“La noche estrellada” de Van Gogh en versión ambientalista

El arte como transformación. Del óleo sobre el lienzo a un manto virgen, una amplia bahía artificial reservada para reproducir una de las pinturas más icónicas y destacadas de la historia. La noche estrellada de Vincent van Gogh dejó su solemnidad para desperdigarse sobre un mosaico de 58 hectáreas. El artista Wang Cheng-Wei emuló las curvas de la magnífica interpretación nocturna del pintor con cuatro millones de botellas de plástico.
Fue concebido con una única premisa: concientizar. El Keelung's Embrace Cultural and Creative Park de Taiwán ofrece a la intemperie un escenario artístico sin precedentes. Los cientos de miles de visitantes del parque de diversiones contemplan un espectáculo sin pinceladas, es la simbiosis de botellas pintorescas distribuidas con precisión de artista.
La búsqueda del autor es reflexiva. Busca una concientización sobre el reciclaje y estimula el compromiso por salvaguardar los recursos de un planeta que denuncia su desprotección. La causa de este arte alternativo le agradece la colaboración y donación de particulares y centros culturales de las botellas que recrean la obra de Van Gogh.
 La iniciativa se mantiene activa. Su construcción es acompañada por un componente solidario: el parque dona un peso al Can Love Social Service Associaton, una asociación de Taiwán que trata personas con depresión, por cada diez botellas recibidas. Detrás de la cortina socioambiental, su hazaña le permitió integrar el Libro Guinness de los Récords por ser el proyecto de estas características con mayores dimensiones.
La obra fue titulada The Starry Paradise: en español la traducción sería "El paraíso estrellado". Para contemplar el lienzo original es menester acercarse al Museo de Arte Moderno de Nueva York. Para revivir la ilustración sustentable hay que pagar un equivalente a 2,5 euros para ingresar al Keelung's Embrace Cultural and Creative Park de Taiwán.