OPTAR POR LO CASERO

Comer en casa es más saludable

Es posible participar de todo el proceso de preparación: elegir qué se va a comer, comprar los alimentos o ingredientes necesarios, cocinar e incluso poner la mesa. Quedándose en casa, además, se puede escapar de las tentaciones clásicas de los restaurantes como la panera, el menú de tres o más pasos y el postre.

Salir a comer afuera es un placer, un gusto que muchos se dan, sobre todo los fines de semana cuando los horarios y las obligaciones laborales no apremian. Sin embargo, es una realidad que cada vez hay menos gente en los restaurantes.
De hecho, se afianza más la costumbre -tal vez "vieja" y muy argentina- de ir a comer al lugar de confianza, donde el dueño y los mozos son conocidos y ya saben lo que le gusta a cada miembro de la familia.
Si bien las dificultades económicas marcan un poco el ritmo de esta situación, lo cierto es que también hay una tendencia que viene creciendo: la de optar por lo saludable y rico. Y nada mejor para cumplir con esa pauta que una buena comida casera.
De esa forma es posible evitar algunos de los enemigos, cuando se piensa en la importancia de mantener un peso adecuado y cuidar la salud. Por ejemplo, al comer en casa y no en un restaurante no suele caerse tan fácilmente en la trampa de la panera.
Además, cuando uno sale a un restaurante existe la posibilidad de comer de más. Porque no sólo se trata del plato, también del menú que puede constar de tres o hasta cuatro pasos, y del postre que la mayoría de las veces no es una ensalada de frutas sino un suculento helado o algún dulce.
Por otro lado, cuando se come en casa, existe la posibilidad de participar de toda la experiencia: seleccionar qué se va a comer teniendo en cuenta los gustos y necesidades de todos, comprar los alimentos, prepararlos, poner la mesa, y finalmente sentarse en familia a comer, para una vez terminado el almuerzo o la cena quedarse conversando un rato.
El riesgo de esto, no obstante, pasa por no convertirse en lo que el doctor Ricardo Chiosso, médico especialista en Obesidad y Trastornos Alimentarios denomina familias obesogénicas.
"Éstas son aquellas que ni más ni menos, aún involuntariamente, complican la situación de la persona de la familia que está haciendo dieta, o no la apoyan, poniendo en riesgo la posibilidad de continuar con su objetivo", describió el doctor.
"En cualquier caso, tanto cuando se come en casa como afuera es muy importante contar con el apoyo de nuestros seres queridos y cercanos. En este punto, está demostrado que es mucho más fácil hacer dieta cuando se hace con alguien de la familia", agregó el especialista.
Es que de esa forma es mucho más fácil planificar y organizarse para poder comprar en el supermercado -al cual de acuerdo con los especialistas es fundamental ir sin hambre- todo lo necesario para preparar platos saludables.
Finalmente, es posible armar un menú casero, que también conste de tres pasos como en los restaurantes, pero que tenga alimentos saludables. Por ejemplo, para empezar se puede optar por una ensalada.
Luego, como primer plato, un corte magro de carne roja o blanca, y para finalizar alguna fruta.
Lo más importante es poner a jugar la imaginación y disfrutar como si se estuviera en el más coqueto de los restaurantes.