Seguro que le resulta muy familiar la escena: temprano en la mañana, con prisas por llegar al trabajo y nuestro pequeño no se quiere vestir ni desayunar, llora sin parar y nuestros nervios se disparan con la consiguiente conducta de gritarle, algo que empeora más la situación.
Las rabietas infantiles es un tema que nos preocupa mucho a los padres y que en la mayoría de las ocasiones se transforman en una difícil situación por no saber enfrentarnos a ellas y que generalmente se afrontan de manera no adecuada tanto para el niño como para el adulto.
Todos los niños pasan por esta etapa alrededor de los 2 a los 4 años. En esta edad los pequeños empiezan a comprender e iniciar su independencia.
Esta compresión de su autonomía, les hace empezar a entender que sus deseos y necesidades no son las mismas que las de sus padres, con lo que empiezan a expresar su propia opinión, lo que les gusta o no les gusta, y aquello que quieren y no quieren hacer.
Normalmente no coinciden con los propósitos y deseos de los padres, convirtiéndose en fuente constante de conflicto.
Las manualidades pueden resultar un juego además de entretenido también educativo ya que les enseñará a tus hijos a resolver problemas y desarrollar su creatividad e ingenio, además de pasar un rato divertido junto a ustedes.
Los niños, todavía pequeños, afrontan las negativas con las rabietas, expresando así su disconformidad y enfado. Y aunque en ocasiones estas situaciones puedan hacer perder los nervios debemos recordar que forman parte de su desarrollo madurativo donde aprenderán a encontrar los límites y desarrollar su tolerancia a la frustración.
¿Cómo podemos abordar estas rabietas infantiles de la mejor manera para nuestros hijos?
1. Ante todo seamos comprensivos y recordemos que todos hemos pasado por esta etapa en nuestra infancia. Por eso mantengamos la calma y armémonos de paciencia y comprensión.
2. Entendamos sus deseos y pongámonos en su lugar. Debemos ser conscientes de que la realidad que nosotros percibimos no es entendida del mismo modo por ellos.
3. No gritemos. Los niños expresan su enfado a través de rabietas porque todavía no disponen de otras habilidades para ello y porque no tienen otro modo de expresión. Enseñémosles desde pequeños a resolver los conflictos desde la tranquilidad y el diálogo.
4. Prevenir mejor que curar. Debemos intentar anticiparnos a estas situaciones. Si sabemos que suelen ocasionarse durante la comida (por ejemplo), no nos pillará desprevenidos y podremos intentar presentar este momento como algo placentero y divertido. Mostrarles un cuento, realizar algún juego divertido… Posteriormente podremos ir reduciendo esto hasta que la hora de la comida se convierta en algo normal para él.
5. Busca seguridad. En general las rabietas suelen ser muy desproporcionadas y en algunas ocasiones los niños pueden llegar a golpearse. Retira de su alcance todo objeto que pueda ser peligroso.
6. No temas las rabietas en público. Muchas madres/padres para evitar estas situaciones ceden ante las peticiones. Si haces esto, todo el trabajo que hayas realizado en casa no servirá para nada. Mantén las mismas pautas de actuación que en otras ocasiones.
7. No le ignores. Una rabieta indica una frustración y la incapacidad de resolverla de otra manera. Ignorarlo aumentará su frustración y no será educativo para él. No queremos decir que cedas ante todas sus peticiones, pero ignorarlo no será la solución.
8. Sé flexible. Muy a menudo los adultos ponemos normas innecesarias e inútiles. ¿Qué hay de malo en que un niño se manche de arena al jugar en el parque? Quizá esta sea la única etapa en su vida en la que pueda permitirse esto. Dejemos a los niños ser niños.
9. Ante una decisión sé inflexible. Es decir, si has tomado una decisión no puedes cambiar de idea al rato. Si le has dicho que no le comprarás el juguete que quiere, no cambies luego de opinión. Explícale los motivos con calma y cariño. Posiblemente no te entienda, pero le transmitirás tranquilidad, educándole en el dialogo
10. Si sus peticiones no pueden ser cumplidas, puedes plantearle alguna alternativa. Quizá comprar el juguete no sea posible, pero seguro que estará encantado de pasar una tarde estupenda con mamá o papá jugando algún otro juego creativo en casa.
11. Los padres también somos personas y el cansancio nos pesa, lo cual favorece que nuestros nervios se desaten de manera más rápida. Cuando esto te ocurra, respira y recuerda que tú eres el adulto y el responsable de transmitirle valores.
12. Aún cuando la rabieta sea desmedida, incluso pueden llegar a golpearnos, la contestación debe ser de no aprobación pero siempre mostrando nuestro amor incondicional. Debes poner límites pero dejando claro que siempre podrán confiar en nosotros.
MATERNIDAD
Consejos para calmar las rabietas infantiles
A veces las situaciones extremas en las que no podemos encontrar con nuestros hijos nos hacen tomar decisiones inadecuadas. Los expertos de eSaludMental nos dan 12 consejos clave para saber calmar las rabietas de los niños. ¡Atenta a todos los consejos!
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