La sequía golpea fuerte al noroeste de la provincia de Buenos Aires y la ciudad de Rojas no es la excepción. Días atrás el río que pasa a unos kilómetros del centro de la ciudad cabecera mostró en varios tramos la falta de agua, donde, directamente, se puede ver su suelo. Lo mismo sucedió con la laguna Tigra.
Ante este fenómeno que sorprendió a muchos, algunas personas decidieron usarlo con imaginación. Fue así como en los últimos días se pudo ver a un grupo de ciclistas rojenses pedaleando sobre los tramos secos del río y la laguna.
Los aficionados al ciclismo decidieron aprovechar esta situación para crear una ruta inédita en donde poder hacer ejercicio al aire libre con un paisaje poco habitual.
Las opiniones acerca del por qué se secó el río son diversas. Hay quienes adjudican la situación expresamente a un fenómeno natural, mientras que otros sostienen que también es responsabilidad del hombre por intervenir estos cauces naturales.
El ingeniero agrónomo Alberto del Solar Dorrego, en diálogo con Democracia explicó que en sus años de vida es la tercera vez que le toca ver una situación de estas características. “Recuerdo tener unos trece o 14 años y cruzar el río de lado a lado en alpargatas sin mojarme los pies. En esos lugares aún hay algo de agua. Las imágenes que vemos son en la zona entre Rojas y la Laguna La Tigra, donde esto suele ser normal porque son sectores de poca profundidad”, dijo.
Mientras que el ingeniero en construcción, Raúl Rosanigo, consideró que “son varias las cuestiones que influyen a que suceda que el río no tenga agua”. En primer lugar, advirtió que algunas obras de dragado realizadas en Salto (el Río Rojas pasa por esa localidad, Arrecifes, Baradero y desemboca en el Paraná). “Además de dragar, ensancharon el cauce y reemplazaron puentes que impedían el paso de parte del caudal. Eso mismo también lo hicieron en Arrecifes, generando que el lento escurrimiento que había antes y provocaba inundaciones graves en ambas localidades ya no exista”
Y agregó: “nuestro río nunca volverá a tener el agua a 30 o 50 cm de los bordes en forma más o menos permanente como ocurría antes de las obras en Salto y Arrecifes, las barrancas de casi 2 metros serán el paisaje más habitual. Puede suceder que suba e incluso desborde por grandes lluvias, pero en una semana estará bajo nuevamente”.
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