Nacidos en la ciudad de Lincoln, Julia Ferrer y Federico Rolla son primos hermanos. En febrero de este año, decidieron invertir todos sus ahorros para sumergirse en el mundo emprendedor. Así, crearon Kosmos, una línea de cosméticos de cuidado facial, que propone la adopción de una rutina completa y a medida, según la preocupación principal de cada piel.
“Con Fede nos criamos juntos y siempre estuvimos rodeados por la cosmética y el rubro del autocuidado. En mi camino personal, soy ingeniera industrial y trabajé unos años en una empresa multinacional del rubro, así que siempre tuve como una simpatía especial por el rubro cosméticos”; contó Julia y agregó “hace unos años, más como muy autodidacta, me puse a estudiar fórmulas por mi cuenta. Además, hace unos años venimos charlando con Fede sobre la idea de emprender, aunque nos daba un poco de miedo, por el riesgo económico y por salir del ambiente corporativo”.
Fue así que, gracias a la insistencia de Federico, Julia renunció a su trabajo y se animó a crear su propia marca junto a su primo. “Me capacité, estudié cosmetología y química cosmética y Federico, que es contador, se ocupó más de la parte administrativa y financiera. Armamos una buena dupla y un buen equipo de trabajo, nos complementamos bastante”, reconoció la joven y agregó “nos largamos y primero tuvimos un año de arduo trabajo y completa dedicación. Ese fue el tiempo que tardamos en gestar el proyecto. Y en febrero de este logramos lanzar nuestra empresa Kosmos”.
En ese sentido, remarcó que "todas nuestras fórmulas buscan cuidar al 100% la barrera cutánea, cada ingrediente presente se incluye para beneficiar la salud de nuestra piel o proteger la integridad de la formulación; elegimos dejar a un lado fragancias, colorantes, sulfatos, alcoholes irritantes y siliconas". Además, explicó que “todos sus productos son cruelty free porque ambos valoramos el respeto por los animales y también porque creemos que hay un mercado creciente que elige este tipo de propuestas. Cada vez hay más personas que eligen este valor agregado. No sólo se fijan en la calidad del producto, sino también en que el mismo no genere un impacto negativo, tanto en los animales como en el ambiente”.
Sus inicios
Julia reveló que para entrar en el mundo emprendedor tuvieron que “romper el chanchito” e invertir todos sus ahorros. Así, Kosmos comenzó con una inversión inicial de alrededor de u$s15.000, de ahorros de sus trabajos previos, junto con muchas horas de investigación y dedicación plena. “Soy joven, tengo 27 años y los primeros años de trabajo vivía con mi familia. Me independicé hace tres años, pero bueno, tuve la oportunidad de ahorrar en esos primeros tiempos, después un poco menos, pero siempre fui juntando”, sostuvo la joven y agregó “eso me ayudó mucho a la hora de tomar la decisión. Porque no es que renuncié y me quedé sin sustento, sino que tenía una idea y tenía los recursos para poder hacerlo”.
De esta manera, los profesionales contaron que “desde que lanzaron su e-commerce fue un éxito. Hoy mandamos por correo a todo el país y llegamos a todas las provincias, todas las semanas. Realmente somos federales, llegamos a todos lados. Y lo que estamos buscando ahora también es tener puntos de ventas físicos en distintos lugares del país. Nos contactaron mucho de centros de estética, cosmetólogas, dermatólogos que comercializan productos y nos eligen como línea base para recomendar a sus pacientes y clientes”.
En ese sentido, remarcaron que “por más de que el e-commerce hoy está súper bien aceptado y que hay confianza detrás de una página web, también hay gente que le gusta experimentar con el producto. Entonces, lo que nos gustaría es tener referentes en cada una de las ciudades del país que elija nuestra línea como principal, poder mandarlos a probar y también poder comprar directamente ahí”.
Apostar al país
En cuanto a la situación económica actual de la Argentina, los emprendedores expresaron que “es bastante complicado todo, por eso intentamos ser lo más planificados posibles”. Así, Julia contó que en su carrera se formó en planificación de producción, en estimación de demanda, por eso, intenta replicar todas las herramientas que aprendió en la Facultad en su propio proyecto.
“A pesar de eso, pasa que la aduana te frena un camión, te faltan insumos y toda la planificación que hiciste se va por la borda. Es medio angustiante, desesperante, pero bueno, la verdad es que apostamos a que el país pueda prosperar”, afirmaron y concluyeron: “La realidad es que si uno tiene convicción y si más o menos ´te armás un colchón´, es viable. Y si bien tenés la variable país, también podés planificar con anticipación y estimar el stock”.
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