La cosecha de los cultivos de maíz y soja se encuentra en las instancias decisivas y, por estos días, entran las últimas máquinas a las plantas de acopio para descargar el producto; en el partido de Rojas, la superficie sembrada con maíz fue del orden de las 36.500 hectáreas, mientras que hubo 120.000 hectáreas sembradas con soja. En diálogo con Democracia, el ingeniero agrónomo Diego Guerra, encargado de la sucursal de Rojas de la Cooperativa Carabelas, aseguró que, si bien el rendimiento fue apenas menor que en 2018, la calidad del cereal fue mucho mejor que el año pasado.
- ¿Cuál fue el rendimiento delos cultivos de maíz y soja?
- En cuanto a rendimientos, esperábamos algo más porque el tiempo fue bastante benévolo en lo que tiene que ver con lluvias, los cultivos pintaban para un rendimiento mayor y, cuando entraron las máquinas vimos que la realidad fue otra; a pesar de esto, los rendimientos fueron muy buenos. No es un promedio, pero el valor más frecuente en cuanto a soja ronda los 42 quintales y el maíz alrededor de 100 quintales. Por supuesto que se descollan otros rendimientos puntuales pero el número frecuente es ese, el productor está muy contento, los rendimientos fueron excelentes, el tema fue la expectativa, esperábamos más, igualmente fue una muy buena campaña en Rojas.
- ¿Qué ocurrió respecto de la calidad del cereal?
- En cuanto a rendimiento, esta campaña estuvo apenas por debajo respecto del año pasado pero no así en calidad. La campaña pasada estuvo marcada por el temporal y las calidades de los cereales se perjudicaron, eso perjudicó al productor porque tuvo que vender a menor precio; hubo un problema grande de comercialización, de espacio, no fue una buena campaña aunque el rendimiento haya sido mejor. Ahora el productor está contento respecto del año pasado, se está terminando de cosechar la soja de segunda en Rojas y se sacó todo lo que es maíz y soja de primera, el ritmo de cosecha viene muy tranquilo gracias a que la lluvia no nos persigue.
- ¿En qué aspectos afecta al sector los vaivenes de la economía?
- Los cambios en la economía no son algo que al productor le interese o le sirva porque la economía del campo está asociada al dólar, si sube el dólar suben los cereales. A priori, eso parecería ser bueno, el tema es que suben los costos que están regidos por el dólar: desde el alquiler del campo hasta el gasoil y los insumos. Entonces, a lo mejor puede beneficiar en lo que respecta a mano de obra pero tal vez no sea ese el factor más importante en los márgenes de un productor. Cuando sube y baja el dólar no cambia demasiado porque el precio de los cereales acompaña esa baja, lo que el productor mira con detalle es la suba de la cantidad de dólares del cereal. Estamos con precios bajos comparados con el año pasado, esto implica algún riesgo respecto de la nueva campaña, porque el productor ya está pensando en la nueva campaña de trigo, soja y maíz. Hoy los números son un poco riesgosos. Aunque se vean precios desorbitantes, cuando se hace el margen bruto con la rentabilidad de la explotación queda muy poco y los riesgos son altísimos.
- ¿Aumentó de manera considerable el traslado del cereal a puerto?
- Sí, aumentó producto de la suba de combustibles y tal vez sea el factor que el productor más mira en lo que tiene que ver con el negocio de acopio, hoy un flete es determinante en este negocio. Eso hace que muchos productores opten por distintas alternativas que tienen que ver con el envío directo a puerto o ver la posibilidad de acopiar en su propio establecimiento y, cuando termina la campaña, enviarlo directamente a puerto, porque el factor del flete es muy importante. Al mismo tiempo, el acopio en el propio establecimiento implica un riesgo muy grande, es peligroso porque se perjudica el producto y luego eso repercute en el precio, entonces el productor tiene que tener una cintura muy grande, nosotros como acopio estamos preparados para eso.
- Se ve mayor cantidad de silobolsas en los campos respecto de tiempo atrás, ¿Cuáles son las ventajas y desventajas?
- El silobolsa permite tener algún ahorro respecto de la comercialización tradicional porque el producto no tiene que pasar por una planta de acopio y, de esa manera, se evitan algunos gastos; pero, a su vez es muy riesgoso porque los silobolsas no son silos con estructura que puedan garantizar la calidad de ese cereal. Si un productor de pequeña o mediana escala busca hacer silobolsa arriesga mucho con su producción porque no es lo mismo perder un bolsón de dos bolsones, a un bolsón de cien que pueda tener un productor estanciero. Para determinadas situaciones sirve, en años anteriores hubo mucha lluvia y los caminos no estaban para transitar, el productor necesitaba cosechar sí o sí porque el cultivo estaba listo y, en esa situación, fue necesario el bolsón pero en otros sentidos es muy riesgoso y a veces los resultados son para llorar. Si hacen tres bolsones, y pierden uno, pierden el 33% de la producción, y ha pasado eso porque se rompen los bolsones, cae piedra y los agujerea, los animales del campo los estropean, es muy riesgoso.
- ¿Qué expectativas tienen respecto de la campaña de trigo?
- En julio empezamos con el trigo. Los riesgos de este cereal son finos, nos estamos inclinando por el trigo con la chance de poder combatir el problema que tenemos en la mesa, y este cultivo de cobertura, ayuda muchísimo en esa dirección, eso es un factor que puede determinar que los productores se vuelquen al trigo. En las rotaciones de nuestros lotes es necesario y esperamos que el precio mejore, tenemos esperanza de que suceda porque los países del mundo no tuvieron buena campaña de trigo, entonces, a lo mejor, puede ser necesitado en el mundo, tenemos esa expectativa para que nos permita tener buenos niveles de precio y que el productor se vuelque definitivamente al trigo. Este año, respecto del año pasado, aumentó 20% la superficie de este tipo de siembra y eso es muy buena señal.
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