La “cruz” de Domenech: El periodista apuntó contra su ex y la Justicia por no poder ver a sus hijos

De relatar casos y denuncias policiales de otros en la pantalla chica, Sebastián Domenech pasó a contar el suyo en las redes sociales. A través de un hilo de Twitter, que culminó con una detallada carta, el periodista de TN y El Trece reveló que hace seis años que no puede ver a sus hijos mayores, Carolina y Máximo, de 11 años de edad, por una “falsa denuncia” -y otras acciones- de su ex pareja y madre de las criaturas.

La Navidad, los cumpleaños, las enfermedades y la vida misma siguen pasando, pero la inoperancia de un Juzgado nos impide salir de este laberinto judicial que él mismo creó y que deja a los nenes sin uno de sus derechos, el de construir su propio camino y compartirlo con su papá”, manifestó Domenech.

OTRA NAVIDAD SIN ELLOS
Más de 6 años pasaron ya de aquella falsa denuncia, la Justicia confirmó la mentira, pero ahora no sabe cómo solucionarlo. Una medida cautelar "provisoria”, sigue vigente y me impide ver a mis hijos Carolina y Máximo que hoy ya tienen 11 años. pic.twitter.com/12qS3uTUS2

— Sebastián Domenech (@domenech_news) December 21, 2021

“La infancia de ellos ya me la robaron, tenían 5 años cuando comenzó esta pesadilla. Ahora pido que puedan compensarnos a ellos, a mí y al resto de la familia que necesita verlos, como sus abuelos, sus tíos y hasta Sol, su hermana menor, que seguro ni saben de su existencia”, agregó el periodista que en su juventud jugó al fútbol profesional y que es fanático del Pincha.

Según el periodista, “lo único que tuvo de productivo el paso del tiempo es que le permitió a la Justicia darse cuenta finalmente de que todo era falso, que aquella denuncia en mi contra era una mentira. A pesar de ello, aún no lo arregló”.

Domenech habló de “desidia”, “inoperancia” y acusó con nombre y apellido a la jueza que “permitió que ocurra todo esto”. Según él, sus hijos, este año, no fueron llevados “ni un sólo día” a la escuela. Y ni siquiera con la denuncia de la escuela “por la violación de los derechos de los niños a la educación” logró que el juzgado hiciera algo. También aseguró que desoyeron un informe psicológico sobre la madre de las criaturas que asegura que “le cuesta registrar las necesidades de sus hijos”.

También acusó a su ex de haber ingresado una madrugada en su casa, “alcoholizada”, de haber intentado matarlo con dos armas blancas que fueron secuestradas. “Por suerte aún guardo el audio del Comando de Patrullas de la Policía dando la alerta y con la intervención de los policías que también fueron agredidos por la arrestada”.

Domenech denunció que varias veces vio interrumpido el proceso de revinculación con los chicos porque la madre faltaba o ponía “palos en la rueda”. Aunque relató un episodio de gravedad cuando “la madre denunció que una tarde había intentado ahorcarlos mientras comíamos en un restaurante”. Pero ese día, según él, él estaba junto a una asistente social que pudo comprobar no sólo que nada de eso había pasado sino que “había sido una tarde feliz para ellos con su padre”.

En este sentido, advirtió que “las constantes falsas denuncias” son las herramientas con las que su ex sigue “impidiendo que yo aún siga ausente en la vida de mis hijos porque el sistema lo permite y para el juzgado, somos un expediente más”.

Domenech reveló que ha recibido denuncias en las redes, desde “golpeador” a “violento” y aseguró que logró frenar un “intento de escrache” con una denuncia en la División Cibercrimen de la Policía de CABA que “confirmó formalmente el origen de esos ataques virtuales” cometidos “por la denunciante”.

“Esta es mi lucha, mi cruz, que después de pensarlo tanto tiempo, decidí contar. Sé que a algunos tal vez no les interese, pero a muchos los puede identificar y viven injusticias similares”, dijo.

Y cerró: “Quienes están cerca mío conocen en detalle todo esto y saben que detrás de este expediente hubo una historia mucho más triste de puertas para adentro de la cual logré salir un año antes de la denuncia. El juzgado también lo sabe, con pruebas y testimonios, pero nunca quiso reaccionar. Ojalá que cuando la jueza abra realmente los ojos ya no sea demasiado tarde. Ese es mi mayor miedo”.

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