La reconocida murga uruguaya Agarrate Catalina presentará hoy en el Gran Rex su más reciente espectáculo Esperando el fin del mundo, que no llevará al tradicional certamen del carnaval montevideano debido a conflictos surgidos en la edición pasada.
Puede que mañana no se acabe el mundo, lo que ya está asegurado es que un día antes "Las Cucarachas" de Agarrate Catalina van a estar Esperando el fin del mundo como en 2006, pero sumando muchas de las cosas que pasaron en estos últimos 6 años.
Luego de recorrer todo el país con su último espectáculo La comunidad, el conjunto cerrará el año en el Gran Rex con un show basado en la presentación que le valió el primer premio de murga en el Carnaval 2006.
"La fecha que nos tocó, un día antes de la profecía maya, nos pareció buena para presentar 'El fin del mundo' nuevamente en Buenos Aires con esas 'Cucarachas'` que querían que se acabe el mundo", explicó Yamandú Cardozo, director artístico y cofundador de la murga.
-¿Cómo pensaron la presentación del Gran Rex?
-Como esos programas de fútbol que recopilan los mejores goles y patadas del año. Pensamos en algo con lo mejor de La Catalina y cuando lo estábamos armando nos dimos cuenta de que todos los espectáculos de la murga tienen una especie de hilo conductor.
Siempre nos preocupamos por la problemática humanística y al conflicto del animal humano organizándose en sociedad con sus miedos.
-¿Por qué el Carnaval 2013 no va a encontrar a La Catalina en la competencia oficial?
-Son varios los motivos. Decidimos entre todos que vamos a disfrutar del carnaval sin tener la guillotina de la competencia. Entendemos que siempre la competencia fue muy fuerte, entendemos las reglas del juego, pero este año decidimos parar y volver a recorrer el interior del Uruguay.
Me encanta el carnaval de Montevideo, pero sentimos que para que nos quede bien esa bandera de que el carnaval es de todos los uruguayos tenemos que moverlo y eso es lo que vamos a hacer.
-¿Hay algo de la competencia que les molestó?
-Pasó algo muy raro este año cuando más de la mitad de las murgas se refirieron a nosotros, algunas con buena onda y otras realmente con mala leche.
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