Ballet Oficial de Cosquín 2024.
Ballet Oficial de Cosquín 2024.
VEDIA

Un maestro de la danza, Juan José Ghío, en el Ballet Oficial de Cosquín 2024

Él es un bailarín y profesor de danzas folklóricas que ha trabajado y trabaja en el distrito.

Juan José Ghío bailó en el Ballet Oficial de Cosquín 2024 y quiere aportar su experiencia en el distrito de Leandro N. Alem.

Si bien es oriundo de Diego de Alvear, dio y da clases en localidades de la región, como son Iriarte, Juan Bautista Alberdi y Vedia.

“Mi corazón está dividido, soy de Diego de Alvear, pero también amo a Vedia – cuenta a la comunidad del distrito de Alem-. Estuve conversando de eso con el intendente Ferraris, de la posibilidad de capitalizar esta experiencia y volcarla en lo que hago diariamente”.

“El año pasado me tocó preparar a los chicos del distrito de Alem para los Juegos Bonaerenses. No logramos entrar entre los ganadores, pero la experiencia nos sirvió a todos para seguir luchando”, recordó.

“Mi familia, como muchos saben, es un pilar importantísimo en todo lo que hago. Nos apoyamos mutuamente, y para mí son un ejemplo a seguir, verlos entre el público me llena el alma”, dijo mencionando a sus raíces.

Su llegada a Cosquín

“Uno siempre está en la búsqueda de superarse y crecer – contó Juan desde Cosquín-. Ya  había venido cuatro veces a Cosquín a audicionar para participar del Festival y nunca se había dado. Siempre es multitudinario. En esta ocasión, por ejemplo, eran más de 400 personas, y el cupo es solamente para 20 o 30 bailarines”

“Ellos tienen un elenco estable, que completan con parejas. Este año hubo además algunos bailarines que por distintos motivos no participaron, y eso hizo que se ampliara un poco el cupo”, mencionó.

Según lo expuesto por el bailarín, la audición en Cosquín tiene varias etapas. En una primera instancia, se  hizo algo de danza contemporánea con técnicas específicas. Después tuvieron que bailar en una sola intervención zamba, gato, chacarera y escondido. Luego hubo un primer ‘filtro’, y otros. En total fueron cuatro etapas para llegar a la instancia final, que fue bailar la coreo del Himno Nacional con una compañera elegida al azar.

“Con el Himno Nacional hacen lo que se llama un ‘armado por espejo’, para lo cual buscan parejas que además sean ‘pares’, para dar una imagen televisiva más armónica.  Yo no había trabajado nunca con tanta exposición, esto de que te mire todo el país es emocionante”, expresó.

“Se trabaja mucho y bien. Por estos días, luego de actuar nos quedamos a ver el espectáculo, volvimos a las cinco de la mañana. Y hoy de nuevo nos levantamos a las siete a ensayar. A la mañana desayunamos y nos viene a buscar el colectivo –no estamos parando en Cosquín, sino en Santa María del Valle de Punilla,  cerquita-. Ensayamos toda la mañana en el escenario mayor. A las doce y media volvemos a la colonia, almorzamos,  tenemos un pequeño descanso, y a las 4 de la tarde volvemos a Cosquín hasta que terminamos”, apuntó.

El bailarín recordó su paso por Cosquín en el 2013. “Fuimos con una agrupación de Venado Tuerto a bailar. Pisar el Próspero Molina es muy especial, para los bailarines folklóricos es el Teatro Colón, y así se siente. Todos queremos llegar acá, por muchos objetivos que uno haya cumplido anteriormente”, afirmó

Habló también de un hecho como fue la jubilación de quien fue el director histórico del Ballet, Rodolfo Uez, y con él también se fue el nombre de Ballet Camín, por eso desde ahora se llama Ballet Oficial.

 Cuando tuvo la oportunidad de estar en uno de los principales espectáculos folklórico de Argentina como es Cosquín, explicó: “El día a día se disfruta, pero es muy intenso.

Tomamos clases con los mejores profesionales de la coreografía. Si yo quisiera tomar clases con ellos por mi cuenta, no podría, así que hay que dimensionar esa oportunidad. Ni hablar de la experiencia de estar noche a noche compartiendo escenario con famosos, con los top del folklore y de otros ritmos que vienen a actuar acá”

“El vestuario nos lo dan ellos. Y acá también se dio algo muy loco: en todas las veces que vine a hacer casting, nunca me traje nada de ropa ni de calzado. Esta vez me traje la rastra, el sombrero, la faja… tal vez tenía esa sensación de que se podía dar”, destacó.

“Está bueno contar cómo se prepara uno, porque esto es como jugar al fútbol en primera. Te concentrás igual, te sumergís en la experiencia, que es agotadora, pero importantísima para la formación de uno como bailarín y en cuanto a las oportunidades que se pueden dar profesionalmente luego de esto”, dijo

“El Próspero Molina tiene 41m de ancho, es uno de los más grandes de América. Un lujo. Y también se siente la responsabilidad de todos los que quedaron en el camino, que como yo en otros años no fueron seleccionados”, concluyó.

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