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UNA EXPLOSIÓN DE RITMO Y SENSUALIDAD

Ricky Martin le hizo subir la adrenalina a miles de seguidores en nuestra ciudad

El astro puertorriqueño hizo estallar Junín con una impecable performance musical y escénica, el miércoles pasado, en el predio internacional de eventos de la Sociedad Rural, con casi dos horas de hits incesantes, en el marco de su gira internacional “One World Tour”.

Cuando los hechos hablan, las palabras sobran. Ricky Martin es una estrella pop internacional, y su show es sencillamente irreprochable. De hecho, con un impecable despliegue musical y escénico, el puertorriqueño desató en el predio internacional de eventos de la Sociedad Rural de Junín un estallido de ritmo y sensualidad, junto a una catarata de poderosos hits, en el marco de su gira internacional “One World Tour”.
A las 22, el ídolo salió a las tablas con “Adrenalina”, el hit que canta junto a Jennifer López y Wisin, con una coreografía vibrante, que anticipó lo que sería un concierto con alto voltaje.
Con su carisma característico, vestido de traje azul, camisa blanca y corbata, se mostró dispuesto a dejar todo sobre el escenario y rápidamente encendió el delirio de los fans. A los 5 minutos Ricky ya lucía el segundo de los diez cambios de vestuario que muestra en este show.
“Buenas noches Junín, ¿cómo están? Son un público maravilloso”, dijo el cantante. Y llamó a olvidar los problemas y simplemente bailar.
Todo funcionó a la perfección, desde la puesta en escena de impacto internacional hasta las coreografías subidas de tono con su grupo de seis bailarines y nueve músicos, que subió la temperatura del auditorio con “Shake your bon bon”. Le siguió el primer lento de la velada, “Tal vez”, que a coro con sus fans, tiñó el ambiente de melancolía.
Minutos más tarde, Ricky irrumpió en el escenario arriba de un descapotable para cantar “Livin’ la vida loca”, con un despliegue de vestuario, escenografía, luces y pantallas de altísimo nivel artístico. El momento más provocador fue cuando el cantante apareció con una pollera negra y una musculosa para cantar “Déjate llevar” junto a todos sus bailarines en faldas y el torso desnudo, desenfadados, demostrando que es un artista que desafía y se divierte todo el tiempo en el escenario.

Avalancha de hits
El amplio repertorio navegó por los primeros discos como “A medio vivir”, de 1995, como de su disco homónimo “Ricky Martin”, de 1999, hasta el último “A quien quiera escuchar”, editado en 2015.
Así, “Disparo al corazón”, que acaba de ganar el Grammy a canción del año, fue una de las más celebradas. Le siguieron las baladas eternas del cantante: “A medio vivir”, una de sus primeros lentos. “¿Una más?”, preguntó Ricky y la respuesta fue obvia. Un “sí” eufórico le dio la bienvenida a “Tu recuerdo”, “Eres el amor de mi vida”, “Fuego contra fuego”, “Fuego de noche, nieve de día” y “Vuelve” fueron los flashback románticos de la noche.
Sobre la mitad del show una avalancha de hits provocó un frenesí caliente que desató al público: junto a su séquito de bailarines, con impronta de cabaret y una coreografía fabulosa presentaron “Adiós”, “1, 2, 3 María”, “La bomba”, “Por arriba, por abajo” y “La copa de la vida” pusieron a la salsa como leit motiv, trayendo los orígenes centroamericanos del cantante.
Sobre el final llegó su último hit, “La mordidita”, que generó una explosión de ritmo y sensualidad y dejó con ganas de más. “Muchas gracias, hasta la próxima, Junín”, dijo el astro.

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