La mismísima Natalia Oreiro fue la encargada de que fuera posible la realización de “Nasha Natasha”, el documental que se estrenará hoy por Netflix y que muestra la gira que realizó por Rusia, en el año 2014. El filme, dirigido por su compatriota Martín Sastre y con producción ejecutiva de Axel Kuschevatzky, fue estrenado hace 5 años en el Festival Internacional de Cine de Moscú y, de acuerdo a las palabras de su propia protagonista, muestra “el recorrido que alguien hace hasta llegar a conseguir un sueño”. La versión que se verá por Netflix está más enriquecida que la estrenada en 2015 en el Teatro Rossaya, ya que se le añadió más material y entrevistas a amigos y parientes de la artista. En una reciente entrevista, Oreiro rememoró aquella gira por Rusia, ya que en un comienzo le “dolía” tener que separarse de su pequeño Atahualpa, que tenía 2 años por aquel entonces. “Eso me preocupaba, pero lo pude transitar gracias a Ricardo (Mollo) ese gran compañero que tengo, que siempre estuvo al pie del cañón, que se quedó con él, que lo llevó y lo trajo”, recordó la actriz, que añadió que el documental también relata otros momentos que para ella son “inolvidables” como “la vuelta al origen, el regreso a la casa de mi infancia con mis abuelos, donde yo me reconozco como niña, mujer y persona, donde siento que esa es mi esencia, porque si yo cierro mis ojos me veo ahí en ese galpón disfrazándome y soñando con ser actriz”. Si bien puede considerarse como una vuelta a sus “orígenes”, a criterio de Natalia, lo que hace “tan potente y real” este material es el hecho de que “en el momento en el que yo aparezco por primera vez en Rusia y en muchos países de Europa del Este, tiene que ver con un momento clave de la infancia de muchas chicas y chicos que a través de los años siguieron viendo mis películas y series, escuchando mi música. Todos crecimos juntos”. La artista está “conmovida” por el “amor incondicional” de sus seguidores rusos y cuando le preguntan el porqué, contesta: “No tengo una respuesta, porque es algo que te pasa en el corazón”. Lo que Oreiro quiere resaltar es que esta producción no es un documental publicitario de la revolución que provoca su figura en el público ruso. Su intención era puntual: “yo no quería que fuera un número, sino que fuera personal, íntimo que mostrara también la sencillez de una de una chica igual a las que me estaban esperando a 35° bajo cero en el Transiberiano. Y así se fue articulando la posibilidad de contar mi historia a través de la mirada de mis padres, de mi pareja, de mi hijo, de mi mejor amiga de acá, de mi compañera de la escuela en Uruguay”. Como una especie de adelanto, Natalia detalló el momento que ella considera el “más importante” de su película: “Fue el regreso a la casa de mi abuela, cuando vuelvo por primera vez después de muchos años de haberme venido a vivir a la Argentina. Cuando entré ahí y vi todo igual no pude contener la emoción porque me reconocí en ese espacio, la esencia de ese lugar, reconocí a esa niña que soñaba con lo que luego le pasó sin quizás tener una dimensión exacta, pero esencialmente eso que sentía y que no pude contener es lo que para mí es ‘Nasha Natasha’”.
ESPECTÁCULOS
Natalia Oreiro, sus orígenes y su esencia llegan a Netflix
El filme, que se estrena hoy en el gigante on demand, muestra “el recorrido que alguien hace hasta llegar a conseguir un sueño”
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