Con la presencia de la esposa e hijos del desaparecido Otto La Falce; del intendente municipal, Alexis Raúl Guerrera; concejales; consejeros escolares; inspectores de educación; invitados especiales y la comunidad educativa de la Escuela Normal Superior de General Pinto, se realizó el acto de imposición del nombre del establecimiento sito en avenida Mitre 115, esquina Roque Sáenz Peña.
El ex Colegio Nacional pintense se llama ahora «Otto Pascual La Falce» y en el emotivo acto, se hizo saber que «a partir de la conmemoración del Bicentenario de vida soberana, que es una oportunidad única y emblemática para pensar nuestra identidad, diversa e integrada, celebrar nuestra memoria común y proyectar con imaginación utópica nuevos horizontes de libertad, educación y prosperidad colectivos, resulta propicio generar instancias que fomenten la discusión abierta y plural respecto de nuestras instituciones educativas».
Ello, se expresó, para que se logre «sensibilizar a los protagonistas activos de las comunidades educativas a conferir a los establecimientos educativos el nombre que la comunidad escolar ampliada decida, en procedimientos democráticos».
Fue así que, tras una elección democrática entre varios nombres potables (Dr. Albor B. Aréchaga, 23 de Octubre y el ahora impuesto fueron los que recibieron más adhesiones) y surgió el de Otto Pascual La Falce como el más votado.
Por ello, así se llama oficialmente, desde el lunes 15 pasado, el ex Colegio Nacional de General Pinto.
El acto
La ceremonia se inició con el ingreso de las banderas de ceremonias, autoridades y público, entonándose seguidamente las estrofas del Himno Nacional Argentino.
Tras ello, hizo uso de la palabra la inspectora jefe distrital, profesora Laura Martínez, quien se refirió al proceso de elección del nombre y la participación comunitaria que se registró para la imposición del nombre del Colegio, con 62 años dedicado a la educación.
También se expresó, durante el acto, que «Los nombres elegidos democráticamente permiten apreciar y honrar las generaciones anteriores, celebrar los momentos más significativos de la memoria común.
Una escuela con nombre propio, legítimamente construido se reconoce como una comunidad de personas organizadas en torno a una cultura de saberes, intereses, valores y libertades».
La placa con la nueva denominación fue descubierta por la esposa y los hijos de Otto P. La Falce (Derli Mabel Porcel, Daniel y Germán La Falce), el intendente Alexis Guerrera y la secretaria de la Escuela Normal Superior, Irma Raquel Testa.
Conceptos de la directora del establecimiento
La directora de la Escuela Normal Superior, profesora Marcela Girón de De La Cruz, hizo uso de la palabra durante la ceremonia e inicialmente expresó:
«El bicentenario nos ha invitado a reflexionar sobre la historia.
La historia del país, la más alejada en el tiempo, ya ha sido reconocida y en algunos casos, revisada. Pero la historia es un proceso dinámico, sucede cada día.
Y un país se construye de las historias de cada uno de los lugares que la componen.
Esta comunidad educativa se ha manifestado democráticamente, en un proceso largo y muy discutido, seguramente cuidando de no ser injustos, de oir todas las voces.
Y se ha impuesto la valoración de la propia historia.
Todo ser humano tiene la necesidad de contar con raíces, y casi la totalidad de la vida moral, intelectual y espiritual de una persona se alcanza a través de los entornos de los que se ha sentido parte a lo largo de la vida.
En efecto, sentirnos parte de un todo más grande, nos libera de la soledad y nos hace sentir más seguros frente a los desafíos
La memoria y el agradecimiento, fortalecen las instituciones.
En Otto La Falce se representa a un grupo de gente inquieta por la educación de un pueblo, que es no menos que el nuestro. Un grupo de gente que pudo «ver» un proceso de democratización de la enseñanza cuyo objetivo era facilitar el acceso a la educación de todos los sectores de la población e implementarlo en este lugar».
Más adelante, Marcela Girón expresó:
«Dice ‘Argos’ en Noviembre de 1949, que se abría la inscripción, y que había que llamar al teléfono 75. Eso es una muestra de cuánto se involucraba cada uno en el proyecto y en ese entonces, un grupo de jóvenes pintenses de los cuales algunos hay hoy aquí, iniciaron sus estudios en esta casa.
Hoy, la Escuela tiene 36 cursos, en sus dos sedes y tres niveles, pero para esto debió recorrerse un camino que es necesario reconocer, y valorar.
A lo largo de 62 años, han egresado ciudadanos que luego fueron médicos, ingenieros, maestros, comerciantes, políticos.
La Escuela ha debido adecuarse a los distintos momentos de la organización del país, a las distintas políticas educativas, a los diferentes estilos comunicativos, al impacto de la tecnología.
Y cada cambio requiere de la toma de decisiones, la gestión no ha sido fácil. Y ahí estuvo él, el Sr. Otto, el secretario.
Cada generación de las que han caminado este patio, ha tenido la impronta de sus líderes.
El sentido de pertenencia es la satisfacción personal de cada individuo que se reconoce a sí mismo como parte integrante de un grupo, implica una actitud consciente y comprometida afectivamente ante una determinada colectividad, en la que se participa activamente identificándose con los valores.
Pero aquellos que marcaron el camino, seguramente han estado unidos por un sentimiento mayor, que conservan aún y que se transmite a quienes hoy queremos la escuela y hacemos propios los proyectos. Y por eso, siempre vamos a estar agradecidos», cerró su discurso la directora del establecimiento, Marcela Girón de De La Cruz.
Las palabras de Daniel La Falce
Seguidamente, habló el Dr. Daniel Mauricio La Falce, hijo mayor de Otto, quien inicialmente agradeció y dijo sentirse «orgulloso, al igual que mi familia, de que el Colegio lleve el nombre de mi papá».
Además recordó que «Otto había sido el gestor de la idea de fundar un Colegio en General Pinto, para que los alumnos que quisieran seguir estudiando no tuvieran que migrar a otra ciudad, como había tenido que hacer él. No solamente fue el gestor de la idea sino que puso todo su empeño, junto a un grupo de personas, para que se lograra el cometido de tener una casa de estudios superiores en General Pinto.
Eso le implicó varios viajes a La Plata, para los diferentes pasos administrativos. Una vez logrado el objetivo, puso a disposición su teléfono personal para las inscripciones y también golpeó puertas en las casas de los vecinos, para que sus hijos vayan a estudiar.
Para los que no conocieron a Otto, él fue una persona humilde, dedicada, honesta, emprendedora, sencilla que dedicó una parte importante de su vida en ver grande a esta casa de estudios. Fue secretario de la misma desde su creación hasta que se jubiló, además de ser profesor en algunas asignaturas, entre ellas geografía, contabilidad, psicología. Fue un gran compañero de los alumnos y siempre trató de solucionar sus problemas».
También Daniel La Falce comentó que «Aún hoy, en la Escuela se siguen haciendo cosas. ‘como las hacía Otto’ y sigue existiendo la ‘cajita de Otto’. Esas pequeñas cosas, me llenan de orgullo.
Papá, no solamente quiso que el Colegio fuera grande, sino que también luchó por el engrandecimiento de su ciudad natal. Fue director de la Escuela Técnica, secretario de la Comisión de la Municipalidad que participó en la organización de los actos del centenario de General Pinto; fundador con otro grupo de personas del Club Atlético Pintense; Trabajó en el negocio familiar, fue miembro de la comisión de la Cooperativa de Tamberos ‘La Pintense’; de la Comisión Pro Electrificación Rural, también fue el primer matriculado gasista de General Pinto, esto entre otras actividades».
Finalmente, Daniel La Falce agradeció nuevamente «Que le hayan puesto el nombre de Otto al Colegio y quiero terminar con una frase que no es mía y que dice más o menos así:
Hay hombres que luchan un día y son buenos; hay otros que luchan muchos días y son mejores, hay otros que luchan muchos años y son muy buenos. Pero están los que luchan toda la vida. Esos son los imprescindibles y papá fue un imprescindible», cerró su mensaje el Dr. Daniel Mauricio La Falce.
La ceremonia se cerró con el retiro de las banderas de ceremonias, autoridades y público presentes en la Escuela Normal Superior de General Pinto «Otto Pascual La Falce».
GENERAL PINTO
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