La nostalgia de Nebbia y Gieco pudo más que la sangre renovada de Catupecu Machu
Se llevó a cabo anoche, en el Teatro Gran Rex, el “Acusticazo”, una nueva versión del festival “Acusticazo” de 1972, como antesala del B.A. Rock.
Con las destacadas actuaciones de Litto Nebbia y León Gieco, dos de los animadores del “Acusticazo” original de 1972, quienes recrearon muchas de las canciones que habían interpretado en aquel recordado encuentro; y la presencia de Catupecu Machu y Salta la Banca, se llevó a cabo anoche, en el Teatro Gran Rex, de esta ciudad, una nueva versión del festival celebrado hace 45 años, como antesala del B.A. Rock.
De la emotiva velada, en especial durante los sets de los dos cantautores, también participaron en carácter de invitados los protagonistas del “Acusticazo” original, Edelmiro Molinari, David Lebón, Raúl Porchetto, Carlos Daniel, Miguel Krochik y Eugenio Pérez; además de Nito Mestre y Lito Vitale.
Además, el organizador del recital, Daniel Ripol, anunció la creación del “Salón de la Fama del Rock Nacional” y consagró a Litto Nebbia como el primer artista en hacer su ingreso, de acuerdo al voto de un jurado integrado por músicos y periodistas especializados.
Mientras Nebbia y Gieco cumplieron a rajatablas la idea del “Acusticazo”, Salta la Banca optó por un set eléctrico, mientras que Catupecu Machu echó mano al formato empleado en “Madera Microchip”, en donde lo acústico se mezcla con sonidos electrónicos.
Pero además, tanto Nebbia como Gieco eligieron canciones de aquella época para sus respectivos setlist, además de haberse comprometido entre ellos, según confesó en el escenario el autor de “Sólo le pido a Dios”, a tocarlas “en el tono original”.
A pesar de que no se puede negar la fuerza que tuvo la presentación de Catupecu Machu, fueron las intervenciones de Nebbia y Gieco las que lograron provocar los momentos más celebrados de la noche.
La jornada, que se extendió alrededor de cuatro horas, comenzó con Litto Nebbia, quien acompañado sólo por una guitarra, ofreció un hermoso puñado de canciones, entonadas con particular emoción.
Aunque el set abrió con “Canción del horizonte”, una composición de su etapa de exilio en México, Nebbia hizo un viaje a 1972 para llevar al escenario “Memento Mori”, “Vals de mi hogar”, “Coplas del musiquero”, “Sueña y corre”, “El bohemio”, la inédita “Canción para los inocentes” y “Vamos Negro”, con Lito Vitale en los bombos que originalmente tocaba el recordado Domingo Cura.
El autor de “La Balsa”, cuyos 50 años inspiraron la realización de este concierto, recordó lo “novedoso” que resultó el “Acusticazo” en su momento y bromeó al destacar que “en aquellos años no se le decía unplugged porque se hablaba en castellano”.
El galardón a Nebbia de manos de Ripol, quien agradeció “a los que vinieron y a los que volvieron”, un deslucido homenaje a Luis Alberto Spinetta a cargo de Carlos Daniel con una olvidable canción, y un accidentado breve set de Nekro sirvieron de separadores para la presentación de Salta la Banca.
A pesar de sonar ajustada y de las buenas intenciones de asumir riesgos desde lo compositivo, la banda encabezada por Santiago Aysine resultó uno de los momentos más bajos de la noche, no sólo al romper el precepto central del concierto con una propuesta eléctrica, sino también al mostrar un pretencioso estilo que apunta a la grandilocuencia musical y lírica.
Con un estilo que por momentos rescató los lugares comunes del rock planfetario, la banda recurrió a un repertorio en donde se hizo referencia al crimen de Luciano Arruga en manos de la Policía, mostró un tema inédito llamado “Ponele” con homenaje a Charly García incluido, y repasó algunos infaltables en el repertorio como “Brújula”, “Dolores” y “El Jardín”.
Un verborrágico y nostalgioso Gieco trajó de vuelta al escenario el espíritu del “Acusticazo” con clásicos como “Hombres de hierro”, “La historia esta”, “Tema de los mosquitos” y “El fantasma de Canterville”.
Acto seguido, comenzaron a desfilar los invitados: Nito Mestre para “La colina de la vida”, Raúl Porchetto para “Bajaste del norte”, al que luego se le sumaron Edelmiro Molinari y David Lebón para “La rata Lali”; y Carlos Daniel, Miguel Krochik y Eugenio Pérez para “Algo de paz”.
Tras una breve presentación de Tino Moroder, Fernando Ruiz Díaz abrió el potente set de Catupecu Machu con una versión en solitario de “Mañana en el abasto” de Sumo, a la que mezcló al final con “Heroína”.
“La piel del camino”, “El viaje del miedo”. “Plan B”, “Klimt”, “Magia Veneno” y “Y lo que quiero es que pises sin el suelo” completaron la ovacionada actuación de Catupecu Machu, que dejó en claro una vez más su poderío en vivo.
Para el final, Nebbia y Gieco unieron sus voces en una versión en piano y guitarra de “El rey lloró”, y luego se le sumaron todos los músicos que ya habían pasado por el escenario, más Emilio del Guercio y Ricardo Soulé para una efusiva versión de “La Balsa”, mientras en el aire quedó flotando la invitación para la nueva versión del B.A.Rock, que se llevará a cabo en octubre, en el Estadio Malvinas Argentinas.