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“PUEDE IGUALAR A LA MEJOR OPCIÓN DE SALIDA”

“Nesting”: la moda que invita a quedarse en casa

Se trata de balancear la vida social entre el adentro y el afuera y encontrar más placeres y refugio con lo que hay en el hogar. Especialistas dicen que equilibra las emociones.

Las modas sociales, al igual que las de ropa, a veces vuelven a lo viejo. Es que ahora, vuelve una tendencia que se hizo famosa en los ‘90, que invitaba a permanecer en casa y a utilizar el hogar como refugio de la vorágine del exterior.
Hoy, este concepto vuelve, pero con más gente que lo pone en práctica, en especial parejas jóvenes, bajo el nombre de “Nesting”, por “anidar”, o “nidificar”.
Se trata, simplemente, de la opción de quedarse a disfrutar de lo que hay en casa frente a la de salir. Del placer de quedarse a mirar una película, cocinar, o hacer lo que a cada uno se le ocurra. En soledad, en pareja o en grupos de amigos. Nada muy novedoso, pero sí instalado, aunque con algunas particularidades.
Los impulsores de esta tendencia, consideran que es muy importante elegir pasar más tiempo en un lugar que se considera seguro y confortable; balancear la vida social con la privada, ya que encontrar placer y refugio en el hogar regenera y aporta equilibrio a las emociones.
Sobre esto, desde la Asociación Argentina de Counselors se explica que “casa no es lo mismo que hogar. El hogar es ese lugar privado y personalísimo que sirve de refugio y lugar donde atendemos de manera regular nuestras necesidades básicas como comer, beber, dormir, etc. Y justamente porque el hogar moderno está dotado de tecnología, ambientación y diseño personalizado, este puede sustituir potencialmente cualquier programa de salida, brindando la posibilidad de una alta calidad de disfrute, con un bajo costo económico y mínimo riesgo, en cuanto a seguridad”.

Un antídoto contra los peligros del exterior
“Nuestras vidas están tan ocupadas, y el mundo a veces puede parecer tan espantoso por las preocupaciones económicas, políticas y ecológicas, que la casa se está volviendo un lugar donde realmente poder relajarnos, un antídoto. Y permanecerá así durante muchos años”.
Esto que parece tan actual, lo había dicho Lisa White, directora de una consultora internacional, en el año 2015. En esa oportunidad, apuntaba al “housewarming”, algo así como calentarse en casa, como una corriente de largo recorrido en la que los consumidores buscan redescubrir el arte de vivir el momento, de gozar de su espacio y de los seres que lo habitan o son bienvenidos a él.
Y a partir de allí, fue el sector de la decoración el primero en clamar sobre esta tendencia social, en la que la necesidad imperiosa de un refugio seguro empuja a reivindicar el papel acogedor y reconfortable de la casa. Y a disfrutarlo.
A esto se plegó rápidamente una compañía líder en adecuación de viviendas. Y Gemma Riberti, una experta en decoración, anunció una tendencia para este 2017 en una conferencia anual del sector en Hong Kong, a la que llamó “grounded living”, estar conectado a la tierra.
“La gente quiere sentirse en casa allá donde esté -describió- ha dejado de ser un lugar, es un sentimiento. Y el objetivo de su diseño es crear un espacio calmo al que siempre guste volver, y cueste mucho abandonar”.

El “Nesting” desde la ciencia
En este contexto, lo que se conoce como actitud FOMO (miedo a perderse cualquier ocasión social) está siendo sustituida por el JOMO (la alegría de perderse) y el FOGO (el temor a salir), un recogimiento que, fundamentalmente, contribuye a potenciar un organismo más saludable.
Por esto, al “Nesting” también se lo recomienda desde la ciencia.
“Somos una máquina biológica, pero a diferencia de las electrónicas o mecánicas, no disponemos de recambios para su reparación o renovación -explica el neurocientífico Vicente Saavedra- nuestras células y órganos necesitan del descanso para repararse. Un cierto grado de diversión es necesario, pero si se vuelve una forma de vida es absolutamente insano, física y mentalmente. Cada persona tiene su propio punto de equilibrio, y para encontrarlo es necesario el autoconocimiento, pero la sociedad actual, con valores cada vez más alienantes y materialistas, de consumismo y apuros, no nos encamina a desarrollar la propia responsabilidad sobre nuestra salud”.
De acuerdo a este médico neurólogo, el “Nesting” busca justamente combatir esa realidad, potenciando eso que los anglosajones llaman “Me time”, reservar momentos para uno y dedicarlos a la cotidianeidad del hogar.
Así, la cocina ya es una herramienta terapéutica popular en países como Estados Unidos o el Reino Unido. De hecho, de todas las terapias ocupacionales para combatir la depresión, la repostería ha demostrado ser una de las más eficaces, según un estudio publicado en British Journal of Occupational Therapy. Por su parte, entregarse al placer de una buena novela reduce el riesgo de demencia, según el mismo estudio.
Pero si lo que roba la paz es el estrés del día día, otro estudio del Journal of Health Psychology se inclina por recomendar la jardinería, que baja los niveles de cortisol (hormona que lo provoca) en mayor medida que la lectura.
Para el “Nesting”, cualquier cosa vale, incluso aburrirse, un sentimiento que lejos de adormecer la mente, vuelve al individuo más altruista y empático, según una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Limerick, en Irlanda.
“Pararnos en medio de este mundo de locos, conectar con nosotros mismos, con nuestros sentimientos y pensamientos para poder ver hacia dónde vamos, y orientar nuestra vida correctamente, es una absoluta necesidad humana para tener buenas relaciones, disfrutar de las cosas sencillas y gratis que ofrece la vida, que son la mayoría, así como para cuidar de nosotros, de los nuestros y afrontar los problemas eficientemente con una buena actitud”, concluye el doctor Saavedra.
Este nuevo concepto de “mi casa es mi mundo”, se popularizó también en las redes sociales, donde hay grupos cuyo lema es “El club que nunca se reúne”, porque no sale de casa.
Su creadora original fue Olive Mew, una canadiense que fundó el “Stay at Home Club”, y quien confesó que desde joven siempre prefirió parapetarse en su hogar antes que salir.
“Descansar adecuadamente es vital para levantarse con energía -destaca por su parte Beatriz Peralta, otro miembro del club- y esto requiere un entorno adecuado, con materiales libres de sustancias nocivas que permitan el proceso natural de regeneración. Una buena inversión en artículos del hogar de larga duración mejora la calidad de vida”.
Lo cierto es que el fenómeno ya tiene muchos seguidores en nuestro país y, como quedó dicho anteriormente, también es abordado desde la psicología.
Alejandro Corbalán, director de la Asociación Argentina de Counselors, señala que “la personalización de un espacio vivienda mediante el mobiliario, la decoración y la guarda de objetos especiales para los convivientes, es lo que marca la diferencia que hace que una casa se sienta como un hogar”.
“El hogar -añade- constituye a partir de su posibilidad de cobijo y resguardo, un verdadero refugio. Pero además, la privacidad y aislamiento del mundo exterior, brindan a la persona ocasiones de encuentro consigo mismo y mayor contacto con las personas más significativas de la vida”.

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