Camila Cabello, la cantante cubana radicada en Estados Unidos, da el salto a la pantalla nada menos que con “Cenicienta”, película que regresa al mito para reescribirlo para el siglo XXI, una experiencia que, confió la artista, fue “transformativa” en su vida: ahora se siente “otra” como persona y como artista después de haber encarnado al popular personaje de la literatura infantil. La cinta, que se estrena el viernes en la plataforma Amazon Prime Video, representa el debut de Cabello en la actuación, y es una visión diferente del tradicional cuento de hadas. También es la primera vez que una latina encarna a uno de estos personajes tan icónicos en una producción de Hollywood. Nacida en Cuba, de madre cubana y padre mexicano, Cabello aseguró que se siente particularmente orgullosa de que la película no ponga el foco ni sobre su latinidad, ni sobre la diversidad, equidad e independencia que deben disfrutar todos los seres humanos.
Cabello explicó en una teleconferencia con la prensa que en la cinta se muestran “las cosas como soñamos que sean, con los valores que defendemos en este 2021”, aunque la historia está ambientada en otra época. En este sentido aplaudió el elenco multirracial y multinacional, así como la inclusión del actor estadounidense Billy Porter en el rol de la hada madrina fabulosa. “Es un personaje sin género y fue una decisión que vino del mismo lugar que inspiró el que se contara la historia de una Cenicienta latina”, manifestó.
¡SABOR!
Y vaya que es latina. Con el nombre de Ella, por el que recibe el apodo en inglés de “Cinderella”, porque siempre está en el sótano de la casa
cerca de la chimenea, el personaje creado por Cabello es pícaro, con un gran sentido del humor y, como buena caribeña, baila moviendo los hombros y las caderas y no cree en eso de que “calladita se ve más bonita”. Todo lo contrario.
“Me siento muy orgullosa de estar representando a mi gente latina y ser el vehículo de los mensajes increíbles que contiene esta película”
como la diversidad, la equidad de género y la independencia y la libertad de los seres humanos. “Es una película que podría verse como feminista, porque ella no está esperando que el príncipe la salve, pero en realidad enseña cómo defender lo que uno quiere”, afirmó Cabello, que en la cinta es una especie de aspirante a diseñadora de moda en un mundo antiguo y anticuado que no está listo para ella. De hecho, quiere ir al famoso baile para mostrar sus vestidos y escapar a su destino, y el amor del príncipe se convertirá más en un conflicto (seguir sus sueños o convertirse en princesa) que en una forma de realización, como era en los viejos cuentos de hadas. Famosa por canciones como “Havana”, “Señorita” y “Don’t Go Yet”, su más reciente éxito, Cabello no podía dejar fuera el importante rol de la música en la cinta, una película con mucho baile y varios himnos pop para decorar la banda sonora, lo cual explica la elección del elenco que la acompaña en su primer trabajo como actriz: Idina Menzel, Minnie Driver, James Corden, Nicholas Galitzine, Porter y Pierce Brosnan.
“Aprendí que me encanta actuar y que me encantaría repetir la experiencia y que mi mamá tiene razón cuando me dice que mi felicidad es mi responsabilidad y que nadie, aunque me ame mucho, va a poder defender lo que yo quiero para mi vida”, dijo. Similar a lo que piensa su personaje: “Ella (Cenicienta) es tan leal a sí misma que aunque nadie haga las cosas en las que ella cree, no tiene problema en ser la primera. Cuando yo era pequeña no había un personaje así, en el que yo me viera y que pudiera emular. Ahora lo hay”, dijo.
EL DEBATE DE LA REPRESENTACIÓN
Lo que señala la cubana es la importancia de la representación en el cine, muchas veces desestimada como algo meramente simbólico, carente de relevancia en el “mundo real”: aunque se puede debatir hasta qué punto las grandes empresas no están utilizando la imagen de las minorías para su propio lucro (una reciente tarjeta de crédito se publicitaba como un producto “hecho por queers, para queers”), o incluso se- ñalar que este tipo de reversiones con minorías invisibiliza los motivos históricos por los cuáles esos cuerpos no están en pantalla, la importancia de la representación en pantalla ha sido recalcada una y otra vez por las llamadas minorías que se ven fuera del cine de Hollywood: recientemente, el actor y director John Leguizamo señaló que desea “el 20 % de representación. Quiero el 20 % de ejecutivos, el 20 % de rostros y el 20 % historias, no el 1 % de historias”, afirmando que venden el 25% de las entradas de cine en Estados Unidos y agregando que “necesitamos celebrarnos a nosotros mismos como una comunidad ‘latinx’. Nosotros, los latinos, tenemos sú- per poderes”. Una productora como Warner apostó a ese 25% con la reciente “In the heights”, musical del popular Lin-Manuel Miranda (“Hamilton”) llevada al cine. Sin embargo, entre la pandemia y el estreno en simultáneo vía on demand, la película no rindió en la taquilla, despertando todo tipo de debates sobre los porqués.
Todo eso, sin embargo, no significa que la nueva “Cenicienta” sea un sermón sobre la inclusión. “Aunque hablamos de valores importantes, la película es muy divertida, llena momentos inesperados, humor y música”, destacó Cabello, que enfrentó un reto profesional que nunca había intentado y que ha influenciado en su forma de trabajar, como, dice, quedará patente en su próximo disco, que saldrá en los próximos meses. “A diferencia de la música, que es un proceso más solitario, el cine y la actuación dependen de la colaboración. No hay nada que uno pueda hacer solo y siento que en este disco nuevo incorporé muchos de los elementos de esa forma de trabajar”, expresó la artista, que quedó “enamorada de la experiencia” y ahora desea que “Cenicienta” sea la primera de muchas películas. ¿Nace una estrella?.
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