Bodegon de cucha cucha
“EL Bodegón de Cucha Cucha” está ubicado en el corazón de la localidad.
PARA TODA LA FAMILIA

El delegado de Cucha Cucha cumplió su sueño y se abrió un bodegón en su localidad

Con capacidad para 100 personas, el lugar se destaca por su ambiente tranquilo y familiar donde no falta la comida tradicional y auténtica como las pastas caseras y el flan con dulce de leche.

Desde hace dos meses, Mauricio Puppio, el actual delegado de Cucha Cucha, en el partido de Chacabuco logró concretar un sueño que tenía desde hace muchos años: instalar en su pueblo un lugar para comer y tomar algo tranquilo con amigos.

Así fue que nació “El bodegón de Cucha Cucha”, un restaurante de campo ubicado en el corazón del pueblo, cerca de la estación de tren.

“Fue algo que anhelé siempre, entonces vi la oportunidad e invertí todo lo que tenía en este proyecto privado. Pero no fue fácil. Cuando empecé a construirlo tuve varios problemas, sobre todo con el techo que tuve que hacerlo dos veces”, contó Mauricio y agregó “observé el crecimiento que tenía el pueblo y todo su potencial, así que aproveché para concretar mi idea”. 

Así, a pesar de la difícil situación económica que atraviesa el país, a fines del verano el lugar, que tiene capacidad para 100 personas, abrió sus puertas. Al principio lo hizo ofreciendo un menú tradicional, como picadas, hamburguesas y pizzas; y luego, con el correr de los días y los primeros fríos, cambiaron a platos más calientes y “de olla”.

En ese sentido, Puppio explicó que “comenzamos recibiendo a varios grupos de ciclistas, peñas de amigos y familias. La idea es que sea un lugar tranquilo donde se pueda disfrutar de la paz del pueblo”, y sostuvo: “la gente puede venir y comer viendo pasar el tren por la ventana, eso es una maravilla”. 

Al respecto, el delegado manifestó que su intención es resaltar la comida que ofrecen los auténticos bodegones, donde se destacan por la abundancia y lo casero. “Creo que ese es el secreto del bodegón. La comida tiene que ser abundante y como en casa. Por eso, las pastas y el flan casero no pueden faltar”, afirmó Puppio y agregó “obviamente que también ofrecemos otras cosas, pero lo tradicional está”. 

Reserva previa

El Bodegón de Cucha Cucha abre viernes y sábados por la noche y domingos al mediodía, excepto pre feriados donde también lo hace por la noche. Para poder asistir, se debe realizar una reserva previa por una cuestión de espacio. “Al principio nos manejábamos sin reservas, pero ahora debemos hacerlo por una cuestión de capacidad y de atención. No somos muchos los que estamos al frente del lugar y queremos atenderlos bien, que la gente no tenga que esperar para comer”, afirmó Mauricio, quien está presente todas las noches en el lugar para disfrutar de las veladas con amigos y conocidos. “El ambiente es muy familiar y tranquilo. Es un espacio para disfrutar y venir a charlar con amigos. Muchas veces me dicen que tengo que agregarle shows musicales o ese estilo de cosas, pero prefiero que sea algo silencioso, donde nos podamos escuchar”, manifestó. 

Precios populares

Ante la difícil situación inflacionaria que atraviesa el país, Puppio reconoció que es muy difícil mantener los precios porque los costos de los insumos le aumentan todos los días.

“Quizá no era el mejor momento para abrir el bodegón, pero como era mi sueño, me arriesgué. Hoy, si lo pienso de nuevo, no sé si lo haría, porque es una locura todo”, afirmó y agregó “intentamos no poner precios caros, sino que sean accesibles para todos y que una familia pueda venir y disfrutar del lugar igual gastando lo mínimo posible”. 

Así, el restaurante ofrece diversos platos con precios populares para que se pueda “comer bien y pasar un grato momento”. 

En cuanto al público que asiste, Mauricio contó que la mayoría son familias y amigos del pueblo, pero que también concurre gente de la zona como Chacabuco, Rawson y Chivilcoy. “Tenemos muchas consultas de gente de Buenos Aires y cada vez se está haciendo más conocido. Quizá me falte un poco más de publicidad y acciones en redes, pero ya vamos a ir encontrándole la vuelta”, remarcó y concluyó “por suerte, la gente que viene se va agraciada y para mí eso es muy importante, aunque el libro de quejas está siempre disponible”.

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