Este mes de septiembre abrió en Lincoln la pastelería boutique "1865" bajo el mando del chef internacional –y oriundo de la ciudad- Pablo Barbero, en sociedad con los hermanos Luis y Federico Rolla. La propuesta gastronómica cautivó a los linqueños -que hacen fila para tener su mesa- y ofrece a los comensales una experiencia inédita en la ciudad, en un espacio especialmente diseñado y con platos elaborados con productos cien por ciento locales.
El chef internacional Pablo Barbero (43) nació y creció en Lincoln, luego de terminar la secundaria comenzó la carrera de Marketing y Comunicación, tomó clases de cocina y pastelería y, a lo largo de su carrera profesional, trabajó en gastronomía hotelera.
A los 25 años, fue chef pastelero del hotel Meliá Buenos Aires, trabajó en Italia para la misma empresa, viajó a Mendoza como chef ejecutivo, fue parte de las cocinas en Estados Unidos y en Brasil de la cadena de hoteles Hilton y en el último tiempo, antes de su llegada a Lincoln, ocupó el puesto de chef ejecutivo del Grand Hyatt Bogotá en Colombia.
Por un motivo especial, Barbero tomó la decisión de volver a sus raíces: la enfermedad de su madre lo condujo a tomar una pausa laboral, entendió que “lo único que no se puede comprar es el tiempo” y que una apuesta gastronómica de calidad sería una buena opción para su ciudad natal, Lincoln.
Sin vueltas, ideó un proyecto y buscó socios, conoció a los hermanos Luis y a Federico Rolla, quienes quedaron encantados con el proyecto y avanzaron con el trabajo en conjunto sin dar margen a las dudas.
“Se llama "1865" porque es el año de fundación de la ciudad y tiene que ver con mi intención de volver a las raíces, con el objetivo de rescatar la memoria emotiva, elegí un nombre fácil de identificar, tiene un sentido muy profundo, es el orgullo de ser linqueños, es poner cosas personalísimas, no es un lugar que está pensado solamente para ser un negocio y ganar dinero, es un lugar con el que queremos hacer historia y donde la gente hable de "1865" como algo icónico en Lincoln”, señala Pablo Barbero en diálogo con Democracia.
Consultado por el plato más vendido, el chef apunta que “nuestro tostado es el más vendido, es un pan árabe casero que se hace todos los días, lo hacemos solo para eso, va grillado con un dejo de manteca; es algo muy rico. Es único, no hay otro como el nuestro, es una de las cosas más halagadas”.
Otra de las particularidades de "1865" es que todos los platos son elaborados con productos linqueños. “Lo que queremos, justamente, es poner en valor eso, está muy bueno que la gente que viene de afuera se pueda llevar un queso local, un fiambre, chorizo, un salame, jamón crudo o una miel orgánica de origen local; creo que hay una subestimación del perfil del consumidor, muchos lugares trabajan con la improvisación, el no pensar en el otro en función de la calidad. Hoy cualquier persona, sin saber, puede montar un negocio, nosotros hicimos algo pensado, hasta el último detalle está muy pensado”, señaló Barbero y agregó que “me di cuenta que la cocina y la memoria emotiva es lo único que hace que algo no muera; cuando una persona tiene la capacidad de transmitir a través de una porción de torta, las emociones a través de los alimentos, poder comer algo y volver a tu infancia y recordar a tu abuela que ya no está, eso es lo único que tiene de valioso la gastronomía, cocinar podemos cocinar todos”.
En relación con su vuelta a las raíces, el chef internacional señaló que “nunca me lo hubiese imaginado, si no tuviera esa cuestión personal de salud, no estaría acá; entendí que lo único que no se puede comprar es el tiempo, esto va más allá del dinero, para mí hay un motivo muy personal: poder estar con mi madre, en una etapa de un problema de salud muy importante. Me dije ‘yo puedo seguir trabajando y tengo una carrera que me avala’. Me han llamado de muchos lugares para irme en más de una oportunidad, pero estoy comprometido con mi corazón y con el proyecto de nosotros acá”. Entre la idea y la inauguración del lugar pasaron seis meses: “Pensamos que nunca íbamos a poder remontar esto porque el lugar estaba muy deteriorado, no solamente por la propiedad, que es muy histórica y antigua, sino también por el deterioro que conlleva el paso del tiempo, el destrato y el abandono”.
Luego del éxito a nivel local, Pablo Barbero y los hermanos Rolla buscarán tener franquicias de "1865". “Ya nos han consultado, es la intención que tenemos tanto en Argentina como en el exterior, que haya muchos "1865". Enviamos una reseña al New York Times donde habla de un lugar en Argentina que es un homenaje de alguna forma a Abraham Lincoln”, cerró el chef internacional.
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