Sorpresa en Cosquín: Carlos “La Mona” Jiménez, leyenda del cuarteto cordobés, cerró de la segunda jornada del Cosquín Rock, demostrando que a los 71 años y con 90 álbumes grabados y más de 36 millones de discos vendidos, ha sorteado las barreras del género donde reina para compartir con figuras del rock y de otros estilos musicales.
Aunque siempre se reconoció el gran lazo afectivo y de respeto existente entre la máxima estrella cuartetera Carlos “La Mona” Jiménez y el rock, nunca se había consolidado una alianza artística entre ambas partes hasta la noche del domingo, cuando por primera vez el ídolo cordobés pisó el escenario del Cosquín Rock en el cierre de esta nueva edición, que se realizó en el Aeródromo Santa María de Punilla.
La Mona demostró que su show no desentona en el contexto de un festival rockero, algo que se materializa a partir del pulso sonoro de su banda y de su postura escénica, pero que además se reflejó en el hecho que lo hizo poco después de un demoledor set de Divididos y de la locura ricotera desatada por la Kermesse Redonda. En una jornada en la que el rock había levantado bien altas sus banderas, La Mona también señaló así caminos alternativos para intenciones similares.
Más allá de tratarse de un festival rockero, la leyenda del cuarteto se movió con total comodidad desde el inicio de un set plagado de grandes éxitos, como “Beso a beso”, “La huella”, “Ramito de violetas”, “La Mona es un muchacho de barrio”, “El marginal” o “El renegado”, entre otros. A la hora de versionar, el cordobés se despachó con “Por qué te vas” y “Me mata”, de Kapanga, en un vendaval que también tuvo cambios de vestuarios, llamativas gráficas y fuegos artificiales.
Hacia el final, Juanse se sumó como invitado especial para tocar “¿Quién se ha tomado todo el vino?”, una fiesta a la que también se subieron el ex Los Piojos Micky Rodríguez y el organizador del festival José Palazzo, ambos en el bajo. Juanse, efusivo, terminó corriendo con el torso desnudo por el escenario, para sorpresa de la propia Mona, en otro momento límite con carácter de leyenda que se vivieron en la historia del Cosquín Rock. La Mona fue el cierre del ya tradicional encuentro musical en una jornada que incluyó, además de a los mencionados Divididos y la Kermese Ricotera que hizo estallar el predio, a Fito Páez, que tuvo su esperado y feliz retorno al festival con un luminoso show que confirmó el gran momento que atraviesa este artista, en el que sonaron temas de su último trabajo “Los años salvajes”, y otros inoxidables como “El chico de la tapa” y “11 y 6”.
____________________________________
Seguinos en Instagram
COMENTARIOS