Casi al mismo tiempo en que Wanda Nara publicaba una foto desnuda, pero tapada con las sábanas, en la que despertaba teorías de una noche apasionada, L-Gante hacía lo propio desde el baño del lujoso departamento que la empresaria tiene en el Chateau Libertador, en Nuñez. Para muchos, lo del cumbiero, fue una provocación para Mauro Icardi que lo mira por Instagram.
La foto en cuestión muestra al artista, a la madrugada, en una selfie luminosa: con el torso desnudo, L-Gante posa en un sanitario revestido con paredes de mármol, un detalle que no pasó inadvertido por los investigadores de las redes sociales que, rápidamente, descubrieron que se trataba, ni más ni menos, que del baño de la ¿ex? botinera.
Según trascendió, el martes pasado, la rubia y el cantante se habrían reencontrado tras un mes distanciados: tras irse de Argentina, Wanda regresó a Turquía, metió a sus hijos en un avión privado y se fue de vacaciones familiares por Italia e Inglaterra. Después regresó y, en un intento por recomponer su relación con su marido, aceptó una tregua con Icardi por las paradisíacas Islas Maldivas. Allá, la pareja, vivió realidades paralelas: mientras él se encargó de compartir los acercamientos en las redes, ella los ocultó. E, incluso, dijo que intentó darle otra chance a la relación pero no funcionó.
Así, tras una pelea con Icardi, que como un chico le escondió el pasaporte para evitar que saliera de Turquía, Wanda volvió al país y lo primero que hizo fue encontrarse con L-Gante. Según Yanina Latorre, tenía un motivo muy grande para volver con él.
“Quedó enloquecida”, dijo la panelista a quien, palabras más, palabras menos, Nara le habría reconocido que nunca en su vida un hombre le había hecho sentir tantas maripositas en la panza.
La cuestión es que, desde que llegó al país, muy poco se la ha visto haciendo sociales: parece que, desde entonces, le está dando rienda suelta a la pasión con L-Gante en la casa que supo compartir con Icardi.
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