El intendente de Chacabuco, Víctor Aiola, se refirió a la fase cinco adaptada que atraviesa el Distrito y aseguró que controlarán el acatamiento de la población a las nuevas normativas.
En diálogo con Democracia, hizo un balance de los más de cien días de cuarentena y resaltó la importancia de la concientización de la comunidad.
- ¿Qué particularidades tiene la fase cinco adaptada?
- Nosotros tomamos de la fase cinco las cosas que consideramos que podemos aplicar en Chacabuco estos días y, mientras tanto, hacemos un control de acatamiento de la población a estas nuevas normativas. Los comercios pueden abrir sus puertas entre las 8 y las 20, a las 21 toca la sirena para informar el corte de circulación de todo tipo de vehículos. Abrimos restaurantes y confiterías pero solo de 8 a 20 y con protocolos estrictos. Habilitamos la pesca individual, trote, ciclismo, caminatas. De esta manera, tratamos de volver a la normalidad, sabiendo que estamos en un contexto complejo. A nivel regional la situación es difícil, hay ciudades como Chivilcoy, Bragado y Salto que tienen brotes importantes y hay que estar atentos.
-¿Qué respuesta obtienen por parte de la comunidad?
-La mayor parte de la población trata de cumplir pero, como toda cosa que se hace de uso común, tal vez se deja de tener conciencia permanente de ese peligro y se baja un poco la guardia. Tratamos de concientizar respecto de que esta es la parte más difícil. Como intendente habilité la fase cinco adaptada pero como médico les pido que se queden en sus casas. Hoy se puede ir a pescar pero les recomiendo que no salgan, es peligroso. Tenemos que concientizar y que sepan que la situación va a ser difícil en las próximas tres semanas. Las reuniones sociales no las vamos a permitir, solo las familiares pero a partir del primer domingo de julio, de 8 a 16, hasta un máximo de diez personas y con los elementos de seguridad, distanciamiento social y todas las medidas.
-¿Qué opinión tiene respecto de quienes cuestionan la cuarentena y niegan la existencia del coronavirus?
-Los que dicen que el virus no existe están negando la realidad, no pueden aceptar la realidad tal cual se presenta y se basan en relatos sin evidencia científica y noticias falsas. El miedo nos puede poner en alerta, o bien, conducirnos a negar la situación. Otros tratan de buscarle tintes políticos a la situación y quienes estamos en el Ejecutivo lo que más queremos es que pase la pandemia lo antes posible porque estamos agotados. Muchas veces la gente dice que por accidentes de tránsito, hambre, gripe y neumonía mueren miles de personas por año y se preguntan por qué nos preocupamos por el coronavirus; lo que tienen que saber es que nada de eso desborda al sistema de salud, en cambio el Covid-19 sí lo hace y la muerte aumenta de forma exponencial acorde a la falta de camas de terapia intensiva. Entonces hay que tener respeto.
-¿Cómo imagina la vida después de la pandemia?
-Creo que va a haber dos pandemias: una es la sanitaria y la otra es la económica, este será el año con mayor cantidad de cierres de empresas en el mundo. Incluso, muchos municipios van a quebrar, hoy más de cien distritos de la Provincia reciben asistencia para pagar sueldos. Va a ser complejo recuperarse porque va a haber que reinventar distintos espacios: casas de fiestas, gimnasios, salones de pilates, Dj, boliches, mucha gente se quedó sin su fuente de trabajo y hay que redireccionarlo. Lo vinculado a la infección va a seguir hasta octubre o noviembre pero el distanciamiento social va a tener que seguir hasta que tengamos la vacuna y eso será recién el año que viene. No vamos a poder comportarnos como lo hacíamos antes, va a cambiar la forma de relacionarnos que tenemos los humanos.
-¿Cuál fue el momento más difícil desde el inicio de esta situación sanitaria?
-Todos los días son difíciles porque esta pandemia nos obliga a los intendentes a tomar decisiones a cada minuto. Lo más difícil es sostener el ritmo de trabajo y las ganas, el empuje, porque con mi equipo trabajamos de lunes a lunes y estamos permanentemente atentos al sistema de salud, al control en los accesos, son muchos puntos de atención. Uno de los momentos complicados fue cuando aparecieron los primeros casos, pudimos controlar el foco pero generó mucho impacto en la sociedad y uno, como representante, se ve un poco afectado, a pesar de que yo soy médico y estoy acostumbrado a tratar enfermedades. Los primeros casos positivos fueron de personas de la comunidad boliviana y me entristeció mucho la xenofobia y la discriminación, me preocupó y me puse mal, no podía creer que se dieran esas situaciones en las que la gente decía “que se vayan” o “que los deporten”. Duele porque uno piensa que esto ya no existe pero la pandemia saca la careta y deja a la vista quién es quién, creo que tenemos muchas cosas por resolver como sociedad.
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