“Soy una mujer enferma de la verdad y no podría vivir de otra manera”, advierte Soledad Silveyra para diferenciarse del personaje que interpreta en Humores que matan, obra escrita por Woody Allen dentro de la trilogía Adulterios, que protagoniza junto a Betiana Blum en el teatro Lido y que ofrece una pintura desopilante sobre la hipocresía y el matrimonio en plena clase alta neoyorquina.
“Yo estoy absolutamente atenta a la realidad, jamás podría tener el problema que tiene ella, que no registra las fisuras y su ego no le permite ver ni lo que le pasa a su marido”, reflexiona Silveyra sobre Phyllis, la criatura que asume en la pieza.
Porque “ella”, tal y como la describe la actriz tanto arriba como abajo del escenario, es una exitosa psiquiatra, de las tantas que genera la clase alta de Manhattan, y que vive su engolosinado presente profesional subida a un pedestal y completamente ajena a su realidad cotidiana.
EL PERSONAJE
COMENTARIOS