65° FESTIVAL CANNES
Benjamín Avila y Natalia Oreiro presentaron la película argentina “Infancia clandestina”
El filme, cuyo fondo es la Argentina de 1979, durante la conocida más tarde como "contraofensiva montonera", es el segundo largometraje de Avila, autor del documental "Nietos: Identidad y memoria", que logró amplia repercusión tras su estreno, en 2004.
Daniel (César Troncoso), Charo (Natalia Oreiro) y Juan, al que fuera de casa todos conocen como Ernesto, y Beto (Ernesto Alterio), hermano del primero, conforman una familia que esconde un secreto. A finales de la década del 70, todos viven el miedo a flor de piel porque tienen un vínculo muy fuerte con la militancia y la acción directa, porque conviven con armas, y todos ellos tienen los nombres cambiados.
En medio de esa clandestinidad, un chico de 12 años trata de vivir su paso de la infancia a la adolescencia disimulando esa verdad, y con su entorno trata de ser feliz porque, al fin y al cabo, es a eso lo que apunta su lucha de sus padres. Benjamín Ávila es hijo de madre desaparecida, secuestrada con un niño que por largo tiempo fue buscado por Abuelas del Plaza de Mayo hasta su final recuperación; el último compañero de su madre, un alto jefe de Montoneros, cayó abatido hacia finales de esa misma década.
Daniel (César Troncoso), Charo (Natalia Oreiro) y Juan, al que fuera de casa todos conocen como Ernesto, y Beto (Ernesto Alterio), hermano del primero, conforman una familia que esconde un secreto. A finales de la década del 70, todos viven el miedo a flor de piel porque tienen un vínculo muy fuerte con la militancia y la acción directa, porque conviven con armas, y todos ellos tienen los nombres cambiados.
En medio de esa clandestinidad, un chico de 12 años trata de vivir su paso de la infancia a la adolescencia disimulando esa verdad, y con su entorno trata de ser feliz porque, al fin y al cabo, es a eso lo que apunta su lucha de sus padres. Benjamín Ávila es hijo de madre desaparecida, secuestrada con un niño que por largo tiempo fue buscado por Abuelas del Plaza de Mayo hasta su final recuperación; el último compañero de su madre, un alto jefe de Montoneros, cayó abatido hacia finales de esa misma década.