César Tapia nació hace 42 años en Las Toscas, partido de Lincoln, una localidad con menos de 500 habitantes. Su pasión por los medios de comunicación comenzó desde muy chico cuando en Martínez de Hoz, un pueblo pegado al suyo, inició un programa radial sobre folklore. Con el tiempo, junto a un amigo de la infancia, fundó la primera radio amateur de Las Toscas para “despuntar el vicio” y para poder unir el pueblo con la ciudad cabecera. “Nosotros vivimos muchos años aislados de Lincoln. No teníamos una ruta que nos conectara y ni siquiera sabíamos qué médico atendía. Siempre lo relacioné con una distancia comunicacional”.
Luego, una profesora del secundario lo incentivó para que pudiera estudiar locución. “En un primer momento, decidí estudiar periodismo en Lincoln porque los recursos de mi familia no me daban la oportunidad para ir a Buenos Aires”, explicó César y comentó que “como no se pudo dar eso, finalmente me anoté para hacer el curso de ingreso en el ISER”. Así, Tapia contó que se instaló en la casa de unos amigos para poder cursar esos dos meses y ver qué sucedía. “Me fue bien y decidí quedarme definitivamente en Buenos Aires”, aseguró.
Sus inicios en Continental
Su ingreso a los medios masivos de comunicación fue directamente por Radio Continental, el lugar donde hoy sigue con “Antes Imposible”, de lunes a viernes de 5 a 6 de la mañana; participa en “La Hora del Campo”, los sábados a la mañana; y en “Gira Continental”, programa donde fue columnista en un primer momento y hoy lo tiene como conductor los sábados a la noche. Además, los días domingo hace CNN Radio con Martín Melo y antes de la pandemia condujo “Fiestas Argentinas”, el programa que recorría los festejos populares de todo el país. “Una vez fui a cubrir la Fiesta del Lago en Pehuajó y llamé a la radio para ver si les interesaba. En ese momento, me dijeron que no, porque ya tenía el programa cubierto. Pero luego, me llamaron y me hicieron un espacio. Hice una salida y a la semana se volvieron a comunicar para ver si estaba haciendo fiestas populares”, relató César y explicó que “ahí comenzó el contacto, luego vino la Fiesta del Girasol en Casares y ya después me llamaron para ver si podía reemplazar al movilero que se había ido. Y no paré”.
Al respecto, Tapia expresó que “cuando uno viene de un pueblo se pregunta de qué va a vivir o quién te va a poder generar un espacio, entonces encontré en las fiestas populares un lugar, algo que se podía dar a conocer”. Además, contó que “mientras estuve en mi pueblo trabajé en el campo en diferentes actividades y luego, venir a Capital y contar eso era algo extraño, pero también algo potable de mostrar. Entonces, todo fue fluyendo desde ese lugar”.
En ese sentido, el locutor siempre tuvo presente la idea de poder mostrar, a través de los medios masivos de comunicación, todo lo que no se contaba de ese “interior” olvidado. “Uno lo que hace es poder visibilizar aquellas voces que están en los pueblos y que están, de alguna manera, representados por algo”, enunció.
Sus raíces
Las Toscas siempre estuvo muy presente. Así, César intentaba viajar, al menos, una vez al mes. Al principio lo hacía con un camionero amigo que trabajaba en el Mercado de Liniers. “Siempre traté de volver al pueblo porque es muy difícil la ciudad cuando uno viene de un lugar de 500 habitantes. Siempre dicen que si no la aprendés a manejar, te expulsa”, confesó y agregó “yo tuve dos cosas que me facilitaron eso: vivir con dos amigos y tener la posibilidad de que cuando quería volver, me iba al mercado y lo hacía”.
Al respecto, César comentó que eso lo pudo hacer los años que estudió, luego cuando asumió la responsabilidad del trabajo cambiaron las cosas y se tuvo que quedar un poco más en Capital.
Su crecimiento profesional
En cuanto a su mayor satisfacción profesional, Tapia reconoció que “fue haber llevado a Fernando Bravo a Cosquín. Para mí, él es uno de los grandes referentes de la radiofonía argentina. Entonces, haber compartido mucho con él y hacer hasta lo imposible para poder llevarlo fue muy importante. Fernando logró ir y transmitió como un profesional de la hostia porque hizo un programa en una mesa de 1x1, disfrutó el festival y lo pudimos llevar a las peñas”. Y agregó: “muchos no lo entenderán porque puede haber otras satisfacciones como tener un propio programa o encontrarte con gente invitada, pero me parece que esa fue una de las más grandes satisfacciones que me dio la carrera”.
Por último, respecto a sus objetivos profesionales, César confesó que su sueño es poder tener, en algún momento, un programa en el que pueda unir el sector agropecuario con la cultura y el turismo. “Me parece que son tres patas que se relacionan mutuamente. Creo que es algo que en nuestro país no está reconocido y que me parece que es un gran desafío”.
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