conocían el chamamé", adelantó en charla con El Litoral. Al son de los tambores de la comparsa uruguaya Tribu Tambor, el santo más candombero que se pueda imaginar, San Baltasar, apareció en el escenario acompañado por la Cofradía de su barrio correntino. Entre los bailarines, Marcelo Sandoval y sus tres hijos y Gabriela Caballero, que cantó el tema compuesto por Osvaldo Sosa Cordero y que identifica al Cambá Cuá con su nombre.