La situación política en Rojas es difícil de explicar, aún para grandes conocedores de la política local. Es que la salida de Claudio Rossi de la intendencia provocó una serie de cambios, pero también complicaciones por situaciones absolutamente imprevisibles. Pero la mejor forma de contar lo que sucede en Rojas en el ámbito político es de manera cronológica.
Todo empezó cuando el ex intendente Claudio Rossi decidió candidatearse como diputado provincial. Entonces había consenso en que Ford era el candidato natural a suceder al ingeniero, por su capital político y por la legislación vigente. Es que la posición recae en él por el art. 15 de la Ley Orgánica Municipal, al haber encabezado la lista ganadora de concejales en 2019, que dio la reelección al intendente.
En tal marco, Rossi hacía campaña en Rojas y toda la Segunda Sección Electoral y Ford ya asumía el rol de sucesor. Así, en un discurso como intendente interino durante la licencia de Rossi, el actual intendente manifestaba que su cruce de Los Andes era armar un buen Gabinete para su próximo gobierno.
Pero poco después de aquel 17 de agosto, ocurrió algo que nadie se lo imaginaba. Cuatro días más tarde, Ford experimentó complicaciones en su salud. Y, apenas días posteriores, llegó el diagnóstico médico que confirmó que padecía un cáncer en la zona central del cerebro.
Esa noticia fue un mazazo para propios y ajenos. Rojas se unió en una sola voz pidiendo por la salud de Ford, quien tuvo que licenciarse de su cargo municipal debido a este grave problema.
Ante ese panorama, Rossi retomó el mando del Municipio. Pero siempre diciendo abiertamente que el 10 de diciembre asumía como diputado provincial y dejaba el cargo de intendente.
Con el destino del ingeniero en La Plata y Ford licenciado por su problema de salud, la política rojense leyó y releyó la Ley Orgánica Municipal para saber quién debía asumir como intendente en diciembre del año pasado.
El artículo clave era el 15, que establece que “cuando por cualquier circunstancia, temporaria o permanente, el intendente electo no tomara posesión de su cargo, lo reemplazará en forma interina o permanente, el primer candidato de la lista de concejales del partido al que perteneciera. En caso de fallecimiento, excusación o impedimento del primer candidato, lo reemplazará el segundo y así sucesivamente…”.
Así, en caso que Rossi asumiera como diputado provincial y Ford estuviere impedido por problemas de salud, el segundo concejal de la lista de Juntos debía reemplazar a Ford.
Pero ahí surgió otro problema: ese cargo lo ocupó Cecilia Acerbo, licenciada del Concejo para ocupar el cargo de Directora de Educación, quien no quería asumir de ninguna manera. Así, dijo que no tenía intención de levantar su licencia como concejal para asumir como intendente.
Fue entonces que comenzó a circular el nombre de un tercero: el concejal Román Bouvier, quien seguía en la lista sucesoria, y quien mostró intenciones de asumir al cargo.
Ante eso, el panorama –al menos durante los meses de septiembre, octubre y noviembre del año pasado- era el siguiente: Rossi con la mente puesta en el armado de La Plata, Ford priorizando su salud, Acerbo que se negaba a asumir y Bouvier había aceptado asumir como sucesor de Rossi en la intendencia.
En esos días la administración estaba oficialmente en manos de Rossi, mientras que Bouvier se interiorizaba más en temas generales de gestión. El propio Rossi le daba poder a su “nuevo” sucesor en cada oportunidad que aparecía. Incluso llegó a comunicar a su equipo de trabajo que en diciembre asumiría el carabelense.
Pero el viernes 3 de diciembre hubo un quiebre, cuando al mediodía explotó una bomba política. El Concejo Deliberante se preparaba para cerrar el orden del día de la sesión del 10 de diciembre con la asunción de Bouvier como nuevo intendente. Pero en el último minuto, ingresó una nota en la que se solicitaba el levantamiento de la licencia de Ford como concejal. Esto significaba que el 10 asumiría Ford como intendente y no Bouvier. Y así fue.
El 1 de marzo del año que corre, Cristian Ford realizó la apertura de sesiones del HCD de Rojas. Allí volcó su discurso exclusivamente a la obra pública, referenciado las obras que se llevan adelante y otras que se pudieron destrabar.
En estos días se cumplen 100 días de funciones en el cargo, un plazo que –usualmente- sirve para ver las principales líneas de la nueva gestión. Y, en ese sentido, puede observarse cambios a la gestión del ingeniero Rossi.
Primeramente, Ford realizó numerosos cambios de funcionarios. Algunos renunciaron, otros fueron desvinculados, otros reubicados y se sumaron nuevos actores.
También hubo cambios en el organigrama, pero que –al menos por el momento- no trasuntaron en nuevas políticas o proyectos de relevancia. En tal sentido, la Secretaría de Seguridad pasó a ser una Dirección, se sumó una jefatura de Juventud y una Dirección de Transparencia.
Pero el principal problema que tuvo la nueva administración fue saldar la interna política, que se acrecienta ante las especulaciones relativas a la salud de Ford.
Es que –por indicación médica-, Ford trabaja dos horas por día tres veces por semana. Además, ya anticipó a un amplio círculo de colaboradores que “en poco tiempo”, se someterá a una operación.
Ante ello, surge otro nuevo problema de sucesión, al cual los rojenses ya se han vuelto expertos. Si la licencia es por más de cinco días, por la Ley Orgánica Municipal debería asumir Bouvier, quien todavía no cierra la herida por no haber sido designado intendente, tal como todo parecía indicar.
Por eso, si esa situación se llega a dar, se abrirá un nuevo capítulo en esta historia de sucesiones que difícilmente esté lejos de terminar en la política rojense.
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