Úrsula Bahillo fue asesina la noche del lunes 8 de febrero de 2021 en manos del ex policía Matías Ezequiel Martínez, quien fue condenado a prisión perpetua el 14 de diciembre de 2022.
Úrsula Bahillo fue asesina la noche del lunes 8 de febrero de 2021 en manos del ex policía Matías Ezequiel Martínez, quien fue condenado a prisión perpetua el 14 de diciembre de 2022.
INFORME ESPECIAL

Tras el femicidio de Úrsula, los botones antipánico en Rojas se incrementaron un 3100%

Previo al 8 de febrero de 2021, fecha en la que fue asesinada Bahillo, había 10 aparatos activos; en la actualidad, hay cerca de 320. Así, cuando se activa el protocolo, la víctima es monitoreada con el sistema para permanecer protegida del victimario aunque hay quienes sostienen que con esta medida no es suficiente.

Rojas es una ciudad típica del interior del territorio bonaerense con 23 mil habitantes donde reina la tranquilidad. Pero la noche del lunes 8 de febrero de 2021 esa característica se vio alterada tras el femicidio de Úrsula Bahillo (18), en manos del ex policía Matías Ezequiel Martínez, quien fue condenado a prisión perpetua el 14 de diciembre de 2022.

No caben dudas que la muerte de Úrsula marcó un antes y un después en la ciudad y el accionar de diferentes actores en materia de prevención dio un giro de 180 grados. Una de las herramientas preventivas son los botones antipánico, que son dispositivos que se utilizan para alertar tempranamente a las autoridades del Estado -especialmente a las fuerzas de seguridad- ante una posible e inminente situación de violencia. Este sistema ya se usaba previo al femicidio, pero en la actualidad el protocolo es totalmente diferente.

El camino para que una mujer que es víctima de violencia de género acceda al botón nace en la Comisaría de la Mujer donde se radica la denuncia (también se puede hacer en la Comunal), allí se pone al tanto de la situación al Juzgado de Paz (también lo puede hacer la fiscalía) y es el juez quien toma la decisión si el caso en cuestión requiere de resguardo o no.

De activarse el protocolo, la víctima es monitoreada con el sistema para permanecer protegida del victimario. Hay quienes sostienen que con esta medida es suficiente, otros, piensan lo contrario y creen necesario que los acosadores tengan pulseras de monitoreo.

Un dato revelador

El pasado jueves 8 de junio el Honorable Concejo Deliberante realizó la sexta sesión ordinaria del año, en la cual el bloque Juntos, a través de la concejal María José Ojeda, presentó un proyecto de resolución solicitando al Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires la incorporación con carácter urgente de un móvil policial destinado a la Comisaría de la Mujer y la Familia del Distrito de Rojas. En su exposición, la edil explicó que en la actualidad hay más de 300 botones antipánico activos.

Inmediatamente, surgió la necesidad de saber cuántos había antes del femicidio de Úrsula. Y el número fue, al menos, llamativo. Previo al 8 de febrero de 2021, en el distrito rojense había nada más que diez botones activos; hoy el número ronda los 320 dispositivos en funcionamiento. Para realizar una comparación, en Pergamino, ciudad de 114 mil habitantes, hay solamente 40 mujeres monitoreadas.

Al respecto, Silvana Loso, quien forma parte de la Dirección de Seguridad del Municipio de Rojas y se encarga de coordinar el control de los sistemas activos contó que desde la Dirección de Seguridad se trabaja de forma conjunta con la Comisaría de la Mujer, Policía Comunal, Policía Rural y el Centro de Monitoreo. “Dependiendo dónde se ubica la persona con el botón, dependerá también de qué fuerza entra en acción ante cualquier eventualidad”, aseguró y agregó que “la forma de trabajar post el caso Úrsula cambió por completo. Hoy los botones se entregan con mayor fluidez, se recuperaron los que estaban inactivos y se está en contacto permanente con la víctima (también hay hombres con botones antipánico)”. 

Cambios en la forma de trabajar

Además de lo mencionado, antes los botones eran entregados por efectivos masculinos, algo que incomodaba a las víctimas. Por eso, hoy es una mujer quien se encarga de brindar la asistencia. “Había diez botones en ese momento, también algunos estaban entregados y ya no estaban en uso, es decir que había personas que lo seguían teniendo en su poder, pero no lo utilizaban”, explicó Loso. 

Sobre el caso Úrsula, la integrante de la Dirección de Seguridad dijo que “no hubo un pedido de botón”, y que “si se hubiera pedido, el municipio lo hubiera entregado”. De todos modos, la forma de trabajar cambió, ya que previo al femicidio los botones se entregaban un día después de la denuncia. Hoy es al instante, más aún si se considera un caso peligroso.

Como la Comisaría de la Mujer no cuenta con patrullero, algo que expuso la concejal Ojeda, las rondas periódicas se hacen con personal de la comunal y sus unidades. Por eso, es fundamental un trabajo coordinado. “Se trabaja de otra forma, cuando los botones tienen batería baja nosotros lo sabemos gracias al nuevo seguimiento. Eso hace que podamos avisarle a la persona y si no contesta, el móvil debe ir a su domicilio para que ellas se conecten”, explicó.

En ese aspecto, Silvana Loso admitió que “es un trabajo muy complejo y muy difícil”, porque “hay que estar todo el tiempo en alerta”. “Trabajamos con mucho compromiso y respeto porque las víctimas son personas”, anexó.

Por último, remarcó el compromiso con el que se lleva adelante la tarea desde el Municipio y destacó que “se trabaja a cualquier hora, con mucha pasión y responsabilidad”. 

“Hay muchas personas que trabajan para cuidar a las mujeres que son víctimas porque si nos equivocamos, el precio que se puede pagar es muy alto”, sintetizó. 

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