Falta muy poco para que Dalma Maradona y Andrés Caldarelli le den la bienvenida a la persona que va a cambiar sus vidas para siempre. Todavía no tiene nombre -por ahora le dicen "Pipita"-, pero desde la panza, logró que la futura mamá superara un miedo que la persigue desde niña. La situación hizo que Dalma se diera cuenta de una arista de la maternidad: ya no hay lugar para caprichos, la prioridad es el bebé.
¿Cuál era el terror de la hija del Diez? Las agujas. Resulta que desde chiquita la invade un inexplicable pánico a la hora de sacarse sangre y ha llegado a protagonizar varios "papelones" para escapar a las jeringas. Entre las 24 y 28 semanas de gestación, las embarazadas se someten a una prueba de glucemia para descartar diabetes gestacional. Y a Dalma no le quedó otra que cumplir.
"Siempre le tuve muchísimo miedo a sacarme sangre y a las vacunas. Le pueden preguntar a Claudia Villafañe (su mamá) los papelones que hacía de chica cuando era mi turno y salía corriendo a la calle. Ya no tan chica entraba llorando y siempre con ella acompañándome", recordó la actriz.
Esta vez, fue sola a hacerse el estudio, que dura más de dos horas y requiere varios pinchazos. "Creo que no me dio ni tiempo a 'mariconear' con nadie y ahí estaba yo sacando mil litros y me di cuenta que no fue tan grave. ¡Me creo mil ahora! Voy a ser mamá y me doy cuenta de que a veces algunas cosas no son opcionales como cuando yo quería hacer un capricho, ya no", reflexionó.
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