HISTORIAS INSPIRADORAS

Es de O´Higgins y creó un software innovador que revolucionó el mundo del agro

Desde hace más de 30 años, Liliana Gastaldi trabaja desarrollando sistemas que faciliten el trabajo y la contabilidad del productor agropecuario. Así, junto a sus hijos, Paula y Sebastián Bongiorni, logró consolidar a AgroGI, una empresa líder que brinda soluciones al sector más productivo de nuestro país.

Liliana Gastaldi es Analista de Sistemas y desde hace más de 30 años desarrolla distintos softwares que brindan soluciones a distintos ámbitos empresariales. Nacida y criada en O´Higgins, siempre estuvo vinculada al mundo del agro y a todo lo relacionado con la vida en el campo o sus actividades productivas. Fue así que decidió comenzar a trabajar en un sistema que dejara atrás la vieja libretita de los productores agropecuarios y que les permitiera llevar una mejor contabilidad de sus tareas y obtener una situación más óptima en términos de productividad financiera. De esta manera, hace más de 30 años nació AgroGI, la empresa desde donde desarrolló un software, CampoGI, que se pensó exclusivamente desde el punto de vista del productor agropecuario. “Cuando comencé a trabajar en este sistema, todos los softwares estaban orientados a empresas más formales en su administración, donde tenían empleados que llevaban adelante esa tarea y estaba todo organizado, algo que no sucedía en el agro”, contó Liliana a Democracia y explicó que “el productor agropecuario siempre fue un apasionado de la producción, de salir al campo y sembrar, de producir alimentos para el mundo, como decía mi papá. Y , para ellos, nunca fue permeable y hasta les resultaba siempre muy antipático llevar una administración ordenada”. 

“Eso de mirar un poco los papeles y de estar en el escritorio lo hacían los días de lluvia o ya cansados al final del día. Además, no eran muy confiados en poner gente que les diera una mano”, reveló la analista de sistemas que viene de familia de productores y siempre observó que el aspecto administrativo estaba relegado. “Si bien el volumen de datos que ellos manejan para controlar y hacer una gestión no es grande, sí son significativos. Por eso, al hacerlo con controles más minuciosos, esos números se transforman en importantes”, afirmó y agregó: “Recuerdo a mi papá con una pequeña libretita y una lapicera anotando algunas cosas. En esa época la palabra valía un montón. Pero las cosas fueron cambiando con la llegada de las nuevas generaciones y la implementación de la tecnología”. 

En ese sentido, Gastaldi manifestó que “si bien el trabajo rural cambió un montón y enfrentó grandes transformaciones tecnológicas, ese cambio nunca fue reflejado en lo que respecta a su gestión y administración. Y pensé que eso tenía que cambiar”, y añadió: “Porque si bien ellos podían llegar a detectar una diferencia o algo, la minimizaban, y en las operaciones que hacían basaban las respuestas en la confianza”. 

Su ingreso al mundo del agro

Los inicios no fueron fáciles. Liliana enfrentaba a un cliente tradicional que ni siquiera utilizaba el Excel, sino que todo pasaba por un “libretita” y por la cabeza del productor. Pero al ser, en su mayoría, empresas familiares, comenzaron a llegar los hijos y sobrinos, personas más jóvenes que tenían otros pensamientos y que utilizaban como herramienta fundamental la computadora. “Lo más amigable y sencillo era el Excel, entonces empecé a competir con ese sistema. El tema es que llegaban a armar unos excel maravillosos, pero que solamente lo entendían ellos; y terminaba siendo lo mismo”, reveló y contó que “recién ahí las nuevas generaciones empezaron a ver que tener un sistema les solucionaría la situación. Porque un sistema no es simplemente cargar datos, sino que es vincularlos, validarlos y controlarlos. Y todo eso inmediatamente se traduce siempre en dinero. Además, comenzaron a surgir nuevas estrategias de comercialización”. 

En ese sentido, Liliana definió a su desarrollo como “un proyecto bien vanguardista, donde del otro lado siempre me encontré con personas innovadoras, y que decantaban después en el productor o en las familias productoras más tradicionales que iban aggiornándose poco a poco. Esas personas disruptivas eran las que a mí me nutrían para seguir adelante. Sabía que era cuestión de esperar”.  

Al respecto, Gastaldi contó que su primer cliente fue Estancia La Libertad, ubicada en el partido de Rojas. “Siempre trabajé para empresas de acopios, es decir, tenía muy en claro el negocio desde el otro lado del escritorio. Por eso estaba todo en mi cabeza, solo necesitaba un cliente ángel que fuese capaz de esperar los tiempos de desarrollo y los ajustes para potenciarlo”. 

Así, poco a poco AgroGI fue creciendo con productores de vanguardia que se animaron a innovar, hasta llegar a ser hoy una de las empresas líderes en el país en el desarrollo de este tipo de software. Desde O´Higgins trabajan para empresas radicadas en distintas provincias de la Argentina y, a futuro, ya piensan en traspasar las fronteras. 

La incorporación de sus hijos

Liliana reconoció que la empresa dio un giro importante cuando logró sumar a su equipo de trabajo a dos de sus cuatro hijos. Primero fue Paula, licenciada en Economía y quien se encarga de la Dirección de Operaciones, y luego fue Sebastián, ingeniero agrónomo a cargo de la Dirección General. Además, desde hace unos años también incorporaron CargaGi, otro sistema de gestión, pero referido a las empresas de logística y en el cual son líderes absolutos en el mercado. 

“Siempre me resultó complicado encontrar gente que me acompañara. Cuando invité a Paula, hace 10 años, logré tener un universo de clientes más amplio, tener más capacidad de atención y crecimiento”, reveló Gastaldi y continuó: “Y hace cuatro años empezó Sebastián, que tiene un espíritu emprendedor y una visión de empresa muy fuerte. Sin dudas, llegó un poco a sacudirnos y nos encamina hacia otro gran salto”. 

Así, la ohigginiana resaltó que hoy las encuentra a ella y a Paula mucho más afianzadas, “sabiendo trabajar en equipo, y con esta mirada que Sebastián transmite, más a largo plazo, bien pensada y con una impronta particular por la formación que tiene”.