Nicolaescu era muy popular en Rumania, donde se lo relacionaba con el dictador Nicolae Ceaucescu, tanto por el tono de sus películas como por las facilidades que encontraba para filmar durante el régimen, informó la agencia DPA.
El cineasta entusiasmó a las masas de espectadores con sus películas de época, en las que reflejaba de forma nacionalista la historia de Rumania.
Tras la caída del régimen comunista, Nicolaescu entró en conflicto con las generaciones de cineastas más jóvenes, que criticaban que sus películas habían sido generosamente financiadas con medios estatales.
Desde 1990 hasta hoy, Nicolaescu fue también senador en la Cámara Alta del Parlamento rumano, donde representaba a los socialdemócratas.
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