Meghan Markle y el príncipe Harry están dispuestos a romper con muchas costumbres de la familia real británica. Según The Sunday Times tienen un objetivo claro: que su hijo Archie crezca, dentro de lo posible, como un niño normal y para eso tienen pensadas un par de estrictas medidas.
La base del plan es exponer a Archie lo menos posible, algo que va en contra del hábito de la realeza.
El niño solo participará en actos institucionales realmente relevantes para la monarquía, siempre acompañado de Meghan y Harry. De esta manera, por ejemplo, no habrá fotos de su primer día de clases, como si la hubo de sus primos George y Charlotte.
¿La realeza británica tolerará estas decisiones?
COMENTARIOS