Nicolás Membriani participó de las diez jornadas en las que tuvo lugar el evento.
ARTISTA LOCAL

Membriani: “Es mucha responsabilidad compartir nuestro arte en Jesús María”

El payador rojense, vecino de Roberto Cano, fue recibido por el intendente local, Claudio Rossi, y ofreció una conferencia de prensa para compartir su experiencia en el evento que, cada mes de enero, ofrece un espectáculo de jineteadas, folclore y tradiciones gauchescas para los fieles espectadores.

En el día de su cumpleaños, Nicolás Membriani fue recibido por el intendente de Rojas, Claudio Rossi y, en conferencia de prensa, compartió su experiencia como payador en el Festival de Jesús María que se desarrolla, cada mes de enero, en la provincia de Córdoba. “Nosotros tenemos al representante estrella, es un orgullo para nuestra comunidad, siempre está cerca de los eventos que realizamos los rojenses, le agradezco por eso y por siempre poner a Rojas, sobre todo a Roberto Cano, en la consideración pública”, dijo el jefe comunal Claudio Rossi. Agregó que “es importante verlo a través de la televisión y también acá, mano a mano, porque hay experiencias que se pueden trasladar a otros artistas de la comunidad”. 
La presencia de payadores en Jesús María se remonta a 1968 cuando comenzó a improvisar, entre jineteada y jineteada, el “Nazareno Toldense”. Después, vendrían Ulises Guerrieri, Gerardo Lagos, Roberto Ayrala, Aramis Arellano, y Pedro Apesetche, entre otros, hasta que en 1972 debutó  Gustavo Guichón. El payador uruguayo volvió en 1976 y a partir de 1978 comenzó a payar en forma regular hasta cumplir más de treinta festivales consecutivos. 


Sin embargo, desde 2011, la comisión organizadora determinó que habría un nuevo payador oficial y que sería el joven rojense Nicolás Membriani.
“Cuando empecé tenía una mochila cargada de responsabilidad ante el arte nuestro, el antiguo canto del payador, para nosotros significa muchísimo y, también, en ese festival, que se transmite en vivo para todo el país y el mundo”, dijo Nicolás Membriani y agregó que “la idea no fue reemplazar sino cubrir el espacio donde había permanecido, por muchos años, Gustavo Guichón, hoy fallecido”. La primera vez que Nicolás Membriani llegó a Jesús María fue en 2005, en la edición número cuarenta, y tenía quince años. 
Consultado respecto de sus comienzos en el festival y su trayectoria hasta alcanzar la participación oficial y televisada las diez noches que dura el evento, el payador dijo que “han pasado quince años, los primeros tres o cuatro fueron de golpear puertas, de buscar mi espacio, encontrándome siempre con una muy buena actitud por parte de la comisión organizadora”  y agregó que “al principio estuve tres días, la jineteada arranca a las siete de la tarde y por televisión solo se ve un sesenta por ciento de todo el evento, hay un cuarenta previo, muy importante, que es el comienzo; entonces yo, los años 2005, 2006 y 2007 estuve fuera de la televisación y después empecé a aparecer; mientras que en 2009 me dieron el premio de consagración y en 2010 empecé a trabajar en el elenco oficial”. 
En el marco de la conferencia de prensa, Nicolás Membriani compartió su punto de vista respecto de la polémica que se desató por el maltrato animal en el Festival de Jesús María. En este sentido, dijo que “los tropilleros, que son quienes tienen caballos para la jineteada, son personas totalmente profesionales y que cuidan muchísimo a los animales; hoy en día, genéticamente, se ha creado una raza de caballo para la jineteada y, con un trabajo arduo, el año pasado se logró llevar a la Cámara Equina, que trabaja en la Rural de Palermo, la raza de criaderos de caballos para destrezas gauchas. Ya está instituido; de una yegua y un padrillo que corcovean sale un caballo que presta servicio para la jineteada, así los tropilleros tienen trabajo todo el año y en todo el país”. 

Sus inicios como payador
Cuando tenía cinco años, Membriani concurrió a un desfile de 25 de Mayo en Rojas y se sintió fuertemente cautivado por el evento donde se compartían las tradiciones argentinas. Tiempo después, incentivado por su madre, se sumó al ballet rojense Maikan Sumaj y aprendió a bailar folClore. Allí vistió por primera vez la bombacha de gaucho, boina, y alpargatas, prendas que hoy forman parte de su vestimenta artística.
A los once, ya había aprendido a tocar la guitarra y participaba de las fiestas criollas del pueblo y de localidades vecinas.  “A los trece o catorce años, en los asados, empecé a improvisar, sin que nadie me dijera nada; más o menos sabía que el canto del payador tenía sus métricas, sabía lo que era una décima, una sextilla o una cuarteta, porque las encontraba en las poesías escritas que ya decía y trataba de improvisar siguiendo esas métricas”, contó Membriani en entrevistas ofrecidas años atrás al ser consultado por sus comienzos. En septiembre de 2004, Membriani apareció por primera vez como payador en un afiche que promocionaba un evento en un pequeño poblado. La oportunidad surgió luego de un asado que había compartido con amigos en la localidad arenalense de La Angelita.