Luciano Castro, protagonista de “Amor a mares”, el filme de Ezequiel Crupnicoff en el que interpreta a un frustrado y deslucido escritor que se embarca en un crucero en busca de historias que lo inspiren para su nueva novela, rescató poder “mostrar un antihéroe, un personaje distinto al que siempre se ve en televisión”.
"Traté de aprovecharlo, de esforzarme actoralmente para rendir y que la gente pueda ver que también puedo hacer otras cosas, porque se me hace bastante difícil salir del papel de galán”, admitió el actor.
Es que si bien actualmente se lo puede ver por la pantalla chica en la piel de un musculoso boxeador que intenta ganarse el amor de la bella Celeste Cid en la tira “Sos mi hombre” (El Trece), Castro busca diversificarse y demostrar nuevas dotes actorales. El propio Crupnicoff remarcó que “ofrecerle un papel a un tipo tan encasillado implicaba un desafío, es muy distinto a lo que él hace y había un riesgo en hacer algo a lo que el público no está acostumbrado y en un género distinto”. Precisamente, en este filme que comparte con el “Puma” Goity, Paula Morales, Miguel Ángel Rodríguez, Luisa Kuliok, Agustina Córdova y Nacho Gadano, Castro debió subir de peso, usar ropa holgada y desaliñada para componer a Javier Finn, un hombre deprimido detrás de unos cuantos litros de alcohol.
PELÍCULA DEL DIRECTOR EZEQUIEL CRUPNICOFF Y SU DESAFIO
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