La búsqueda de la felicidad y la estabilidad de esa emoción es parte de la búsqueda permanente del ser humano y como bien señala el autor español parece que siempre está depositada fuera de nosotros mismo siendo otro (la circunstancia) el responsable.
Cuando el sujeto puede reconocer que todo depende de uno y fundamentalmente del pensamiento con que observamos los hechos el resultado no puede ser otro que emociones negativas que provocarán parte de esa montaña rusa donde el dolor, la ira, el desasosiego llegan a provocar en muchos caso hasta síntomas físicos, hipertensión, hiperglucemia, arritmias etc.
En mi trabajo he incorporado al igual que Moreno una libreta en donde el paciente deberá hacer un pequeño registro en donde divido la hoja en tres líneas verticales en el primer espacio anotara “Qué paso?”, en la segunda; “Qué pensé?” y en la tercera “Qué sentí?”
Este pequeño diario al desarrollarlo en la entrevista le permite al paciente ver cual es el pensamiento que empaña y tiñe sus emociones y por lo tanto su conducta.
Lo que no pueden entender la mayoría de las veces es que al pensamiento lo podemos corregir como se puede corregir una posición física en el gym, por lo que el trabajo y el compromiso con el cambio comienza en ese momento.
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