El 7 de febrero de 1908 nació en Lincoln, Enrique Alejandro Urcola, una persona que con su impulso creativo y la pasión por transmitir sus conocimientos definiría, años más tarde, el acervo cultural de la ciudad. Así, con la próxima edición del carnaval se celebrarán también los noventa y seis años de la primera carroza hecha en cartapesta: en 1928 Urcola presentó un carro realizado con esta técnica, tenía tan solo 20 años y los muñecos ya saludaban y se movían.
De chico, Enrique ya disfrutaba de elaborar con sus manos objetos que requerían de mucha imaginación y pocas herramientas. A los 16 años comenzó a trabajar en motivos de carnaval, en esa época, se lucían en los desfiles de los corsos linqueños ranchos, barcos y molinos hechos en madera, hierro y chapa. Urcola, al tener el deseo irrefrenable de participar, pero no tener dinero para hacerlo, se sumó armando motivos de barro y trozos de ladrillos.
Así, al iniciar sus estudios de Bellas Artes y trabajar, en simultáneo, como escenógrafo en el Teatro Colón de Buenos Aires, conoció la técnica de la cartapesta y realizó el primer carro de este material, aquel que inauguró el Carnaval Artesanal Linqueño, en 1928, hoy declarado Fiesta Nacional. La carroza se llamó Peliculeros y contaba con inmensos muñecos con movimientos que giraban la cabeza, saludaban al público y simulaban filmar la situación.
Aquellos personajes eran manejados manualmente como si se tratase de gigantes marionetas y Enrique junto a otro colaborador iban dentro de ellos activándolos. El motivo no obtuvo solamente el primer premio, sino que marcó un antes y un después en la historia del carnaval.
Tras graduarse como Profesor Nacional de Dibujo, Urcola renunció a su trabajo en el Teatro Colón para regresar a su ciudad natal, Lincoln, y allí creó los cursos gratuitos de dibujo del Ateneo de la Juventud de Lincoln, que dictó ad honoren durante 45 años.
Por su parte, Amanda “Goldi” Urcola, hija de Enrique y quien desde chica ayudaba a su padre a armar las máscaras para el carnaval fue la fundadora del Museo Enrique Urcola hace 26 años atrás y que es destinado, “a construir un camino de libertad a través de la creación artística infantil”.
Allí llegan, durante todo el año, cerca de 300 chicos para realizar actividades vinculadas al dibujo, la pintura, la cerámica y la elaboración de obras en cartapesta con sus pequeñas manos. En el lugar, repleto de arte y color, se atesoran y se exponen las creaciones originales de Enrique Urcola, piezas con muchísimos años de historia.
“El Museo es un espacio muy significativo para Lincoln y para los alrededores porque dentro de él encontramos gran parte de la historia cultural de lo que hoy es la fiesta más representativa de la ciudad, que es el carnaval”, afirmó Maitena Urcola, bisnieta de Enrique Urcola y agregó “en él encontramos la historia de la cartapesta, que es la técnica identitaria del carnaval linqueño y que se remonta al año 1928 cuando se presenta la primera carroza”.
En ese sentido, Maitena explicó que, si bien antes de esta fecha había carnaval, no había algo que unificara esos motivos. “Lo que buscamos es rescatar todo este legado relacionado con el carnaval, pero también continuar con el legado de Enrique en cuanto a realizar aportes y contribuciones relacionadas con la enseñanza y el arte en los niños. Quizás hoy ya no es una novedad, pero en su momento, en la década del ´20, ´30, ´40, acá en Lincoln, por supuesto que lo era”.
El Museo está ubicado en la Avenida 9 de Julio 260 y permanece abierto a las visitas los días sábados de 18 a 20. Además, durante los días que se desarrollará la fiesta popular más grande del distrito permanecerá abierto de viernes a martes de 18 a 21.
“Estoy en la coordinación desde hace dos años aproximadamente, trabajando igual en el museo hace algunos más y a su vez también estuve muchos años como alumna. Es una institución muy querida para mí y significa mucha responsabilidad”, reveló Maitena y agregó “es un orgullo muy grande, porque cada vez que vienen turistas a visitarnos, a conocer Lincoln, el hecho de poder mostrarles un poco, en cualquier momento del año, un poquito al menos de lo que pasa en febrero en esta fiesta que nos enorgullece tanto, me parece muy importante”.
En esa línea, dijo que “es una institución muy significativa tanto para Lincoln como para el que viene de afuera y por eso creo que no debería perderse o restarle importancia”.
Por otro lado, además de ser un Museo donde se exponen las piezas más representativas del carnaval, el lugar funciona como taller de arte donde cientos de niños y niñas asisten para realizar actividades relacionadas con el arte. Así, dibujo, pintura, cartapesta, cerámica artística, stop motion, escritura creativa, son algunos de los talleres que ofrece durante todo el año. “En principio, nuestros talleres están orientados a público infantil, juvenil, adolescente, y a veces, vamos proponiendo alguna cosa para un público mayor”, comentó la bisnieta de Enrique y añadió que “para la época del carnaval siempre tenemos el museo abierto, ampliamos los horarios de visita porque vienen muchas personas a visitarnos. Desde la Municipalidad se arman recorridos, y por supuesto se nos incluye como un punto importante a visitar y a conocer”.
Por último, dijo que “la idea es tener el museo siempre abierto para que la mayor cantidad posible de personas nos conozcan y puedan acceder a todas las historias que guardamos aquí dentro”, y concluyó “en el Museo siempre tenemos la idea de hacer cabezudos, o mini cabezudos, como para no perder la impronta infantil, por eso creo que es necesario implementar un trabajo en conjunto, con carroceros y con personas a las que le interese el carnaval, para continuar con la técnica del cartapesta y que no se pierda la tradición y nuestra marca”.
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