Darío Casas es un vecino de Chacabuco al que muchos conocen como “El señor de las bicicletas”. Es que cada día de la semana Darío destina la hora de la siesta para reparar rodados y entregarlos a quienes más lo necesiten. Su dinámica de trabajo solidario consiste en recibir aquellas bicicletas que están rotas o en desuso, ponerlas en condiciones y luego donarlas. A menudo, se puede ver en las redes sociales las fotos que certifican una nueva entrega en distintos barrios y localidades de Chacabuco, como así también mensajes de agradecimiento y de contacto para donar aquellas bicicletas que están en casa y hace años que ya no se usan. En una entrevista con Democracia, Darío Casas brindó detalles de su actividad y anunció que realizará un taller móvil y gratuito de reparación de bicicletas en zonas rurales.
- ¿Cómo nace la idea de hacer el taller móvil y gratuito en zonas rurales?
- El año pasado se me había ocurrido hacer un taller de reparación de bicicletas en las escuelas rurales, porque muchos niños tienen sus bicicletas rotas y no llegan al pueblo para repararlas, entonces no las pueden usar, ya sea para ir a la escuela o para divertirse. Hacer el taller dentro de la escuela requería de un trámite burocrático y tedioso, entonces mi idea es movilizarme en mi trafic hasta la escuela, llevar dos caballetes, un tablón, las herramientas necesarias, un compresor, y hacer la reparación en la puerta de la escuela o en algún lugar físico que encuentre donde instalarme. Se avisará a los vecinos del lugar la fecha y horario para que se arrimen a reparar las bicicletas de los chicos, sin ningún tipo de costo.
- También se apunta a enseñarles conceptos básicos para reparar
- Sí, la idea es enseñarles mientras ven cómo reparo yo la bicicleta, para que sepan qué hacer cuando se les rompe. En principio voy a ir a hablar con las maestras y directoras para que sepan que un día a la semana voy a estar con el móvil en la puerta de la escuela, de esta manera, el vecino se puede acercar para reparar y les enseño cómo se cambia una cubierta, una cámara, cómo se repara una pinchadura, etcétera. Mi intención es llevar los materiales y dejarles algo para que reparen en sus casas.En principio voy a ir a las escuelas Nº18 y Nº26, son establecimientos rurales que tienen muchas necesidades.
- ¿Aumentó la demanda de bicicletas?
- Sí, aumentó la demanda de bicicletas, crece día a día, sobre todo ahora que se atraviesan momentos difíciles. Es real que hoy cuesta más reparar una bicicleta: cambiar una cámara con una cubierta cuesta 500 pesos y mucha gente no tiene ese dinero para hacerlo. A través de la donación de bicicletas yo con dos o tres, armo una. En los últimos días estuvimos entregando en la localidad de Cucha Cucha a dos familias: una señora que precisaba una bicicleta para trasladar a su nena al jardín y otro hombre que precisaba otra para que el hijo vaya a la escuela. También entregué otra en Castilla, a un hombre adulto que tiene un problema motriz y necesitaba una bicicleta de dama para poder subir con facilidad.
- Hay mucha gente que necesita y también mucha gente solidaria
- Totalmente, recibo muchas bicicletas por suerte. A partir de una nota publicada en Democracia vecinos de Junín entregaron bicicletas, algunas fui a buscar yo, otras trajeron a Chacabuco. Y las redes sociales son fundamentales, la gente se entera enseguida y se contacta para donar. Realmente se sienten bien al donar algo a la gente que lo necesita. Yo tengo el taller en mi casa, arreglo las bicicletas, tengo muchas acopiadas y voy sacando un eje a una, pedales a otra, y así voy armando. Tengo un amigo que está en la función pública y me ayuda con los materiales. Todos los días dejo de dormir la siesta para dedicarle ese tiempo al armado de la bicicleta, es muy gratificante para mí dejarlas a punto: limpiarles las cadenas, acomodarles los frenos, cambiar cámaras, cubiertas, cambiar asientos, así la persona que la usa recibe una solución y no una dificultad. Cuando me piden la bicicleta, trato de entregarla lo antes posible porque la gente la necesita, y siempre trato de tener una lista para el momento en que me piden.
- ¿Se nota una vuelta a la reparación de objetos?
- Sí, se nota una vuelta a la reparación. En otras épocas, en vez de reparar algún objeto, mucha gente iba y compraba otro. Hoy la gente quiere reparar porque valora lo que tiene. Yo me siento feliz de reparar bicicletas porque de chico mi familia era pobre y nosotros valorábamos mucho tener la bicicleta. Hoy tal vez es más fácil tener una moto pero para nosotros era maravilloso divertirnos con la bicicleta, entre amigos, con los vecinos del barrio. Tengo los mejores recuerdos de esos días de jugar y andar por ahí con la bici.Entonces este trabajo hace muy bien al alma: en vez de dormir la siesta o mirar tele uno dedica este tiempo para ayudar a alguien y eso está muy bueno. Yo soy de Buenos Aires y hace 27 años que vivo en Chacabuco, hoy es mi ciudad, y todo lo que me dio este lugar se lo estoy devolviendo con un trabajo social. En Chacabuco me siento muy cómodo, la gente me tiene identificado, me dicen “usted es el señor de las bicicletas”, me contactan por Facebook.
- ¿Tiene intención de ir con el taller móvil a otras locaciones?
- Tengo idea de ir instalándome en las diferentes plazas de Chacabuco con la camioneta y un banner que diga “Acá podés arreglar tu bicicleta” y que se arrimen los vecinos. Otra idea es salir con la trafic con un parlante por los distintos barrios y anunciar que se arregla la bici -como hacían los afiladores o vendedores de pescado- así pueden salir los vecinos.
A Darío Casas se lo puede ubicar a través de la red social Facebook o a su celular (02352) 15405978.
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