Guillermo Machado junto a distintos familiares, amigos y vecinos de Lincoln se unieron con el objetivo de poner en valor el lugar.
Guillermo Machado junto a distintos familiares, amigos y vecinos de Lincoln se unieron con el objetivo de poner en valor el lugar.
HISTORIA DE SOLIDARIDAD

Su padre estuvo huérfano en el hogar de la Capilla San Guillermo y hoy busca recuperarla

Guillermo Machado junto a distintos familiares, amigos y vecinos de Lincoln se unieron con el objetivo de poner en valor el lugar. Después de buscar la llave durante tres años, finalmente pudo obtenerla y ya comenzó a realizar las distintas mejoras. El próximo viernes 18 de agosto, a las 16, se llevará a cabo la primera misa.

Hace aproximadamente 30 años que la Capilla San Guillermo del barrio San José de Lincoln está cerrada. El paso de los años y la falta de mantenimiento fueron mostrando el deterioro del edificio. Por eso, Guillermo Machado tomó la iniciativa de recuperar el espacio y ponerla en valor. Así, después de buscar la llave durante tres años, finalmente pudo obtenerla y comenzó a realizar distintas mejoras con la ayuda de su familia, amigos y vecinos.

“Pegado a la Capilla había un internado católico donde vivían niños y mi papá estuvo huérfano allí. Yo viví toda la vida a tres cuadras de la capilla y mi infancia fue a jugar al fútbol con los chicos del hogar”, relató Guillermo quien aseguró que su nombre fue puesto por su padre justamente por la Capilla. “Soy nacido y criado en el barrio, pasaba todos los días y verla cerrada me daba pena”, afirmó y agregó “estuve muchos años buscando las llaves, hablé con mucha gente para conseguirla, hasta que un día, el padre Guillermo se contactó conmigo y me las dio”. 

En ese sentido, contó que fue una satisfacción muy grande y que, a partir de ese momento, comprendió y entendió muchas actitudes de su papá. “Ahora me estoy dando cuenta de que vivir en el hogar de huérfanos no fue fácil”, afirmó y añadió que eligió el 26 de abril, día de San Guillermo para abrir las puertas de la capilla y comenzar su reparación. “Ese día llegué solo con mi equipo de mate, abrí la reja y me senté en la vereda. Mi familia y un amigo, Fabián Pérez que sabían de mi inquietud, fueron los primeros en apoyarme. Luego, se fueron sumando otros amigos y hoy estamos trabajando todos a la par”, contó Machado. 

Obras realizadas

En cuanto a los avances, Guillermo contó que ya se iluminó toda la cuadra con luces led y también la Capilla. Se lavó su frente y las tejas volvieron a relucir. “Cuando nos reunimos no teníamos un peso, entonces empezamos a hablar con otras personas y todas colaboraron. Reunimos el dinero y comenzamos”, relató y mencionó que también se puso en venta un bono contribución que fue un boom donde vendieron más 1500 números. “La gente está muy contenta y ahora nos están empujando a ver qué le falta”, sostuvo y agregó que “ahora estamos en búsqueda de un piano para dar”. Así, Guillermo adelantó que el próximo viernes 18 de agosto, a las 16, se va a realizar la primera misa. 

El trabajo en distintas capillas

Según el Padre Guillermo Gómez, el rol de las capillas de la ciudad de Lincoln fue siempre muy importante. Así, la más antigua es Nuestra Señora de Luján y luego la de San Cayetano. Además, muchas están vinculadas a las instituciones educativas o a cuidados en algunos casos de niños o abuelos, por eso se decidió comenzar con su puesta en valor para que no continúen los deterioros.

“En estos momentos estamos trabajando en dos Capillas, la de San José, por un pedido del Obispo y la de San Guillermo, por iniciativa de Guillermo Machado”, aseguró y mencionó “la verdad que hacerte cargo de una comunidad tan grande como la de Lincoln, con tantos frentes o desafíos de trabajo pastoral, que alguien venga a ofrecerte y que quiera colaborar para mejorar la capilla que se ha venido abajo es una alegría”. 

En ese sentido, el párroco expresó que “las Capillas tienen una belleza y un valor muy importante en sus construcciones, que a veces en otras comunidades no tenemos la posibilidad de ver o tener edificios tan lindos”, y remarcó “me da mucha pena el deterioro, por eso, todo aquello que podamos hacer junto con la comunidad para recuperarlos y que cumplan la función para los cuales fueron creados es necesario”. 

Al respecto, el Padre explicó que una vez que esté terminada la Capilla de San Guillermo, tanto los chicos del colegio como la comunidad la van a poder usar mucho más. “Mucha gente quiere casarse en este lugar porque tienen muy buenos recuerdos”, cerró.

La capilla San José

La Capilla San José es otra donde se están llevando a cabo tareas de remodelación. Así, Daniel Basiluk, uno de los colaboradores de la parroquia contó que cuando el padre Guillermo llegó a Lincoln y le comentó que le gustaría recuperar el edificio le explicó que estaba en un estado deplorable.

“Nos va a costar porque hay mucho para hacer, pero lo vamos a lograr. Lo primero que hicimos fue una rifa y con lo recaudado ya compramos las chapas para cambiarlas. Después hicimos un locro para el 9 de Julio y recaudamos algo más. Y así, seguimos”, explicó y agregó que “estas cosas se hacen en equipo, con un grupo de gente que en su tiempo libre puede venir a colaborar. Es algo que queda para la ciudad porque son edificios históricos y es una lástima que se vayan perdiendo”. 

En ese sentido, dijo que, como católicos, cada capilla es la casa de Dios y por eso, tienen un valor sentimental muy grande. “Estos lugares marcan hitos en la vida de las personas. Cumplen un rol social importante para la comunidad, porque son espacios en común y de encuentro. Por eso, intentamos recuperarlos”, remarcó.

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