Nadia Fernández Parisi tiene 37 años, es rojense y bailarina. En febrero de 2019 le detectaron cáncer de mama en Alemania, lugar donde realizaba una gira junto a una compañía de baile. En ese momento decidió volver a la Argentina para comenzar el tratamiento y, a partir de allí, comenzó la lucha para ingresar a una obra social y conseguir la medicación que debe aplicarse en sesión de quimioterapia cada tres semanas. En diálogo con Democracia, Nadia contó su historia y agradeció la solidaridad de sus familiares, amigos y de la comunidad en general.
“Soy bailarina desde hace mucho tiempo, bailé en diferentes lugares como ballet y compañías, hasta que en el año 2018 decidí viajar a México, que ya había ido de gira anteriormente. Emprendí el viaje, empecé a trabajar en hotelería, vivía en Playa del Carmen, trabajé en compañías y shows nocturnos de hoteles, bailando”, contó en Nadia y agregó “previamente, en 2017, me había descubierto una bolita en la mama izquierda, en un viaje a la Argentina me lo hice ver, era un fibroadenoma que había que controlar que no creciera. No era necesario sacarlo, solo controlarlo y así lo hice cada tres meses en México. Me hacía la eco, me revisaban y todo estaba normal. Me mandaron a hacer una mamografía, la doctora vio mis ecos y por mi edad dijo que no hacía falta hacerla”.
Tiempo después, en un trabajo, un compañero la golpeó sin querer en la zona y sufrió una mastitis. “El médico me lo controló y, cuando se desinflamó, vimos que la bola estaba más grande. Yo tenía prevista una gira a Alemania desde diciembre de 2018 a fines de marzo 2019 y antes del viaje fui al médico, le pregunté si estaba todo bien, le dije que si no no viajaba, pero me dijo ‘andá tranquila, cuando vuelvas hacemos una biopsia’”. Nadia nunca volvió a México. “En Alemania teníamos shows diarios en cada ciudad, yo veía que mi mama iba cambiando de aspecto muy rápido, le dije al manager que me llevaran al médico, me llevaron a una clínica de mama y la doctora me dijo que podía ser cáncer, que me olvidara de bailar porque en una semana tenía que empezar a tratarme. Me hicieron la biopsia y me dijo que decidiera si me quedaba en Alemania, si volvía a México o Argentina. Estuve en shock, fue un viernes 14 de febrero y el 18 ya estaba viajando para Argentina”, relató.
La lucha por la medicación
A principios de marzo de 2019, en el hospital San José de Pergamino confirmaron el diagnóstico y el 5 de marzo Nadia comenzó con quimioterapia. En septiembre del mismo año se le realizó la cirugía de mastectomía de la mama izquierda y luego empezó rayos. “En 2020 seguía con las pastillas, inyecciones en la pierna para cortar hormonas, en ese momento, hasta que empezó la pandemia, a mi mamá le detectaron cáncer de colon, falleció mi papá, y a mí me agarró líquido pleural, tuve que empezar un tratamiento nuevo, tardé dos meses en descifrar los papeles de lo que necesitaba y los presenté”, dijo Nadia a este diario y añadió: “los hospitales públicos no tienen la medicación, hay que hacer un trámite largo. No tengo obra social y en el camino se presentan muchos obstáculos”. La medicación llego casi dos meses después de la solicitud y, en ese tiempo, los valores de los análisis aumentaron muchísimo. “Empecé el tratamiento y bajaron, iba bien, presentando los papeles en la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (DADSE), del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación”.
Pero los inconvenientes no tardaron en regresar. “Hace tres meses, desde Desarrollo Social me entregaron los papeles que había presentado para la medicación y me dijeron que la vía de entrega ya no era esa sino por el Banco Nacional de Drogas. Averigüé qué hacer, mi hermana vive en Capital así que fue ella a retirarlo. Cuando presenté la siguiente receta de noviembre, precisaba la negativa para después ir al Banco. Pasaba el tiempo, yo me hago quimioterapia cada tres semanas, no llegaba, se cumplía el tiempo, presenté otra receta y tomaron esa como actualizada, la anterior se perdió. No habían hecho la negativa”.
“Finalmente, mi hermana fue al Banco, le dijeron que tenían una sola medicación, no las dos. Se tenía que tramitar el salvataje en DADSE, es decir, todo volvía al mismo lugar. Había que juntar más papeles, mi hermana los tenía, yo se los había mandado. Pasó por una asistente social, entraba en auditoría y tardaba un mes y medio más. Eso fue el jueves 16, yo esa misma noche hice una publicación de la búsqueda de la medicación en redes sociales y el sábado 18 una señora de Capital Federal llamó por teléfono diciendo que tenía una cajita y me la dio. Pude hacerme la aplicación, que me tocaba el miércoles. Si es por el Estado, lo estoy haciendo a fines de enero”, relató Nadia.
Entre redes de esperanza, sostén y solidaridad que se tienden mientras Nadia busca las drogas, ella pide que los trámites para conseguir la medicación a través del Estado se resuelvan de manera más ágil. Su próxima sesión de quimioterapia será el 12 de enero y así, cada 21 días, hasta octubre. La medicación es Kadcyla (trastuzumab emtansine) 160mg/8ml y kadcyla 100mg/5ml. Y su número de trámite en DADSE 21039.
Mientras atraviesa el tratamiento, Nadia volvió a vincularse con el baile. “En 2019 y 2020 no estuve en actividad pero este año lo retomé dando clases a niñas. No volví como ejecutante sino como maestra, y me hace muy bien, mientras sigo con el tratamiento”, cerró.
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