En el marco de un informe para el programa Puentes de Esperanza (Telefé), el Padre Mamerto Menapace relató su historia en el Monasterio Benedictino Santa María de Los Toldos, su vínculo con Luis Landriscina y René Favoloro, e hizo un repaso por momentos más importantes de su vida.
La llegada de Menapace a Los Toldos
Con el fin de que se conozca su historia, el Padre Mamerto Menapace relató que “yo era el noveno de trece hermanos, vivíamos en la provincia de Chaco, yo quería estudiar y no había posibilidad de hacerlo en mi pueblo. Así que a los diez años me vine a este Monasterio, en el pueblo no había escuela secundaria en esa época, había congregaciones religiosas que habían abierto seminarios, donde facilitaban el estudio a chicos, con la posibilidad de que alguno pudiera irse” y agregó: “el Monasterio se fundó en 1948 y yo llegué en 1952”.
“Cuando tenía 22 años, estaba estudiando en Chile y tuve una crisis muy grande, creo que pagué el saldo de haber dejado a mi familia de chico. Hubo un colapso”, contó Mamerto y añadió: “allí había un médico que también hacía de psicólogo y me preguntó si me gustaba tocar la guitarra, pintar, le dije que me gustaba escribir y me dijo que escriba, como salga, así como sale la lana de la oveja, y que el tiempo diría si luego se podía hilar un poncho. Y empecé a escribir”. En cuanto a su relación con la lectura, el Padre señaló: “éramos ocho hermanos varones y cinco mujeres, nos reuníamos debajo de un jacarandá a contar cuentos a la hora de la siesta, lejos de mis viejos, para que pudieran descansar”.
Su amistad con Landriscina y Favaloro
A la hora de pasar la trayectoria de Mamerto Menapace, es inevitable detenerse en sus vínculos con el humorista Luis Landriscina y el médico René Favoloro, personalidades destacadas de nuestro país. “Con Luis Landriscina estuvimos en el Luna Park, hicimos ‘La familia y el humor son cosa seria’, fue muy exitoso: él contaba cuentos y yo rescataba los valores que aparecían en el cuento. Y después conocí a René Favoloro, por una casualidad, una institución había armado premios para deportistas, médicos, y elegían a un personaje para dar el premio. A mí me eligieron para dar el premio a Landriscina y a Favoloro para darle el premio al viejo Dr. Maradona. Ahí surgió hacer algo juntos: ‘El milagro y el valor de la vida’”.
La historia del Monasterio
“Hacia 1860 esto era frontera, de acá para el Oeste era lo que se llamaba desierto, o como quieran llamarlo. Eran grandes extensiones de campo, muy pocas familias vivían acá. Entonces lo compró un señor llamado Cayetano Sánchez Díaz, cuando él murió de cáncer, quedó dueña su mujer, María Tomasa de la Paz Marenco, ella quiso hacer una obra de bien para hacer perdurar el nombre de su esposo, creó la fundación Cayetano Sánchez Díaz, un centro misional, y entregaron el edificio tal como estaba, con 700 hectáreas, en agosto de 1947”, contó Mamerto Menapace y agregó que “el 3 de mayo llegaron los primeros doce monjes suizos a este lugar, fueron los primeros inmigrantes de esta zona. Se trajo a la Virgen Negra, la patrona del lugar”.
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