Después de casi seis años de manoseo, excusas y tiradas de pelota afuera, la sala Alberto Ginastera del Teatro Argentino, orgullo platense y una de las más preciosas de Latinoamérica, volvió a levantar el telón. Lo hizo anoche, en una gala exclusiva para invitados que hoy se repetirá para el público general, con el testamento de Beethoven, su Novena Sinfonía, un himno universal que selló, entre la potencia, la emoción y la alegría de su partitura, una fecha de reapertura que volverá a quedar en la historia.
Renovada, con butacas negras, más bajas y accesibles, dispuestas a mayor espacio entre una y otra fila para más comodidad de los espectadores, la Ginastera volvió a dar sala. La última vez había sido en noviembre de 2017, con una función de la ópera “Cosi fan tutte”, con la que el gobierno de María Eugenia Vidal la cerró para volverla a poner en valor después de “17 años sin mantenimiento”. Los trabajos comenzaron en 2018, sin embargo, pronto se detuvieron y el único programa que se ejecutó fue el de la desidia.
Aunque por fuera lucía bonito, el corazón del Teatro Argentino, su sala principal, permaneció desmantelada. Las obras se detuvieron, los trabajadores dejaron de ser convocados y los cuerpos estables se “oxidaron” pero nunca dejaron de reclamar: “Queremos tocar, queremos cantar, queremos bailar”.
En 2019, cambió la batuta política, irrumpió luego la pandemia y aunque en 2022 se reabrió la Piazzolla y hubo actividades populares en espacios como la plaza Seca, la Ginastera siguió en silencio durante cuatro años más, hasta ayer.
Su reapertura, según explicaron las autoridades provinciales, forma parte de un plan integral de recuperación del Argentino, para el que se destinaron 350 millones de pesos. Muchas obras de infraestructura y mejoras para los cuerpos artísticos todavía restan terminar y prometen que se irán ejecutando con “el público dentro de la sala”.
LA GALA DE REAPERTURA
Vestidos, trajes y una sobria elegancia cortada con escasas excepciones enmarcaron anoche con una velada que tuvo como principal protagonista político al gobernador Axel Kicillof. Lo secundó Verónica Magario, vicegobernadora, y Florencia Saintout, presidenta del Instituto Cultural, de quien depende ahora el Argentino. También estuvo presente su director artístico, Ernesto Bauer.
En el escenario, Kicillof definió al primer coliseo bonaerense como “una joya” pero fue descriptivo al asegurar que su gestión recibió “una joya repleta de basura”. Dijo que se “obsesionó” con su puesta en valor, y que trabajó codo a codo con Saintout que en algún momento creyó que llegar a la reapertura sería “imposible”, pero lo lograron.
Detalló que trabajaron de “afuera hacia adentro” con el norte puesto en impulsar un “proyecto distinto”, de una programación inclusiva. “La idea fue combinar todos los géneros y no discriminar géneros teóricamente más elevados y géneros más populares porque la verdad es que todo es cultura, todo es arte y todo es el pueblo”, aseguró.
Entre los invitados que colmaron la sala (que ahora tiene una capacidad para 1780 espectadores), hubo varios famosos. Desde Víctor Hugo Morales, hasta Thelma Fardin, pasando por las actrices Cristina Banegas, Mirta Busnelli, Luisa Kuliok y Cecilia Rosetto. También estuvieron presentes el sindicalista Roberto Baradel, la ex ministra de Economía, Silvina Batakis y la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, entre otras personalidades.
El programa de anoche, a cargo de la Orquesta y el Coro Estables - que seguramente esta noche tengan una mejor recibida cuando ingresen a la sala-, abrió con el Himno Nacional Argentino, e incluyó la participación de la Camerata Académica, que dirige Bernardo Teruggi, y del Coro de Niños, que conduce Mónica Dagorret. Y después, el plato fuerte: la Sinfonía N° 9, en re menor, Op. 125, de Ludwig van Beethoven, que hizo emocionar hasta a los que desconocían el programa con su magnitud instrumental.
Con dirección del maestro Carlos Vieu, y con Eduviges Picone a cargo del Coro, la gala contó con el cuarteto solista integrado por el tenor Juan Carlos Vassallo, el barítono Hernán Iturralde, la mezzosoprano Cecilia Díaz y la soprano Paula Almerares, quien vivió una noche de profunda emoción por tratarse de la segunda vez que le toca reabrir la Ginastera, tras 1999.
En aquella oportunidad, el programa fue otro e incluyó una pieza de danza para el lucimiento del Ballet, que, anoche, fue el único cuerpo estable que no participó. Según Bauer, se debió exclusivamente a una cuestión de tiempos que les impidió disponer del escenario adecuado aunque anunció que ya se está preparando para “Romeo y Julieta”, el título con el que abrirá la temporada de danza en junio, con la dirección del platense Iñaki Urlezaga.
LA TEMPORADA 2023
La gala de anoche sirvió también para adelantar la temporada artística que se podrá ver en el Argentino este 2023 que, en lo que a ópera respecta, abrirá y cerrará con Verdi: “Aída” se ofrecerá en mayo y “Falstaff” en octubre. También se mostrará “Pagliacci” en agosto, pero en versión de concierto.
Dentro del ciclo anual de conciertos, que abrió con la Novena de Beethoven, se destacan el “Réquiem” de Mozart y la Sinfonía Nº 4 de Haydn en julio; la “Rapsodia sobre un tema de Paganini” de Rachmaninov y la Sinfonía Nº 6 de Dvorák en septiembre; y el “Requiem” de Verdi, en diciembre.
En cuanto al ballet, además del mencionado “Romeo y Julieta”, se ofrecerá “Giselle” en agosto y el imbatible “El cascanueces” en diciembre con el que la Ginastera bajará el telón este año.
Según adelantaron, las entradas para esta temporada serán gratuitas y seguirán reservándose a través de la modalidad virtual. Consultados por este medio por la posibilidad de habilitar alguna boletería física para las personas que no pueden acceder a internet, aseguraron que harán lo posible para que nadie se quede afuera.
El martes se anunció que la Novena tendría una segunda función, abierta y gratuita, para el público general, que se realizará hoy a las 20 pero las entradas se agotaron en cinco minutos. Quince minutos antes del inicio de la función se entregarán las entradas que, aún reservadas, no fueron retiradas.
Los que no tengan el privilegio de poder asistir a la velada de esta noche, el domingo tendrán otra oportunidad: la Orquesta Estable, dirigida por Vieu, y con la soprano Daniela Tabernig como solista, ejecutará el Programa Nº 2, integrado por “Cuatro últimas canciones” de Strauss y la Sinfonía Nº 4 de Mahler. Las entradas se habilitarán para reservas hoy a la tarde.
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