SALUD
Infancia feliz: Creativos por naturaleza
Cosas tan sencillas como jugar al aire libre, trepar árboles, amasar barro, entre otros cientos de juegos, promueven tanto las habilidades físicas como las psicológicas de los chicos. Los especialistas recomiendan permitirles estas actividades.
Muchas veces se relaciona la palabra creatividad sólo con el mundo de los artistas, sin embargo se puede encontrar en cualquier persona, más aún en los niños.
Los especialistas coinciden en que son "seres creativos por naturaleza", y que es a través del juego como pueden ser estimulados para desarrollar más aún sus habilidades para solucionar problemas y desarrollar sus potencialidades. Claro está que si esa "creatividad natural" es fomentada, sobre todo, desde el seno familiar, las instituciones educativas, recreativas o deportivas, ni hablar de lo que se puede lograr.
Hay que partir de entender este término como una habilidad para solucionar problemas de múltiples formas y se desarrolla desde edades muy tempranas. Todos los seres humanos nacen con el potencial creativo; no es privilegio sólo de músicos, pintores, escritores o artistas, se puede ser creativo en todos los ámbitos de la vida.
Desarrollar esta cualidad le permite a los niños razonar, cuestionar, encontrar soluciones novedosas frente a los problemas cotidianos, y en esto el juego es fundamental. Daniel Castro, psicólogo, indica que "jugar hace que el niño aprenda sobre la paciencia, el esfuerzo, las habilidades, resolución de conflictos, competencia, azar, dominio de la ilusión, de la ficción, las reglas, la arbitrariedad y la justicia.
Le permite entender el mundo que lo rodea y además, "ensaya" con cada juego, todo lo que luego deberá hacer en la vida real. Por eso, los niños repiten juegos, una y otra vez, como una manera de poder elaborar, reparar y asumir una realidad y una posición personal frente a ella. Los pequeños que juegan son sanos o por lo menos, con mayores posibilidades de desarrollarse sanamente. Es de suma importancia, que para que los chicos puedan desarrollar sus capacidades cognitivas y la creatividad tengan un espacio de juego apropiado para su edad.
El niño necesita explorar el mundo, imaginar, trepar árboles, saltar acequias, jugar con agua, con barro, con instrumentos para armar, encastrar, para que pueda explorar el mundo y a sí mismo.
Lo áspero, lo suave, lo alto, lo largo, algo que le permita saber cuánta fuerza debe poner para saltar, correr, y de cuánta fuerza es capaz su cuerpo. En la actualidad estamos invadidos por la tecnología, no debemos privarlos de ella, pero sí ofrecerles espacios alternativos para que se contacten con la realidad y el mundo cotidiano".
Los especialistas en psicología aseguran que el juego en el niño tiene un lugar preponderante tanto para el desarrollo de su aparato psíquico, la construcción de su identidad y personalidad como así también para sus capacidades y funciones cognitivas (sensación, percepción, atención, memoria, imaginación, pensamiento). También sirve para el desarrollo de la dimensión social y la comprensión de las pautas sociales. "Se cree que el juego reproduce comportamientos, creencias o ritos cargados de significado cultural. Frente a la pregunta, de por qué un niño juega, la respuesta encierra una vertiente de posibilidades.
Por un lado sirve para eliminar el exceso de energía, por otra parte como parte del desarrollo de sus posibilidades genéticas y como un ensayo del ejercicio de su rol futuro en la vida. El niño juega al papá y la mamá, al policía y al ladrón, al superhéroe, a la secretaria, entre muchos otros, todos roles que podría ejercer para el futuro", dice Castro.
Por otra parte, es necesario permitirles y alentarlos a que tengan juegos de creación, pintura, manipulación de cerámica, plastilina, entre otros, donde se puedan ejercitar las capacidades manuales y creativas. Felicitar al niño cuando crea algo, nunca criticarlo o decirle: "deberías haber pintado de tal o cual color", sino más bien, preguntarle, por qué se animó a hacer las cosas de esa forma. "Los juegos de adivinanzas, resolución de problemas y creación de reglas son fundamentales para que el niño aprenda a ser asertivo y además, que se anime a interactuar con la realidad. Cuando un niño rompe un vidrio, por jugar a la pelota en un lugar inadecuado, no se le debe quitar la pelota, sino enseñarle cual es el espacio para que juegue con ese objeto. Cuando un niño juega a policías y ladrones, no se lo debe remedar porque hace de ladrón, sino hablar con él acerca de por qué explora el espacio de la transgresión y las consecuencias de la misma.
Es muy importante que los niños puedan tener juegos de equipos y grupos, para que puedan internalizar las reglas sociales y de convivencia. y sobre todo, respetar los tiempos del niño en este sentido.
Muchos padres presionan a los niños a que jueguen como profesionales a muy temprana edad, y cuando llegan a los 11 ó 12 años abandonan todo deporte cansados de la presión", dice Daniel Castro.
Otro detalle de gran importancia es que los padres puedan participar del juego con el chico siempre con una actitud de comprensión.
Los especialistas coinciden en que son "seres creativos por naturaleza", y que es a través del juego como pueden ser estimulados para desarrollar más aún sus habilidades para solucionar problemas y desarrollar sus potencialidades. Claro está que si esa "creatividad natural" es fomentada, sobre todo, desde el seno familiar, las instituciones educativas, recreativas o deportivas, ni hablar de lo que se puede lograr.
Hay que partir de entender este término como una habilidad para solucionar problemas de múltiples formas y se desarrolla desde edades muy tempranas. Todos los seres humanos nacen con el potencial creativo; no es privilegio sólo de músicos, pintores, escritores o artistas, se puede ser creativo en todos los ámbitos de la vida.
Desarrollar esta cualidad le permite a los niños razonar, cuestionar, encontrar soluciones novedosas frente a los problemas cotidianos, y en esto el juego es fundamental. Daniel Castro, psicólogo, indica que "jugar hace que el niño aprenda sobre la paciencia, el esfuerzo, las habilidades, resolución de conflictos, competencia, azar, dominio de la ilusión, de la ficción, las reglas, la arbitrariedad y la justicia.
Le permite entender el mundo que lo rodea y además, "ensaya" con cada juego, todo lo que luego deberá hacer en la vida real. Por eso, los niños repiten juegos, una y otra vez, como una manera de poder elaborar, reparar y asumir una realidad y una posición personal frente a ella. Los pequeños que juegan son sanos o por lo menos, con mayores posibilidades de desarrollarse sanamente. Es de suma importancia, que para que los chicos puedan desarrollar sus capacidades cognitivas y la creatividad tengan un espacio de juego apropiado para su edad.
El niño necesita explorar el mundo, imaginar, trepar árboles, saltar acequias, jugar con agua, con barro, con instrumentos para armar, encastrar, para que pueda explorar el mundo y a sí mismo.
Lo áspero, lo suave, lo alto, lo largo, algo que le permita saber cuánta fuerza debe poner para saltar, correr, y de cuánta fuerza es capaz su cuerpo. En la actualidad estamos invadidos por la tecnología, no debemos privarlos de ella, pero sí ofrecerles espacios alternativos para que se contacten con la realidad y el mundo cotidiano".
Los especialistas en psicología aseguran que el juego en el niño tiene un lugar preponderante tanto para el desarrollo de su aparato psíquico, la construcción de su identidad y personalidad como así también para sus capacidades y funciones cognitivas (sensación, percepción, atención, memoria, imaginación, pensamiento). También sirve para el desarrollo de la dimensión social y la comprensión de las pautas sociales. "Se cree que el juego reproduce comportamientos, creencias o ritos cargados de significado cultural. Frente a la pregunta, de por qué un niño juega, la respuesta encierra una vertiente de posibilidades.
Por un lado sirve para eliminar el exceso de energía, por otra parte como parte del desarrollo de sus posibilidades genéticas y como un ensayo del ejercicio de su rol futuro en la vida. El niño juega al papá y la mamá, al policía y al ladrón, al superhéroe, a la secretaria, entre muchos otros, todos roles que podría ejercer para el futuro", dice Castro.
Por otra parte, es necesario permitirles y alentarlos a que tengan juegos de creación, pintura, manipulación de cerámica, plastilina, entre otros, donde se puedan ejercitar las capacidades manuales y creativas. Felicitar al niño cuando crea algo, nunca criticarlo o decirle: "deberías haber pintado de tal o cual color", sino más bien, preguntarle, por qué se animó a hacer las cosas de esa forma. "Los juegos de adivinanzas, resolución de problemas y creación de reglas son fundamentales para que el niño aprenda a ser asertivo y además, que se anime a interactuar con la realidad. Cuando un niño rompe un vidrio, por jugar a la pelota en un lugar inadecuado, no se le debe quitar la pelota, sino enseñarle cual es el espacio para que juegue con ese objeto. Cuando un niño juega a policías y ladrones, no se lo debe remedar porque hace de ladrón, sino hablar con él acerca de por qué explora el espacio de la transgresión y las consecuencias de la misma.
Es muy importante que los niños puedan tener juegos de equipos y grupos, para que puedan internalizar las reglas sociales y de convivencia. y sobre todo, respetar los tiempos del niño en este sentido.
Muchos padres presionan a los niños a que jueguen como profesionales a muy temprana edad, y cuando llegan a los 11 ó 12 años abandonan todo deporte cansados de la presión", dice Daniel Castro.
Otro detalle de gran importancia es que los padres puedan participar del juego con el chico siempre con una actitud de comprensión.