El pasado 2 de marzo, la empresa multinacional Ingredion -con plantas distribuidas en 60 países, dos de ellas en Argentina, en Baradero y Chacabuco- presentó un plan Preventivo de Crisis ante el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires. A través de este procedimiento la firma pretendía desafectar a 112 empleados de la planta de Chacabuco y, a su vez, renegociar el Convenio Colectivo de Trabajo. Las autoridades provinciales solicitaron pruebas de las medidas de reducción de gastos previamente realizadas para evitar despidos y, al no ser presentadas, rechazaron la apertura del Preventivo de Crisis. Por otro lado, la disposición de Ingredion no involucraría a los casi 500 empleados de la planta de Chacabuco, sino que afectaría a aquellos afiliados al Soerm (Sindicato de Obreros y Empleados de Refinerías de Maíz). Este punto despertó el estado de alerta entre los trabajadores y, a partir de allí, comenzaron las reuniones y las medidas en busca de destrabar el conflicto.
Desde el Sindicato se advirtió que, en caso de que comenzaran a llegar los telegramas de despido, se realizarían paros y entonces se dictó la conciliación obligatoria por quince días, con una prórroga de cinco jornadas más. Durante esas semanas, representantes de Soerm presentaron ante el Ministerio de Trabajo de la provincia lo que se conoce como lock out patronal, denunciando que la fábrica había comenzado a parar distintos sectores en las plantas de Baradero y Chacabuco, hecho por el cual violaba la disposición que ordenaba que la actividad debía continuar con normalidad. También, denunciaron amedrentamiento a los empleados enviando la empresa remises a sus domicilios para presentarse en las oficinas de Recursos Humanos.
Telegramas de despido y paro por tiempo indefinido
Entrevistado por diario Democracia, Javier Curaratti, representante de Soerm dijo que “durante los días de conciliación tuvimos una infinidad de reuniones, nosotros agotamos todos los recursos que creemos que están a nuestro alcance para defender los puestos de trabajo, incluso hasta en cuestiones de modificaciones del convenio”. El último día de la conciliación fue el jueves 27 de abril y, el viernes 28, cuando los empleados del turno tarde quisieron ingresar a la fábrica se negó el acceso a 49 personas en Chacabuco y a 27 en Baradero. Curaratti aseguró que “tenían una lista y, a dedo, indicaban quiénes entraban a trabajar y quiénes no, lo hicieron de manera desleal, sin telegramas ni comunicados oficiales.” Ese día los trabajadores arrancaron con un paro que se mantiene por tiempo indeterminado.
A partir del último martes 2 de mayo comenzaron a llegar los telegramas de despido a los 49 empleados y fueron 45 quienes ya habían acordado el retiro voluntario. Un total de 94 operarios de Ingredion en Chacabuco fueron desafectados despertando el estado de enojo, alerta y movilización permanente en busca de la resolución del conflicto. Hoy las plantas de Baradero y Chacabuco se encuentran paradas de manera absoluta y los empleados acampan frente a la Municipalidad y en las puertas de acceso a la fábrica.
La postura oficial
Los representantes de Soerm sostienen que “el conflicto viene de la mano de las políticas de turno, esto conduce a la desocupación, a la precarización, a la flexibilización, pretenden seguir adelante con esta línea y nosotros pretendemos seguir defendiendo los puestos de trabajo”. En cuanto al compromiso del intendente local, Víctor Aiola, quien participó de distintas reuniones en instancias provinciales y nacionales, Curaratti dijo que “Aiola estuvo a la par nuestra, también el diputado provincial Marcelo Daletto, pero no alcanza, nos guste o no, estas son políticas que bajan desde Nación y Provincia, sería hipócrita decir que el intendente no nos acompaña pero precisamos decisiones más profundas.”
Por su parte, el jefe comunal Víctor Aiola dijo que "el gobierno nacional debe ser más duro con las empresas porque estas mal interpretan la buena predisposición del gobierno y adoptan conductas que terminan perjudicando al trabajador." El 1 de mayo Aiola acompañó a los empleados que realizaron un acto en la puerta de la planta y dijo “nosotros no desaprovechamos ninguna oportunidad para poder solucionar este tema, nos interesa que no se pierda ningún puesto de trabajo, hay que dejar de lado las diferencias políticas y estar del lado de los trabajadores.”
El conflicto de los trabajadores de Ingredion ocupa un espacio en la agenda política y periodística desde hace más de dos meses, no solo por ser una pieza clave en el engranaje productivo de la ciudad, sino porque el sector industrial es una de las principales fuentes de empleo en Chacabuco e involucra a un destacado número de familias. En la última semana se acordó mantener el status quo y que, en ese marco, se realice la apertura de una mesa de diálogo que se había interrumpido por los despidos, por lo que las reuniones con autoridades del Ministerio de Trabajo de la Nación van a continuar en busca de la resolución definitiva.
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