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Ricardo Darín: "Yo no me la creo, soy un laburante"

El actor Ricardo Darín, quien a través de una notable y sólida carrera se consagró como la figura más importante del cine argentino, aseguró que “a mí me sostiene el público y si eso deja de ocurrir en algún momento, espero estar preparado para esa situación”.

“Yo no me la creo, soy un laburante y la forma de corresponder a tanta aceptación es que me vean en movimiento y arriesgándome todo el tiempo sin creerme un fenómeno”, afirmó Darín.

Mientras disfruta del éxito de taquilla de su último trabajo cinematográfico, “Elefante blanco”, de Pablo Trapero, el consagrado actor concluyó el rodaje del filme “Tesis sobre un homicidio”, basado en la homónima novela del periodista Diego Paszkowski.

En esta historia, dirigida por Hernán Goldfrid, encarna a un prestigioso abogado, Roberto Bermúdez, que alejado de la actividad legal se dedica a la docencia hasta que su vida se ve alterada cuando se convence de que uno de sus mejores alumnos es el autor de un brutal asesinato que ocurre frente a la Facultad de Derecho.

“Cuando me ofrecieron el proyecto me pareció sumamente atractivo, me encantó. Es una historia con un guión muy sólido y no es fácil que haya un libro tan bien escrito y esta película lo tiene”, afirmó el actor que protagonizó más de una decena de filmes en la última década.

El protagonista de títulos como "La fuga", “El hijo de la novia”, "Kamchatka", “Luna de Avellaneda”, "El aura", "XXY", “Carancho” y “Un cuento chino” encarna en esta trama a un hombre escéptico, con actitudes soberbias y una caótica vida personal.

“Mi personaje está buenísimo. Es un tipo con humor ácido, bastante particular, muy detallista y es un observador del entorno como pocos, es una especie de águila”, describió Darín, quien a partir de su rol junto a Gastón Pauls en “Nueve reinas”, del fallecido cineasta Fabián Bielinsky, consiguió un importante reconocimiento y una gran proyección internacional.

“Hay bastantes cosas que me identifican con este personaje, algo del humor, a pesar de que creo que mi humor es mejor que el de él y también que ambos somos muy observadores. Ese es un punto fuerte en común”, sostuvo.

En el año 2007, el actor incursionó como director y guionista en la cinta "La señal" luego del fallecimiento de su amigo, el realizador Eduardo Mignogna.

“Esa experiencia significó asumir un compromiso emocional muy fuerte. Fue una forma de debutar al frente de un largometraje, pero no de la manera más deseada”, expresó.

“Desde la catástrofe de lo que significa perder un amigo, elijo una mirada positiva y hoy siento que él me hizo un regalo, me puso la mano en la espalda y me dijo: `bueno, anda y terminala vos que yo no puedo´”, relató el intérprete.

-¿Qué expectativas te genera “Tesis sobre un homicidio”?

-Esta es una historia atrapante. Pero una cosa es un libro y otra es una película terminada. Todos sabemos que la cocción final de un filme está en la edición y espero que esté a la altura de lo que venimos palpitando hasta ahora. Hay que encontrarle un ritmo, un pulso y una vibración especial, porque son historias que necesitan mucho de la atmósfera y de un clima especial.

-Te convertiste en el máximo referente del cine local. ¿Por qué creés que sos el actor más codiciado por los productores y el más aceptado por el público?

-Una cosa se relaciona con la otra, creo que los productores me buscan en algunos casos por las cualidades, capacidades o características de mi forma de trabajar y esto está directamente relacionado, aparentemente, con haber logrado una aceptación por parte del público cinematográfico.

En algún momento esto decaerá y espero estar preparado, pero mientras tanto disfruto de esa posibilidad. Trato de elegir los trabajos de acuerdo a mi estómago y a mi corazón y de no defraudar a quien creo es mi verdadero sostén, que es el tipo que paga una entrada y se sienta en una butaca y dice “voy a ver esta película”.

Vivo pensando en ese ser, trato de no aburrirlo y de mostrarle que asumo riesgos porque no me gusta quedarme encasillado en ningún lugar, a veces las cosas me salen mejor y otras, peor. Me gusta mucho mi trabajo y mi forma de agradecerlo y de disfrutarlo es precisamente buscando ese riesgo y asumirlo, por eso hago operas primas, me meto en proyectos raros y me parece que eso es lo que tiene que hacer un artista. Esa es la forma de corresponder a tanta aceptación.

-Lograste hacer éxitos en teatro, en televisión y en cine; ¿qué crees que generás en la gente?

-A lo mejor tengo una cierta capacidad para involucrarme con buenos profesionales, con gente con la que hacemos buena química y eso se traduce en que ese trabajo resulta atractivo para la audiencia. No soy yo solo, no existe, hay muy pocos casos en la historia de personas a las que se les perdona todo y que solas pueden hacer un espectáculo, ni siquiera me atrevo a nombrarlas porque sería una falta de respeto.

Si pretendiera quedarme con el placentero sabor de la aceptación sería no solo muy injusto, sino, muy hipócrita, porque no es lo que yo pienso.

Creo que las cosas se cocinan de otra forma, cuando hay un buen libro, buenos compañeros, un buen director y una producción que te apoya en tiempo y distancia, es más fácil estar cerca del espectador.

Lo que pasa es que todo se dirime en el simplismo y en el facilismo de decir “voy a ver la de Darín”, pero en esto tiene que ver la prepotencia y la frecuencia del trabajo que hace que para simplificar las cosas se diga eso. Pero la realidad es que si analizás todas las películas que hice en los últimos 15 años no todas han tenido el mismo resultado.

-¿Tenés pensado volver a dirigir?

-Sí, lo voy a hacer porque me apasiona. Sé que estoy aprendiendo y que he incorporado mucha información y estoy todavía procesando cosas y todo eso va hacia un embudo que es atreverme a hacer otro largometraje.

-¿Por qué estás ausente en la televisión?

-¿Por qué tendría que estar? ¿Para qué?

- Sos actor… ¿No hay proyectos que te interesen?

-Los actores todavía conservan un mínimo espacio dentro de la televisión, pero cada vez es más reducido y yo espero no quedar en esa trituradora, ya trabajé demasiado en televisión. Hay proyectos y ficciones muy buenas, programas interesantes, buenos actores y algunos buenos libros, pero en términos generales tengo la sensación de que la televisión está copada por otra mentalidad, más de producción que artística.

Es una etapa y hay que respetarla, es así, me parece fantástico, tiene que haber de todo, pero mientras tanto yo me refugio en las cosas que me dan placer y me dejan trabajar con tranquilidad, como son el cine y el teatro.

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