Al mal tiempo…. buena cara para el “Decano”

Tarde gris, llovizna y frío, diría la letra de “Café la humedad” de Cacho Castaña. La incertidumbre de saber que depararía el trámite del partido en un terreno de juego que a pesar de haber soportado las incesantes precipitaciones de los último días, era lógico que se mostraría rápido, pesado, resbaladizo y en algunos sectores anegados, lo cual dificultaría el normal andar de pelota y jugadores, sobre todo aquellos de buen pié, que no podrían jugar por abajo. Y a esto hay que sumarle otro imponderable, que no es menor: uno (el local) llegaba con ritmo, con seguidilla de partidos, el otro (Viamonte) con un parate de casi un mes de competencia oficial, imposible saber si sería beneficioso o no en este caso. Sin embargo el “Decano” entendió mejor como había que jugarlo, y en una de las primeras llegadas, apenas 7' de juego el volante Nicolás Verón le dio de larga distancia, la pelota picó antes, circunstancia mortal para el arquero Azcurra, le pica antes y se le escapa entre sus guantes, para ir a dormir al fondo del arco. La ventaja descontroló al equipo local, que quiso pero no pudo, entró en el terreno del nerviosismo y las imprecisiones, y por contrapartida la visita fue predominante en su dominio, tuvo más la pelota y llevó peligro en un par de situaciones ante el arquero Azcurra. Se lo había perdido Bonamino, con un remate que paso cerca, después por poco lo tuvo Millares, también el centrodelantero y capitán Castillo tuvo la suya, y el “1” respondió en otras. A esta altura el resultado era harto merecido, y hasta pudo haber ampliado, de estar fino en la definición. El viejo proverbio se cumplió apenas iniciado el complemento: “los goles que erras en el arco rival, lo sufrís en el¡ propio”, y casi al cumplirse los 2' la pelota vuela al área de Duarte, conecta el delantero Antonelli, no retiene el arquero y Salguero que la empuja al gol, era el empate, un baldazo de agua fría para la visita que recién intentaba reacomodarse en el campo de juego. De todas maneras el conjunto de Oliver no se amilanó, se fue emparentando nuevamente con la redonda, sabe de su potencial en tres cuartos hacia adelante, y por eso a los 16' una pelota que quedó al borde del área menor, justamente capturada por el certero goleador Millares que con remate seco entre varias piernas hace inflar los piolines y otra vez poner arriba a la visita. Pasados los 20' una incidencia que parecía complicaría al equipo toldense: el joven arbitro Cid le muestra la segunda amarilla al central Escudero y había que aguantar otra mitad, con uno menos. El ingresode Elizalde por Bonamino para reacomodarse atrás, aguantar a pié firme e intentar golpear de contra. Una jugada posterior, muy protestada por jugadores y cuerpo técnico local, cuando el internacional Antonelli empujaba a la red, en supuesta posición adelantada y el árbitro anuló la conquista. Fue el último cuarto de hora intenso, disputado, con más ganas que fútbol, el estado del campo quitaba piernas, se sucedían los cambios, Viamonte pudo aumentar en alguna contra, el local fue pura impotencia, y el resultado ya no se modificaría. El “primer chico” se cerró a favor del conjunto decano, que si bien se vuelve con una importante victoria, la deberá defender en pocos días más en su terreno de juego, ante su gente, y eso es un plus a favor, sin dudas….