Emmanuel Ferrario, de Rafael Obligado a vicepresidente de la Legislatura porteña
Tiene 37 años y es politólogo. Estudió en la Universidad Di Tella y luego en Stanford y Harvard. Hoy es un referente de Pro en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El recuerdo de su infancia en el pueblo y el rol central que tuvieron sus profesores en la primaria y la secundaria.
Cuando tenía 17 años, Emmanuel Ferrario partió de su pueblo, Rafael Obligado, para estudiar relaciones internacionales en la Universidad Torcuato Di Tella, en Capital Federal.
Se graduó en 2007 y empezó a trabajar en el grupo Techint, pero al poco tiempo se dio cuenta de que su vocación estaba en lo público y comenzó a trabajar en el Congreso de la Nación.
Luego, viajó a California para continuar profesionalizándose en la Universidad de Stanford. Allí, llegó a ser ayudante de cátedra del politólogo estadounidense Francis Fukuyama. A su regreso, comenzó a trabajar para el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Sin embargo, en pleno auge de su carrera, ganó una nueva beca para estudiar en Estados Unidos, en esta oportunidad, en Harvard. Cuando volvió a nuestro país, se convirtió en el vicepresidente primero de la Legislatura porteña y en un referente de Pro en territorio porteño.
“Cuando tenía 17 me gané una beca y me vine a estudiar a la Di Tella Relaciones Internacionales. Para mí fue clave, sino hubiese sido imposible para mi familia mandarme a estudiar a Buenos Aires”, relató Emmanuel en una entrevista con Democracia. Y recordó que su elección por la política surgió a partir de su participación en el Modelo de las Naciones Unidas.
“Tenía una profesora que se llamaba Laura Manacorda, de Junín, que todo el tiempo me incentivaba a que participara en el Modelo de Naciones Unidas. Terminé participando de un montón, primero en La Ranchería y luego a nivel nacional.
Ahí me entero que había una universidad que se llamaba Di Tella, donde se estudiaba esa carrera y que podías postularte para ganar una beca. Y me postulé y la gané. Tuve suerte, pero también mucho compromiso. Fue un orgullo y una responsabilidad enorme”, resaltó.
Ferrario confesó que cuando empezó a cursar la carrera en Di Tella, era la primera vez que pisaba Buenos Aires. Nunca antes la había visitado. “Fue muy lindo, llegué con mi vieja, en la combi con las cosas para alquilar un departamento recomendado por una chica de Rafael Obligado. Es una historia muy de pueblo con gente ayudándose”.
Su relación con Fukuyama
Luego de estudiar en Di Tella, Emmanuel ganó una nueva beca para irse a estudiar a la Universidad de Stanford, en Estados Unidos. Allí, lo primero que hizo fue contactarse con Francis Fukuyama.
“Le mandé un mail y le expliqué que, una de las razones por las que quería ir a esa universidad, era para ser alumno de él. Me respondió y me dijo que lo vaya a ver. Nos fuimos conociendo, me fue probando y dándome oportunidades. Así llegué a ser ayudante en la facultad y desde entonces mantenemos una amistad”, indicó.
Cuando regresó de California, Ferrario empezó a trabajar en el Gobierno de la Ciudad, en el área de Planificación y Control de Gestión. “Son dos temas que me gustan mucho, la planificación y la estrategia, porque me parece que nada es posible si no está planificado con escenarios y alternativas. Los recursos más escasos siempre son el tiempo y el dinero, entonces, es una responsabilidad muy importante de todos aquellos que quieren hacer cosas, ser claros con la planificación”, afirmó.
En cuanto a su carrera, manifestó que nunca se imaginó todo lo que le pasó en la vida. “La verdad es que siempre tuve la suerte de poder estar en espacios donde se reconociese el mérito, el esfuerzo y el laburo.
Buenos Aires tiene muchas oportunidades y siento que, en su momento, me abrazó. Pero creo que tenemos que laburar para que todo el mundo tenga oportunidades, sea en la Ciudad o en todo el país”, consideró.
En referencia a su mirada política, el vicepresidente primero de la Legislatura porteña expresó: “Una de las cosas que más me ocupan es que noto que hay una profunda angustia e incertidumbre en los jóvenes, entonces un tema que para mí es fundamental es ver de qué manera podemos generarles más oportunidades”. Y agregó: “Siempre pienso cómo podemos ayudar con la generación de empleo, con la vivienda y con una educación de calidad que les permita insertarse en el mundo laboral. Eso es un tema que me preocupa mucho y creo que la política tiene que renovarse o ser suficiente para dar esas respuestas”.
En esa misma línea, remarcó: “Creo que hay un interés en la política, en el sentido de que muchísimos la vemos como una herramienta de transformación. Es la herramienta para poder hacer las cosas que creemos que son las más importantes para que en la Argentina podamos vivir un poco más tranquilos. Hay muchísima gente que cree que hay posibilidades de hacer modificaciones desde adentro”.
Compromiso con la educación
“Creo que para cualquier persona la educación es el camino o la posibilidad para poder desarrollarnos. En mi caso la educación fue todo. Tuve una muy buena educación en el primario y secundario que me preparó y me formó”, relató Emmanuel, que realizó jardín, primaria y secundaria en Rafael Obligado.
“Tuve profesores increíbles que me dieron todas las herramientas. Siempre cuento que hubo dos profesoras, Laura Manacorda y Mariel Andrenacci, que me ayudaban en sus tiempos libres a prepararme para poder dar los exámenes para la facultad”, contó. Y reconoció: “Ellas me marcaron para toda la vida. Son profesoras que me ayudaron a construir todas las oportunidades que pude ir recogiendo en la vida y seguir creciendo.
Por eso, para mí, la educación es todo. No hay desarrollo sostenible si no hay educación de calidad. Una educación que te dé las herramientas necesarias para defenderte y buscar oportunidades. Argentina no puede esperar más: tener una educación de calidad es una prioridad urgente”.
La relación con su pueblo
Ferrario contó que tiene los mejores recuerdos de su pueblo, aunque lo visita mucho menos de lo que le gustaría.
“Tengo a toda mi familia allá. Estuve el año pasado, y la verdad que para mí es una relación de mucho afecto, nostalgia y agradecimiento. Tuve una infancia súper feliz en Rafael Obligado, aprendí un montón y es un pueblo con gente increíble”, destacó.
Asimismo, el entrevistado agregó que “volví un par de veces a la escuela a dar charlas y fue sorprendente ver las mismas aulas, los profesores, había mucha gente que conocía. También fue compartir con los estudiantes e imaginarme a mí hace 20 años.
Les pude decir que sigan sus sueños, que es posible y que salen de la escuela sumamente preparados para enfrentar lo que el mundo les ponga adelante. Y que, siempre, se sientan muy orgullosos de donde vienen”.
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