La de Kirsten Dunst ha sido una carrera con altibajos tan bruscos como una montaña rusa: con apenas siete años, Kirsten Dunst le puso voz a Kiki, la bruja de 13 años protagonista de “Kiki’s Delivery Service”, en el doblaje al inglés del filme de Hayao Miyazaki; ese mismo año, apareció en uno de los segmentos, dirigido por Woody Allen, de “Historias de Nueva York”, y al año siguiente, estuvo bajo las órdenes de Brian de Palma en “La hoguera de las vanidades”, antes de convertirse en una megaestrella con películas como “Las vírgenes suicidas”.
Pero con la fama llegó la oscuridad, un período en rehabilitación y otro algo alejada de las cámaras. Sin embargo, cerca de los 40, que cumple a fin de mes, Dunst vuelve a brillar fuerte: su papel en “El poder del perro” le valió la primera nominación a un Oscar en toda su carrera. “Eric (Kranzler, mánager de la actriz) me llamó y me dijo que había sido nominada, así que estaba llorando con mis hijos. Y ellos están tipo: ‘¿Por qué demonios llora mamá?’”, dijo Dunst a Variety sobre el momento en el que supo que era candidata al Oscar. La actriz ha tenido que esperar más de 30 años para que la Academia reconociese su trabajo.
Dunst ha crecido delante de una cámara: “Mi madre fue la que me ayudó a llegar a donde estoy”, dijo en 2005 a The Independent. “Ella me llevaba todos los días a Nueva York para hacer audiciones. Mi padre me apoyaba, pero no creía que los anuncios de televisión llevasen a nada. No se dio cuenta de que mi madre y yo estábamos en una misión. Pero está orgulloso de mí”.
Nació el 30 de abril en 1982 en Point Pleasant, en Nueva Jersey, y con diez años ya tenía varias decenas de anuncios en su haber. Su madre tuvo claro que estaba destinada a ser actriz. Cuando sus padres se separaron, teniendo ella once años, se mudó con ella a Los Ángeles. Si bien su madre fue su motor para ser actriz, también fue la quien la ayudó a mantener los pies en el suelo y conservar la normalidad, según contó la edición británica de Marie Claire en 2015.
“Ser una actriz infantil puede ser realmente insano para tu psique”, dijo, “pero mi madre siempre me mandó a una escuela normal, así que nunca me perdí el baile de graduación, las excursiones ni nada de eso”. “Entrevista con el vampiro”, la adaptación cinematográfica de la novela de Anne Rice, dio un empujón considerable a su carrera. Dunst, que interpretaba a Claudia, una vampira condenada a tener siempre un cuerpo infantil, compartió cartel con Brad Pitt, Tom Cruise y Antonio Banderas, entre otros. “Me trataron con mucha dulzura.
Yo era una princesa en ese plató”, dijo la actriz sobre el rodaje a Entertainment Weekly a finales del año pasado. “La oscuridad siempre se equilibraba con los chistes de pedos de Brad”. Su interpretación le valió una nominación a los Globos de Oro.
AUGE Y CAÍDA
A la cinta le siguieron diversos títulos como “Mujercitas”, “Jumanji”, “The Outer Limits”, “Drop Dead Gorgeous” y la mencionada “Las vírgenes suicidas”, de Sofia Coppola, entre otras. “Fue un punto de inflexión para mí. Tener eso a través de una mirada femenina en lugar de masculina me preparó para el resto de mi carrera, siendo una chica joven en esta industria, para no querer esa aprobación de los directores masculinos”, dijo al medio sobre trabajar la parte sexual que requería su personaje con la directora.
“Sofía me dio eso de una manera muy bonita y tierna”. Y su camino continuó con más producciones como “Bring It On”, “Get Over it”, “Spider-Man”, “La sonrisa de Mona Lisa”, “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos” y “María Antonieta”, entre otras. Para entonces ya llevaba media vida trabajando. A los 25 años, tuvo que parar. “Fui allí por depresión”, dijo en 2008 a E!News sobre su ingreso en una clínica. “Lo estaba pasando mal y tuve la oportunidad de ir a un lugar y cuidarme. Tuve la suerte de tener los recursos para hacerlo”.
El año pasado, en una entrevista con The Sunday Times, recogida por diversos medios, dijo que sentía que estaba enfadada en aquel momento. “No sabes que estás reprimiendo toda esa ira. No fue algo consciente”, añadió. “Es difícil hablar de algo tan personal, pero también es importante compartirlo”.
Tras esta pausa, Dunst volvió a la interpretación. En 2010, para “All the Good Things”, según publicó recientemente Vanity Fair, buscó un profesor de interpretación que encajara con sus métodos. “Estaba comprometida [con la actuación], pero hubo un punto en el que pensé que la manera en la que estaba haciendo esto ya no me apasionaba”, dijo a W Magazine el pasado enero.
“Llevé un guión a algunos profesores diferentes y encontré a uno con quien realmente me encanta trabajar, que cambió la interpretación a algo que hago para mí más que para los demás”. En la filmografía de la actriz también aparecen otros títulos como “Melancholia”, con la que ganó el premio a mejor actriz en Cannes, “Upside Down”, “Hidden Figures” y “Woodshock”.
Además, ha compaginado trabajos en el cine con formatos televisivos como la exitosa serie “Fargo” o la más reciente “On Becoming a God in Central Florida”. Sin embargo, la actriz, según dijo en 2019, sentía que la industria de la que llevaba tantos años formando parte no reconocía su trabajo. Algo que puede haber cambiado tras su reciente nominación al Oscar por “El poder del perro”, su primera película en cuatro años. “Es muy raro estar en una buena película que gusta a todo el mundo”, dijo a Vanity Fair sobre lo excepcional de esa intersección, “sé lo especial que es este momento”, añadió. “Abre muchas puertas para mí”.
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