La historia de Lucas Báez con el running comenzó hace 10 años, cuando el 8 de noviembre de 2012 decidió ingresar al grupo “Correr Ayuda” de la ciudad de Buenos Aires.
Después de haberse recibido de arquitecto en la Universidad de Belgrano, se encontró con 25 kilos arriba de los que había llegado a la ciudad, seis años atrás. En su infancia, en Chacabuco, se había dedicado a jugar al fútbol en el Club Argentino, pero en Capital, por falta de tiempo, distancias y gente, no había logrado continuar con la actividad. “Cuando me vine a estudiar, colgué los botines y ahí emprendí mi camino de estudiante, me recibí y me encontraba completamente dejado en lo físico. Entonces, decidí volver a hacer deporte”, contó Lucas y agregó “en las ciudades grandes es complicado conseguir formas de jugar al fútbol, entonces agarré un pantalón corto, unas zapatillas y salí a correr.
Empecé en una placita pequeña, cerca del departamento, pero era difícil y me frustraba”.
Por eso, el 8 de noviembre de 2012 ingresó al grupo “Correr Ayuda”, bajo la conducción de su entrenador, Marcelo Perotti. “Empecé a probar qué era esto de correr, una disciplina completamente nueva para mí. Si bien, a veces, salía a correr en Chacabuco en el acceso, nunca había hecho running como disciplina. Ahora, hace 10 años que estoy bajo el mando de él y me ha cambiado la vida por un montón de cosas”, explicó.
Aunque sus buenos tiempos se asemejan a los corredores de elite del país, Lucas contó que no se dedica profesionalmente, sino que es una actividad que realiza como hobby a la cual le dedica tiempo, pasión y muchas ganas. “Esto de tener buenos tiempos se fue dando, no fue una decisión, imaginate que comencé con 25 kilos arriba, arranqué con casi 100 kilos a correr. No fue una elección correr a estos ritmos.
Simplemente es el resultado de muchos años de trabajo”, relató el runner y manifestó que “el primer año bajé 15 kilos, el segundo 10 kilos más y así se fue dando todo. Fue un proceso largo”. Además, agregó “todos los años busco una excusa para viajar, conocer gente y lugares. Todo esto lo vivo con amigos y mi pareja que también la conocí en el grupo”.
Su carrera emblemática
En el año 2018, Báez participó de la maratón de New York, una de las que forma parte de las Word MarathonMajors (Las Grandes Maratones del Mundo). “Creo que fue la carrera más emblemática y la que más me gustó por un montón de cosas. Primero, por la carrera misma, que es increíble, son 42 kilómetros.
Luego, porque hay dos millones de personas alentando y el entorno es fantástico, la organización es única”, confesó y agregó que “en la Argentina, el Cruce de los Andes que son 100 kilómetros en tres días también es muy linda. Son carreras que te van marcando por el contexto, el entorno y las personas con las que uno comparte la vida”.
En cuanto a su preparación, Lucas mencionó que “las maratones son procesos largos que uno decide casi un año atrás y el entrenamiento dura aproximadamente cinco meses” y comentó que también debe preparar la parte económica, ya que todos los gastos son costeados con su trabajo de arquitecto.
Su marca registrada
En el año 2014, en una carrera de montaña en Villa La Angostura, Báez comenzó a usar una boina blanca para representar sus orígenes en Chacabuco. “Es un cariño que tengo, cuando uno está lejos de su ciudad, busca representarla de alguna manera.
Hoy, es como una cábala y me transmite buena energía, por eso la mantengo”, explicó y contó que cuando comenzó a utilizarla, la gente lo alentaba gritando “gaucho”, “paisa” o “vasco”. “Me empezó a gustar, me sentí cómodo y nunca me molestó. Después, con los años, tuve mucho crecimiento en las redes sociales y eso hace que me conozcan por “El Gaucho Runner” y hoy ya es una marca registrada que tengo”.
Además, Lucas reveló que en todas sus carreras lleva una bandera argentina que dice “Chacabuco”. “Trato de que mi origen no se pierda, siempre digo de dónde soy y hacia dónde voy. Tengo recuerdos hermosos de mi ciudad. Soy un chico que no se olvida de donde viene y que disfruta decir que soy de la Provincia de Buenos Aires”.
Su futuro
En el año 2016, Lucas comenzó a participar de Las Grandes Maratones del Mundo. Su primera experiencia fue en Berlín, luego continuó en 2017 en Chicago, 2018 New York y 2019 en Boston. En el 2020, viajó a Tokio para correrla, pero se suspendió debido a la pandemia.
Este año, en el 2022 participó en Londres y su próxima meta será volver en marzo a Japón para completar el círculo alrededor del mundo.
“Mi futuro es incierto, todos los años van surgiendo buenos planes. Nuevas ganas de conocer lugares y gente”, relató y aseguró que “la idea es seguir buscando cosas para continuar entrenando y motivado. No soy un tipo que busca resultados. Si bien me preparo para algunas marcas, después pasan a segundo plano y lo importante no es el número sino vivir estas experiencias únicas”.
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