ENTREVISTA EN EL HOTEL PIEDRAMORA

Estevanez: “Junín es mi segunda casa”

El protagonista de “Dulce Amor” dialogó con DEMOCRACIA y dijo que disfruta jugar al golf y comer asados en nuestra ciudad. Además, habló de su trabajo en la novela y adelantó algunos de sus proyectos para 2013.

Con una amplia trayectoria en la actuación y toda una vida rodeado de cámaras y artistas, Sebastián Estevanez protagoniza una de las novelas más exitosas de la televisión argentina, “Dulce Amor” –de lunes a viernes, a las 23.25-, junto a Carina Zampini y un elenco de reconocidos artistas.
Sin embargo, el actor mantiene intacta su sencillez y, lejos de creerse en el estrellato, habla de las cosas simples que llenan su vida personal y laboral, como los asados en familia o los momentos compartidos junto a sus compañeros de grabaciones.
Casado con la hermosa modelo juninense Ivana Saccani, Estevanez asegura que ama venir a nuestra ciudad y que en cada visita se siente más “local”.
Antes de su presentación en el Predio Internacional de Eventos, el hijo de Quique Estevanez habló en exclusiva con DEMOCRACIA, en una entrevista en la que no faltaron las referencias a su exitoso presente, sus proyectos para el próximo año y su relación con las fanáticas.
-¿Cómo estás viviendo el éxito de Dulce Amor?
-Estoy feliz, estamos todos muy contentos. Hay una muy buena energía en el elenco y eso está buenísimo, porque hace que la pasemos bien.
Ya estamos grabando el capítulo 230, que es la época más crítica y en la que en la mayoría de las novelas se complica todo, pero como somos un grupo muy unido, hay muy buena onda.
-¿Cómo es la relación con Carina Zampini?
-Me llevo bien con ella y con todos. La verdad es que si te digo que me llevo mal con alguien, te miento, nos llevamos muy bien todos.
-¿Ya saben cuándo terminan de grabar?
-Tenemos contrato hasta febrero, pero no tengo ni idea cuándo terminará. Calculo que en febrero.
-En Junín ya te sentís local, ¿no?
-Si, re local. Vengo desde hace catorce años y me siento muy cómodo, me encanta. Cuando venimos nunca tengo mucho tiempo, pero como soy fanático del golf, solemos jugar con los chicos de acá, que tienen una onda increíble, y con mi concuñado, Rafa. No somos de ir a comer afuera, nos gusta mucho comer asado en familia. Somos una familia numerosa, así que cuando venimos los chicos pueden jugar con los primos, está buenísimo.
-¿Cuántos años tienen tus hijos?
-El más chiquito, Benicio, todavía no llega a los dos años y medio, y Francesca tiene cinco años.
-Hoy vas a estar con Carina Zampini en el escenario donde cantará Sergio Dalma, ¿cuáles son las expectativas?
Es un día especial, porque nunca tuve un contacto tan masivo con el público de Junín. Sólo una vez que hicimos un desfile a beneficio con Ivana y estuvo buenísimo. Y hoy va a estar buenísimo, porque Junín es mi segunda casa. Mis hijos son mitad de Buenos Aires y mitad de Junín y mi mujer es de acá, por eso va a ser especial.
-¿Qué proyectos tenés para el año que viene?
-Todavía no lo tengo definido, porque todavía no está definida la fecha del final de la novela. Pero más o menos tengo en la cabeza lo que voy a hacer. Tengo ganas de hacer una obra de teatro y de participar en la producción de la novela que va a reemplazar a Dulce Amor.
De hecho, es lo que hice en esta novela antes de que salga al aire: participé en la producción hasta unos días antes de que se arme el primer plan de grabación.
Me gusta más actuar, pero lo otro lo hago desde chico y también me gusta muchísimo.
-¿Qué te pasa con el reconocimiento del público? ¿Te molesta que te saluden o que te pidan autógrafos en la calle?
-No, cómo me va a molestar, me encanta. Que la gente te demuestre su cariño, su afecto, que te cuente cosas de la novela y que vea lo que hacés, para mí es lo máximo que me puede pasar. No entiendo cuando dicen que les molesta.
-Sin embargo, es algo que repiten muchos artistas…
Cada uno tiene sus tiempos y uno sabe dónde puede haber mucha gente y dónde no. Yo trabajo hace 18 años, y si no sabés eso, sos un “gil”.
Uno tiene que ser respetuoso y agradecido de la gente, porque si no fuera por la gente que mira la novela, que va al teatro o que mira una película en el cine, no somos nada.
Es una frase hecha, pero nos debemos al público. Es más claro que el agua.
Por eso yo soy un agradecido y no me canso de agradecerle a la gente que ve Dulce Amor.