Cuando era chiquita, Sofía Sola salía a vender los brownies que hacía su mamá por el barrio cerrado Pacheco Golf. “Arrancaba por lo de Ricky porque sabía que me compraba seguro”, contó con picardía la cuarta hija de Maru Botana. Se refirió a su vecino de entonces, Ricky Sarkany, el zapatero más visionario y famoso de la Argentina. “Desde esa época nos tenemos mucho cariño”, agregó Sofi, que acaba de cumplir 16 años y cursa quinto año del secundario. Tiene 1,71 de estatura –”no sé cuánto es en la industria de la moda”, esgrime con ingenuidad– , cara de muñeca, ojos verdes y una frescura inalterable. Es hija de la cocinera que en los noventa revolucionó la gastronomía televisada y de Bernardo Sola, un ingeniero agrónomo.
“Mamá, quiero ser modelo”, le anunció Sofía a Maru en abril, después de divertirse haciendo fotos para promocionar en Instagram la marca de ropa de una amiga. “Quiero tener mi plata”, agregó sobre esas ganas, tan típicas de la adolescencia, de probar cómo sabe la independencia. “Nacida para ser madre” –como muchas veces se definió– Maru le contestó con un intuitivo “me parecía que tenías ganas de ser modelo” y la apoyó. “Pero le sugerí que pruebe con una producción de fotos en serio, para ver si realmente le gusta. Es como aquel que dice: ‘me gusta la cocina’, pero para confirmarlo tiene que pasar un buen rato entre el calor de los hornos y yendo de acá para allá. Para ser modelo, es lo mismo: hay que pasar frío y probar mil looks”, reflexionó la cocinera. Así fue como a Maru se le prendió la lamparita: “¿Por qué no le escribís a Ricky? Él te ama”.
Y eso hizo Sofi. Le mandó a Sarkany un mensaje hablándole de sus ganas de lanzarse como modelo y obtuvo una respuesta positiva en minutos –“Venite el miércoles”–, que llegó con una dirección y un horario. “Me dijo que serían quince minutos, pero me quedé dos horas haciendo fotos a full”, contó Sofía sobre el shooting que protagonizó para el lanzamiento de la colección cápsula Reset. Fue entre hoodies, zapatillas y joggers sastreros de seda lavada, entre otros ítems. “La pasé bomba”, detalló. Y dio cuenta de una simpatía que habla de la más parecida a Maru de los ocho hijos Sola Botana que se completan con Agustín (21), Lucía (19), Matías (17), Santiago (14), Facundo – murió en septiembre de 2008–, Juan Ignacio (11) e Inés (9). “Veo fotos de mi mamá a mi edad y, físicamente, ¡somos iguales! Solo que ella es más petisa y tiene más rulos. Además, soy extrovertida, como ella. Caigo a un lugar y hablo mucho”, se rió Sofía y cuenta que no está de novia. “Cuando era chica y venían a sacarnos fotos yo me quedaba un rato más charlando con los fotó- grafos. Me re divertía todo eso. Después hubo un tiempo, en la pubertad, cuando me sentí más insegura. Ahora me digo: ‘Sí, Sofía, tenés que ser modelo’”, apuntó con naturalidad. “Me ponés una cámara y ¡no soy yo!: poso re seria. Parezco más grande. Después, cuando me veo, me tiento de risa.
La de las fotos no es esta chiquita con la que estás hablando”, agregó con plena conciencia de que está empezando en el modelaje. “Soy una principiante”, asegura y contó que por ahora no tiene, ni buscará agencia. Se apoyará en su mamá y los contactos que se puedan ir abriendo. ¿Qué opina su papá de todo esto? “Por ahora está calladito. Pero por las dudas, cada vez que mamá manda una foto de la producción al grupo ‘familia’, le digo: ‘No, mamá. Mandámela directamente a mi’”, comentó entre carcajadas. “Sofi siempre tuvo carácter fuerte y estuvo bien plantada.
Sabe muy bien lo que quiere. Me marcó el camino muchas veces... Siempre fue muy Susanita, como yo. Además, hace unos años descubrió que le gustaba cuidar su cuerpo y hoy es una bomba. De a poquito fue perfilando y me dijo que quería dedicarse a esto. Además, canta muy bien y le gusta la actuación”, agregó Maru y está contenta con poder abrirle las puertas a su hija, siempre cuidándola desde cerca y explicándole dónde termina el juego y empieza el trabajo profesional. “Confío en ella porque es madura, positiva y responsable. Mis hijos son chicos que cuentan. Eso es muy importante”, apuntó la cocinera sobre un mundo dónde hay que saber cómo moverse para no perderse. “¿Qué mejor que arranque con Ricky? Sé que está cuidada”, resumió Botana, orgullosa de esa “hija del medio” que se lanza al mundo.
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